Cap 2

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—¡En diez minutos sales, salinas!— Grito el ayudante afuera de mi camerino.


Suspire tratando de relajarme. Me encontraba en el camerino ensayando, ya voy a ser la protagonista, o sea, el cisne negro.
Estoy realmente nerviosa, iba a presentar en unos cuantos minutos. Escuché como alguien tocaba la puerta.

—Quien es?— Pregunte mientras seguía ensayando.

—Tu novia!— Escuché del otro extremo, haciéndome reír.

Abrí la puerta con cara de angustia.

—Elizabeth, creo que me haré pis.— Exclamé sentándome, mientras que afuera escuchaba cómo me gritaban que faltaban 5 minutos para mi presentación.

—Oye, qué afuera hay un baño eh.— La escuché reír.

—Ya, no es broma, dime palabras motivadoras como buena amiga.—

Las dos nos vimos serias, para después carcajearnos.

—si estamos como que raritas—Me pare abriendo mi camerino.

—Hey, todo va salir muy bien, ruby.— Me dijo Elizabeth abrazándome.

—Ay, Elizabeth malevola se nos puso sentimental.— Reí levemente.

Iba a decir algo más pero alguien se acercó.

—Es hora. Te estamos esperando afuera.—Hablo para después irse.

—Suerte, linda...—

Solo mire a Elizabet suspirando, para salir de los camerinos. Al llegar al escenario las cortinas seguían cerradas. Me puse en posición, y vi como abrían las cortinas poco a poco...











El show había terminado, lo había hecho excelente, pero mientras presentaba vi algo muy malo...

—Estuviste genial, ruby!—

Escuché decir a Elizabeth mientras venía sonriendo hacia a mi para abrazarme.

—Elizabeth, lo vi...— hablé claramente angustiada










Marques versión.

La vi, de nuevo la vi. Lucia tan bella como esa última vez que la vi, solo que más madura. Tiene el cabello más largo, se ve más alta. Luce tan bien ahora mismo como cisne negro, y ni hablar de su presentación..., su forma tan elegante de moverse, haciendo querer ver más al espectador. Viendo atentamente cada uno de sus movimientos, haciéndote sentir con ella. Desde que la vi cuando tenía 15 años sabía que tenía talento para esto, y no me equivoque.
Pude ver el momento preciso donde me vio, haciendo contacto visual. su cara cambio al principio pero después se volvió neutra, solo pude emboscar una pequeña sonrisa. Se ven tan indefensa..., la segunda vez que me vio fue cuando termino la presentación, me miro curiosa..., y con miedo.
Cuando las cortinas se cerraron me paré rápidamente de mi lugar para ir a preguntar donde quedaba su camerino, tenía que verla.

—Quiero que pregunten en cual camerino esta Ruby Salinas. Dense prisa.— Les dije a mis guardaespaldas. Espere un poco y después vinieron.

—Nos dijeron que en el camerino 101, señor Gramont.-

—Perfecto.— Dije sonriendo.

Empecé a buscar el camerino 101 entre tantos.

Estoy ansioso de verte, Ruby Salinas...










Ruby versión.

—De qué mierda hablas, Ruby?- Elizabeth me miro confundida.

—Ven, tenemos que ir a mi camerino.— Sin dejar que respondiese, la agarre de la mano para llevarla. cuando llegue nos metí juntas.

—Marqués de Gramont. Lo vi en lo alto, en el mejor asiento.-
Exclamé quitándome las zapatillas de ballet, para también quitarme el tutú.

—Santa mierda, pensé que esto solo pasaba en películas.—

Mire cómo Elizabeth se ponía las manos en la cintura sorprendida.

—El me miraba muy fijamente, me intimidó mucho...—  Me pase las manos por la cara, tratando de procesar lo que acaba de pasar.

—Bueno, eres el cisne negro así que...— Unos toques en la puerta interrumpieron a Elizabeth...

Solo nos pudimos ver, compartiendo miradas.
Vi como Elizabeth decía mierda en voz baja, y la verdad es que si...,
Mierda.

Teatro | Marquis de GramontDonde viven las historias. Descúbrelo ahora