capítulo 3

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Al terminar el instituto, vino mi novio ha hablar conmigo y estaba muy alterado. Me asuste mucho porque empezó a insultarme. En ese momento me puse a llorar, y el se puso a gritarme como nunca antes lo había hecho. La gente que pasaba se nos quedaba mirando, y pasaban de nosotros. Entonces mi novio muy alterado levanto la mano para pegarme y cerré los ojos porque me asuste mucho, pero no note nada. Al abrir los ojos vi a Raúl parándole la mano.

-Pero ¿que estabas haciendo? ¿¡¿estas loco?!?

-No, ¡ella esta loca! Me quiere arruinar la vida, y se merece que le pegue y que ¡¡la mate!!

-pero que tonterias dices!! Anda vete a tu casa y deja a Lidia en paz-dijo raul enfadado.

NARRA RAÚL

Cuando pasó todo eso y vi a Lidia llorando, me acerque y la abracé. Le dije al oído que no se preocupara porque yo iba a estar ahí para protegerla siempre. Nos llevamos un buen rato abrazados, y Lidia no paraba de llorar. Necesitaba que dejara de llorar, porque cuando ella llora... me entra ganas de llorar a mi. Entonces cuando se calmo un poco...

-Lidia por favor, para de llorar, porque yo no voy a permitir que ese gilipollas te haga daño. Por favor, no llores más.

-(entre sollozos) vale... muchas... gracias

-No tienes porque darlas...

En ese momento, le mire a los ojos, después a los labios, le seque las lagrimas, me acerque lentamente y deposite un suave y breve beso en sus labios.

Mi profesor de gimnasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora