★ synopsis: Tu esposo mafioso sólamente es suave contigo. ꒰ᐢ. .ᐢ꒱
★ 486, palabras.
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Quién diría que uno de los mafiosos de más alto rango como lo es Lee Minho mejor conocido como Lee Know sería un esposo totalmente suave, mimado y pegajoso solamente para su linda esposa Jiwoo.
Si Lee Know podría ser el mafioso más peligroso e intimidante de todo el continente asiático pero cuando está entre los brazos o simplemente alrededor de su linda esposa se vuelve una bolita necesitada de amor.
—Cariño estoy en casa —se escucho la voz cansada de tu esposo junto con el sonido de la puerta siendo cerrada.
—Hola cielo, ¿cómo estuvo tu día? —te acercaste a él envolviendo tus brazos en su cuello para posteriormente darle un beso de bienvenida
—Agotador —murmuró envolviendo sus brazos en tu cintura acercándote lo más posible a él y escondiendo su rostro en tu cuello.
—Oh mi pobre bebé... hagamos esto porque no tomas una ducha te pones cómodo y mientras yo sirvo tu cena que tal suena eso ¿eh? —susurraste en su oído dejando algunas caricias en su cabello.
—Solo quiero ir a la cama abrazarte y dormir, ¿podemos hacer eso? —despegó su rostro de tu cuello y te dió una mirada cansada— Por favor. —
—Esta bien cielo lo que tú digas —aceptaste dejando un beso en la frente de tu esposo.
★
—Solamente tenían que hacer una cosa y ¡lo han hecho mal! ¿Saben todo lo que he perdido por su culpa? —bufó Lee Know molesto.
—Señor nosotros d....
—¡Silencio! No quiero escucharlos.
—Lo sen...
—He dicho silencio. No los quiero aquí ¡Fuera!
Sus hombres simplemente hicieron una reverencia y se retiraron en silencio del despacho de su jefe. Lee Know cerro sus ojos y froto sus cienes con cansancio.
—Dije que no los quería aquí —hablo cuando escucho unos toques en la puerta—Oh, cariño —su voz se torno más suave cuando te vió— Ven —palmeo sus muslos invitándote a tomar asiento en ellos.
—¿Todo bien? —preguntaste masajeando sus hombros
—Ugh, no. —tiro su cabeza hacia atrás soltando un suspiro— Estos idiotas no pueden hacer nada bien pero no hablemos de eso mejor dame besitos —levanto sus labios en pico y dejo un apretón en tu cintura.
—Todos los que quieras cielo —respondes repartiendo besos por todo su rostro y finalmente dejando un beso en sus labios
—Mh mucho mejor —sonrió
—Bien entonces te dejo seguir con tu trabajo —anunciaste dejando un último beso en sus labios para después levantarte de su regazo, sin embargo tu esposo no te lo permitió.
—No cariño, no más trabajo por hoy. ¿Qué quieres hacer? Pasaré el resto de la tarde contigo. ¿Qué te parece si empezamos por un rapidito? —sonrió con picardía.
—¡Minho! —los colores subieron a tus mejillas.
—Es broma —rió y dejo un beso en tu mejilla— Aunque si quieres no es broma—soltó una carcajada cuando golpeaste su pecho en modo de protesta.
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