Capítulo 2

46 6 1
                                    

Atendí.

-Retro Wheels ¿puedo ayudarle?- dije esa pequeña frase que me había enseñado Todd para atender el teléfono, aunque la dije pocas veces en los 3 años que llevaba trabajando en el local.

-Ámbar, habla Todd quería decirte que hoy no podré visitar el negocio- dijo con una de las voces más amables que podía hacer- de todos modos confío en ti...

-no hay problema- era una de las pocas semanas donde mi jefe no visitaba en local.

-¿puedo pedirte un favor? Ya he hablado con tu madre pero ¿podrías solo por hoy dormir en el local? No estoy ahí para cerrarlo y el guardia de la calle está ausente por unos días, tienes el baño, el cuarto de la mercadería, incluso detrás del mostrador para dormir, tu madre ya está en su casa por si te preocupas. Prometo pagarte más este mes, ¿harías eso Am?

-que va, ni siquiera me molesta, este lugar ya es como mi casa- acepté.

-¡perfecto! ¡Gracias! Iré a verte durante la semana que viene. Cuídate Ámbar adiós- se despidió y colgó, al parecer tenía prisa pero no la suficiente.

El punk seguía con clientes así que crucé los 4 metros que nos dividían y entre a su local, miré todo de arriba hacia abajo a pesar de ya conocerlo, predominaba el rojo, había guitarras de utilería colgadas del techo, fotos de los mejores tatuajes, un estéreo a todo volumen, sillones rojos de cuero, estantes repletos de piercings y un chico sonriente de cresta roja.

-¡Aquí mi acompañante!- gritó Toby presentándome a su cliente, era un chico de unos 23 años no tenía ninguna apariencia en especial, pelo negro, remera negra, un poco ejercitado- Mira Am, le voy a hacer un logo de...- tartamudeó, hizo unos gestos con la mano tratando de recordar el nombre del tatuaje, pero luego dejo que el chico responda.

-la unión entre cuerpo alma y mente- dijo él.

Le estaba dibujando y limpiando la piel a su cliente debajo de brazo entre la axila y el codo.

Me quede un rato echada en el sillón mirando los expansores, podía escuchar su conversación, hablaban de cuantas personas venían a tatuarse el nombre de sus ídolos, novios y ex parejas.

Fue un día normal, seis personas visitaron mi local, dos de ellas compraron ruedas y tornillos las demás preguntaron por precios, ya se acercaba la noche cuando Toby cerraba las puertas de su local y se despidió de su cliente quien volvería para terminar el tatuaje. El cielo estaba de un color gris brillante a punto de ser la noche. Tobías disfrutaba los últimos momentos apoyado en la pared.

-Ey- lo hice reaccionar y despego su espalda del muro- em...por hoy me quedaré a dormir en el local, si quieres puedes venir, me va a costar dormir de todos modos, y a ti te gusta trasnochar.

-¿una fiesta de pijamas?- rió- sí, está bien.

Entre de nuevo a mi puesto, active el sistema de seguridad baje unas telas que tapaban los vidrios que daban al exterior y me senté girando las ruedas de mi longboard sobre el mostrador, tenía un logo gastado de Blink182 que había dibujado hace dos años. Ruedas verdes flúor y una marca de tablas que nunca aprendí a pronunciar.

Al rato llego Tob golpeando la puerta, ya se había sacado todo el rollo punk y solo quedaba un chico casi normal con una remera negra y unos jeans.

Lo que tú no ves.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora