~•Purple Rain•~ // Yuzuru Hanyu\\

XII

El pasado es el depredador mas peligroso para la mente humana. Acecha tus pensamientos, y paraliza tus emociones, para luego alterarlos con la profunda desesperación de escapar o atacarlo, surgiendo desde la oscuridad de tu mente, inyectando su veneno con dolorosas memorias y antiguas decisiones tomadas que te atormentan, siempre con una dosis para no terminar matándote, aunque a veces puede llegar a ser mortal y causar tu muerte. Como una droga adictiva que no puedes dejar, el dolor se torna rutinario, totalmente normal, y no lo recibes, tu mismo llegas a buscarlo, buscando tu propia destrucción, cavando tu propio agujero para sepultarte porque en el fondo sabes que a eso es que llegaras, pero llegas a un punto que ya no te importa. No hay mas retorno, ¿Razones? quizás, pero ¿Qué tipo de razones podría llegar a tener para que cambie de opinión?, eso mismo pensaba cuando esta misión fue asignada para mi. Por alguna razón, los sucesos me decían que esto era totalmente diferente. Ahora, entre la espada y la pared.
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Las puertas principales se abren, el japones estaba aterrado, sosteniendo fuertemente la mano de Rain, mirándola de reojo inseguro, pero ella mantenía su mirada fija, al frente, sin temer a nada, como segura de si misma. Yuzuru suspiraba, en su mente solo sonaba "debo creer en ella", "todo estará bien", "saldremos de aquí", se estaba obligando a confiar ciegamente, no tenia opción, era entrar o entrar, porque justo detrás de el estaban guardias armados, listos para dar el tiro que acabe con sus vidas.
Desde adentro resalta una luz blanca, seguido de un ambiente estilo medieval, totalmente elegante y bien iluminado, el color naranja siendo lo principal, con dos enormes candelabros de cristal resaltando aun mas el color, sillones de cuero marrón y negro, con muebles adornados con flores o plantas, algunos cuadros tanto de pinturas como algunas imágenes poco visibles desde la vista del japones, quien quedo algo perplejo en la imagen visual del entorno que no se percato que Rain soltó su mano y que habían 3 personas ahora, una mujer mirándolos penetrantemente, uniéndose los otros dos hombres que los habían acompañado en el vehículo. Era una mujer mayor, elegante, con rasgos digamos que latinos, cabello lacio, corto hasta los hombros, vestimenta formal y mostraba una mirada burlona.

-¿Como están?, fue un viaje largo, verdad?- hablo la mujer mientras sonreía - pero no se sientan incomodos, en un momento los haremos sentar.... Pasa que necesitamos asegurarnos de algo; y yo entiendo esas expresiones pero...- se acercaba lentamente hacían ambos chicos, específicamente hacia Rain- es importante la seguridad nuestra y a la vez las de ustedes, vos mas que nadie sabes como es eso- hablaba con la chica, quien la ignoraba con su silencio pero a la vez no apartaba su vista de ella; la otra mujer acercaba su mano hacia la mejilla derecha de Rain, para luego acariciarla lentamente -Maldita traidora- plantándole un beso en los labios, beso que duró 5 segundos, de los cuáles el japonés procesó su existencia y razones, Rain tenia los ojos abiertos, manteniendo una expresión fría, sin sentimientos ni emociones, no tenía expresión de los sucesos ocurridos. La mujer se separa de ella, toma su rostro fuertemente, mientras la mira con furia -Ya deja de portarte mal, ¿Queres?-

Yuzuru estaba en un estado de shock tan crónico por ese beso y "diálogo", que su mirada había quedado en la nada, totalmente confundido, sorprendido, desconfiado. No escuchaba, no sentía, no veía, su atención quedó en esa imagen mental de ese beso. Y Rain sabía que posiblemente perdió todo, el sabría todo, estaría todo arruinado, todo lo que hizo sería en vano, ya no importaba nada ahora, era su juicio final, el verdugo ya la está esperando en el palco, solo tiene que subir y apoyar su cabeza en la guillotina. ¿Qué más daba?, ya estaba demasiado cansada de todo esto realmente. Yuzuru buscaba respuestas, mirando la nada misma, estaba asustado, ¿Quién mierda son esas personas?.

Rain miraba a la mujer, con frialdad, repentinamente escupe hacia el rostro de la mayor, llegando a la mejilla derecha -Maldita vieja idiota- dice, la mayor ríe con sarcasmo mientras limpia la saliva con su mano libre, y tira a Rain al suelo, para luego dirigirse al japonés, éste no se percató que se encontraba de rodillas. La mujer toma a Yuzuru del mentón de la misma manera que hizo con Rain anteriormente.