"Nos iremos al infierno"

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Aquella tarde de agosto el convento de las celdillas en la providencia de seul era azotado por una fuerte ola de calor, el sol estaba enfurecido y parecía que descargaba sin piedad sus rayos de fuego sobre aquellas tranquilas tierras.

- Señor por favor ten piedad de nosotros - exclamó la pelinegra pasando un pañuelo por su rostro quitando las gotas de sudor que se empeñaban en bajar por su frente tratando así vagamente de mantenerse fresca, pero por más que intentaba que su temperatura bajará un poco, parecía  que aquello no funcionaba y aquel hábito le hacía sentir como si estuviese dentro de un sauna con más de 40°

Así que sintiéndose un tanto desesperada tomo la decisión de darse una reconfortante ducha, aún tenía tiempo de sobra antes que la misa de las seis de la tarde comenzará, la ojimarron fue hasta  su habitación, tomo algunas toallas, un hábito y salió a paso ligero hacía una de las duchas.
En medio del camino tarareaba algunas canciones adelantándose así a quitarse aquella tela que cubría su cabeza.

Al llegar ahí, abrió la puerta del baño sin percatarse de nada sólo mirando su reflejo en el espejo, se despojó de toda la ropa, amarró su cabello en una coleta alta, soltó un par de suspiro y después pasó sus manos sobre sus hombros dándose un ligero masaje.
Mientras cerraba sus ojos al sentir como sus músculos se relajaban y le daban un poco de calma a su cuerpo.

Todo era silencio, todo estaba rodeado de un aura de paz hasta que escucho un ligero gritó que hizo que abriera sus ojos y girará en dirección de aquel sonido topandose con la imagen de Chaeyoung, una novicia que llevaba tan sólo tres meses en el convento

- Sor Mina lo siento mucho - murmuró la ojiverde cubriendo su desnudez con lo poco que sus pequeñas manos le permitían mientras hacía un esfuerzo enorme para no mirar más allá que los profundos ojos cafés de la mayor - yo...yo....debo - pero aquellas palabras murieron en sus labios al darse cuenta que la pelinegra le recorría lentamente con la mirada su cuerpo, demorando un poco sobre su abdomen y parte de sus pechos que quedaban algo descubiertos, así que tomando un poco de valentía se descubrió dejando que los ojos de la mayor se dieran un festín y sus mejillas se sonrojaran - ¿Le gusta lo que ve?

- perdone - dijo Mina saliendo de su ensoñación y volviéndo a la realidad dislumbrando como una sutil sonrisa se posaba en los gruesos y rosados labios de la ojiverde

- ¿Se va a quedar solo mirando o va hacer algo al respecto? - la menor caminó moviendo sus pequeñas caderas de un lado al otro hasta llegar a centímetros de la pelinegra y colocar una de sus manos sobre la mejilla delineado así el contorno de su barbilla y bajando hasta perderse por el valle de sus pechos que estaban cubiertos por un sostén negro que resaltaba el color nivea de su piel

- Novicia Chaeyoung esto.... - intentó decir pero la ojiverde fue más ágil y atrapó los delicados labios de la mayor con los suyos en un beso que les robó el aliento a ambas, podían sentir la suavidad, el sabor, la calidez y la humedad de sus bocas haciendo que experimentaran nuevas sensaciones.

Sin perder más tiempo Chaeyoung llevo sus manos al broche del sostén de la pelinegra abriéndolo con rapidez para después con la yema de sus dedos bajar lentamente Los colgantes haciendo que la prenda cayera al frío suelo dejando al descubiertos los preciosos y apetecibles pechos de Mina

- Mmhhh - soltó la japonesa en medio de jadeos cuándo Chaeyoung abandono sus labios empezando a repartir besos desde su cuello hasta uno de sus pezones y envolverlo con su boca succionandolo deliciosamente haciendo que las piernas de la mayor temblaran del placer. En vuelta en la lujuria y en las maravillas que aquella chica hacía en sus pechos, la pelinegra enredó sus manos sobre el cabello de la rubia presionadola a qué no abandonara aquella tarea que le robaba el aliento - esto es maravilloso -  musito escuchando el "plop" cuándo la menor soltó su pezón izquierdo.

- sabía que usted sería deliciosa -  murmuró mirando los ojos cafés de Mina y sus labios ligeramente abiertos, haciendo así lo que siempre había querido desde la primera vez que la vió en aquella capilla mientras decía los misterios. Se arrodilló ante ella, colocando sus manos sobre la fina tela de sus bragas y bajarlas lentamente dejando suaves caricias a su paso.

El rico aroma de la mayor embriagó sus sentidos e hizo que su centro se contrajera debido a la excitación, así que mirándola a los ojos dió la primera lamida en los pliegues de la intimidad de la pelinegra contemplando como está cerraba sus ojos y se aferraba al frío lavamanos

- Ah...ah - soltaba en medio de débiles gemidos al momento en que la ojiverde tomo su clítoris entre sus labios, succionandolo varias veces antes de empezar a mover su lengua en forma circular mientras agarraba el enorme culo de Mina apretandolo en el proceso

- ¿Le gusta? - preguntó deteniendose un momento

- si - soltó sin más volviendo a guiar a Chaeyoung a su centro y está con gusto  disfruto de nuevo el rico néctar que emanaba de allí, la penetraba con su lengua, le daba pequeñas nalgadas, y luego volvía su trabajo sobre el hinchado clítoris de la mayor haciendo que está se corriera en sus labios  - Chaeyoung...... Chaeyoung - decía en medio de pequeños murmullo melodiosos cuándo sintió como dos dedos la invadieron haciendo que volviera a excitarse incluso más está vez.

Los labios y los dedos de Chaeyoung se movían en perfecta armonía haciendo que Mina tuviera que morder sus labios hasta sangrar para poder reprimir los fuertes gemidos que querían escapar de  su boca en forma de agradecimiento o maldiciones para la menor que le estaba haciendo temblar cada célula de su cuerpo

- Virgen santísima - soltó sin más cuándo los delgados dedos de la ojiverde tocaron su punto de placer haciendo que explotarán en diversas emociones y fluidos que salían de su intimidad que fueron recibidos gustosos por Chaeyoung

- podría vivir toda mi vida entre tus piernas, sería todo un placer que tú seas mi único alimento - musito Chaeyoung colocándose en pie y robándole un beso a  una sonrojada Mina que intentaba recuperarse de todo lo que había sucedido

- esto fue maravilloso

- y eso que estoy un poco enferma hoy, pero solo espera a que me esté un poco mejor...... Te follare tanto que tendrás que rezarle a Dios para que te ayude a levantarse de la cama.

Ambas chicas se miraron a los ojos sientiendo como el calor se apoderaba de su cuerpo insitandolas a volver a pecar.

FIN

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