Me desperté sin saber cuándo me dormí, mi mente lo repetía sin descanso, no dejaba de pensar lo lo que pasó anoche una y otra vez reviviendo el momento en mi mente y preguntándome si de verdad pasó, cuando sabía que sí había pasado, que había hablado con un chico extraño por el teléfono, que compartimos gusto en música y que la aspera voz de la última canción que puso, seguía pegada en mi cabeza.
Mi boca tenía un sabor raro, sabía perfectamente que era del último cigarrillo que fumé para dormir. El punk dormía con las palidas manos en la cara y la boca abierta, se avecinaba la hora de abrir el local, la alarma de mi telefono lo informaba.
Toby no tardó en levantarse, me deseó un buen día dándome un beso en la mejilla y deslizando su mano por el mostrador se fue a su negocio como cualquier otro día.
Sólo subí las persianas, acomode las cosas, conté lo ganado en la semana, y me acerqué al estéreo para ambientizar pero algo pasó, al apretar el botón de encendido nada sucedía nisiquiera emitía una luz, fue cuándo Toby apoyó su frente en la vidriera haciéndose sombra con sus manos y gritó "tienes corriente eléctrica?"
Abrí la puerta y desesperado entró y con sus dedos flacos y blancos apretó la tecla que encendía la luz unas 10 veces.-Toda la calle esta sin luz-dijo.
No me había dado cuenta, nisiquiera prendí las luces del local, el sol pasaba por las vidrieras y todo era más que visible, pero ese no era el problema, no había pasado un dia de mi vida sin música y me ponía a pensar cómo sobrevivir lo que quedaba de hoy.
Para el mediodía, Tobías y yo parecíamos locos a los que les sacaron su droga, el estaba sentado en el cordón jugando a raspar su mano con su cresta roja mientras yo marcaba ritmo sobre el mostrador mirando un punto fijo, no podía soportar más, el silencio era peor que una canción a todo volumen dañando tus oídos, extrañaba las competencias de bandas que hacíamos con el punk, el silencio y la falta de clientes nos estaba volviendo locos, el sonido a nada era un chillido constante sin fin, agudo que se metía en tu tímpano sin salida, el silencio era torturador.
Cuándo el sol ya no iluminaba como antes el el local, Toby apareció con su capucha puesta la cual moldeabala forma recta de su pelo y de sus bolsillos sacó una armónica, que le "prestaron" del local de música, fingiendo que sabía como usarla comenzó a soplar sin dar en ninguna nota que lograra afinar, lo cual era peor que el silencio. Para ese momento seguía aborreciendo el silencio de la calle pero me había dado por vencida e ignoraba todo todo sonido, sólo podia pensar en la dulce quieta y calma voz de la canción que puso 94 antes de irse, me había molestado al inicio pero, comenzaba a extrañarla, necesitaba saber el nombre de esa melodía.
Como si un impulso golpeara mi cuerpo tome mi celular y sin pensarlo dos veces llame a 94. La espera no fue tan torturadora esta vez, el atendio con la voz cortada no solo por la gravedad sino tambien dormida, un cierto ruido se escuchaba en su ambiente.-Hola?
-Necesito saber el nombre de esa la cancion- escupí.
Dejo unos segundos, suficientes para recordar que era yo, la chica con la que había hablado la noche anterior, suspiró y soltó algo parecido a una risa muy leve.
-Creí que resistirías más o que jamás llamarías, pero creo que mueres por saber mi nombre- alardeó- se llama...
-No tengo corriente eléctrica, no creo poder escucharla ahora mismo- le interrumpí.
En el local no había redes inalámbricas y con mucha suerte encontrabas señal en el callejón, sin un enchufe, estabas por tu cuenta.
94 balbuceo un poco, sabía que se preguntaba por que lo llamaba si no podía escuchar la canción en el momento, pero a decir verdad, ni yo lo sabía, me temía que sólo quería escuchar su voz diciendo el nombre de una canción.-No creo poder reproducirla ahora mismo- finalmente dijo. Se hizo silencio, en su ambiente había voces que hacían ecos y pasos- no cuelgues.
Ahora el sonido cambio, 94 se estaba moviendo y podía sentir su respiración, sus pasos, el crujir de dos puertas, voces diferentes y finalmente silencio súbito, ahora sólo éramos 94, su respiracion y yo, solo escucho el golpe de una puerta mas y después de unos segundos la música comenzó a sonar, la reconocí en el segundo verso, la voz áspera y profunda del cantante entró en mis oídos como agua en el desierto que fue el silencio. Nadie hablo sólo disfrutamos de la música deje mi teléfono a un costado y me relaje, 94 suspiró y tarareó la letra.
Había cerrado mis ojos, estaba imaginando como sería 94, donde estaría, de que color era su cabello, ojos, piel. Que altura tenía, que edad, donde vivía, me preguntaba si el se preguntaba todo eso de mi. Ya estaba perdida en mi mundo, la cancion estaba a unos segundos de terminar, la musica me lo decia, cuando la respiración seca de 94 volvió al parlante aturdiendome.-Arctic Monkeys, Suck it and see, debo irme- dijo. Su voz cambio, ya no era tranquila, y logró agitarse- debo irme...- colgó apresuradamente como si alguien lo estuviera buscando, dejando mis oídos expuestos al silencio denuevo.
Sería un día largo