aaaghhh ♡ parte 3 de 3.

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   Pues no, JeongGuk no gustaba de NamJoon por mucho que le emocionara verlo

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   Pues no, JeongGuk no gustaba de NamJoon por mucho que le emocionara verlo. JiMin había asumido aquello tras ver la forma en que el revivido reaccionaba al escuchar su voz, pero no pudo reconocer que se emocionaba de una manera más tímida y alegre cuando JiMin mismo llegaba a saludarlo todas las mañanas. El zombie se notaba muy pensativo a medida que JeongGuk le explicaba todo lo que JiMin malentendió, entre emocionado y nervioso. A pesar de lo rudo que se viera, tenía la cara amoratada por la timidez y sonreía con sus grandes y dulces ojos oscuros brillando de la emoción, jugaba con sus dedos y evitaba mirar por mucho tiempo a JiMin porque temblaba incluso de poder estarle contando todo desde su punto de vista.

   Hablaba sin parar, y se notaba que su corazón–motor estaba a punto de sobrecalentarse oficialmente, así que el zombie tomó su mano con una mirada seria para poder llamar su atención y que no estuviera gastando energía porque sí. La Luna brillaba de vez en cuando, emergiendo tras las nubes que se acumulaban poco a poco en el cielo negro, y JiMin lucía precioso a ojos de JeongGuk. No por sus labios carnosos o su nariz puntiaguda y adorable, si no que por la forma en que sus ojos intentaban decirle todo lo que las palabras no podían. Su rostro demacrado y horrendo de muerte le parecía bello, con las heridas abiertas que jamás sanarían y las ojeras, las mejillas hundidas y el cabello flotando a su alrededor de una manera angelical. Si miraba desde un ángulo preciso, podría contar los dientes al interior de su boca a través de la enorme herida que no le dejaba comer tranquilo la mayoría del tiempo.

   Era precioso.

   ─── Uughgh. ─── Cálmate.

   ─── Lo siento, JiMinnie. Es que... ─── titubeó JeongGuk, notando recién la manera en que su corazón–motor trabajaba con brío.─── Supongo que quiero decir con todo ésto que me gustas también. Y muchísimo.

   ─── Ggghhhhh, ugghhhg uuughgggggggg uuuhhhh. ─── Por una gárgola, eres precioso cuando te ves así de tontito.

   El revivido frunció el ceño.─── ¿Cómo?

   ─── Ghhhhhhhgg agggggh gghuu uhgg. ─── Eres denso como un coágulo de un siglo.

   Con una risita tímida de parte de JeongGuk, el ambiente terminó de relajarse. Había algo en la mirada de JiMin que no dejaba de encantar al revivido, el que ahora tomaba su mano de vuelta, conmovido por la forma en que el zombie parecía anclarlo a tierra firme. Porque de todas formas de sólo sentir lo que estaba sintiendo era capaz de ponerse a flotar en el aire, o al menos eso creía. Y la verdad es que de sólo amar a JiMin tenía el valor suficiente como para creer que era posible hacer de todo. En eso pensaba cuando el zombie le mostró los dientes con una mueca que era su sonrisa habitual, los ojos muertos reflejando la Luna y la silueta a contraluz del ente electrizado.

   Minutos más tarde, ambos muertos salían del cementerio tomándose de las manos y disfrutando de la brisa nocturna que llegaba a la calle. Todo estaba vacío, porque aquella zona era bastante deshabitada (precisamente debido a los rumores de gente muerta caminando libremente). Nadie los iba a ver y eso era seguro, pero incluso si nadie estaba la vista, JeongGuk estaba nervioso al tomarle la mano. Lo hacía con suma delicadeza, porque tenía una fuerza descomunal y JiMin era débil de cierta manera. Es decir, su físico era un cadáver vivo, por lo que estaba pudriéndose hasta el fin de sus días. Si tomaba su mano con fuerza, era capaz de quebrarla como si estuviera agarrando unas galletas de soda. Lo miraba de reojo, su perfil perfecto y los dientes que veía a través de su mejilla abierta, sus ojos fijos hacia adelante por la eternidad. Si se fijaba lo suficiente, podría ver la manera en que el color de sus mejillas era más intenso, de un violeta profundo que lo hacía ver adorable incluso en la oscuridad que tanto temían los demás. La brisa movía un poco su cabello largo y desordenado por naturaleza y eso a JeongGuk le encantaba.

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