Harry:
Harry Potter se sentía aburrido y frustrado. Había pasado un año desde que derrotó a Voldemort y terminó la guerra, pero su vida no era tan emocionante como esperaba. Seguía trabajando como auror, pero las misiones que le asignaban eran cada vez más rutinarias y tediosas. No había ningún desafío, ningún peligro, ningún misterio que resolver. Solo seguía órdenes y arrestaba a criminales menores que no le ponían ninguna resistencia.
Lo único que le alegraba el día era ver a sus amigos Ron y Hermione, que habían empezado a salir juntos después de la batalla de Hogwarts. Harry se alegraba por ellos, pero también sentía un poco de envidia. Ellos tenían una relación feliz y estable, mientras que él seguía soltero y sin nadie que le interesara. Había salido con algunas chicas, pero ninguna le había hecho sentir nada especial. Todas le parecían aburridas, superficiales o demasiado interesadas en su fama.
Harry se preguntaba si alguna vez encontraría el amor, o si tendría que conformarse con una vida monótona y solitaria. A veces pensaba que quizás debería dejar el trabajo de auror y buscar otra cosa que le apasionara más. Pero no sabía qué podía hacer, ni qué quería realmente.
Un día, su jefe Kingsley Shacklebolt lo llamó a su despacho y le dijo que tenía una misión importante para él.
- Harry, necesito que vayas a Francia y te infiltres en una organización criminal que se dedica al tráfico de artefactos mágicos -le dijo Kingsley con seriedad.
- ¿Artefactos mágicos? -preguntó Harry con curiosidad.
- Sí, objetos antiguos y poderosos que pertenecieron a magos y brujas famosos. Algunos son muy peligrosos y podrían causar mucho daño si caen en manos equivocadas. Hemos recibido información de que esta organización planea robar el anillo de Merlín del museo de magia de París.
- ¿El anillo de Merlín? -repitió Harry impresionado.
- Sí, el anillo que supuestamente le dio el poder de controlar los elementos. Es una reliquia muy valiosa y muy buscada por los coleccionistas. No podemos permitir que se lo lleven.
- Entiendo -dijo Harry asintiendo-. ¿Y qué tengo que hacer exactamente?
- Tienes que hacerte pasar por un comprador interesado en el anillo y contactar con uno de los miembros de la organización. Se llama Blaise Zabini.
- ¿Blaise Zabini? -exclamó Harry sorprendido-. ¿El excompañero de Slytherin?
- El mismo -confirmó Kingsley-. Resulta que después de la guerra se dedicó al negocio ilegal de artefactos mágicos. Es uno de los intermediarios más influyentes del mercado negro. Tiene contactos con muchos vendedores y compradores, y sabe dónde conseguir lo que quiera.
- Vaya, no me lo esperaba -dijo Harry frunciendo el ceño-. ¿Y cómo voy a contactar con él?
- Tenemos su dirección en París. Te enviaré una lechuza con los detalles. Tendrás que ir solo y sin llamar la atención. No podemos arriesgarnos a que nos descubran.
- De acuerdo -aceptó Harry-. ¿Y cuál es el objetivo final de la misión?
- El objetivo es infiltrarte en la organización y averiguar quién es el líder, dónde tienen el anillo y cómo piensan robarlo. Luego tendrás que informarnos para que podamos intervenir y detenerlos.
- Entendido -dijo Harry-. ¿Cuándo tengo que irme?
- Mañana mismo -respondió Kingsley-. Es urgente. No tenemos mucho tiempo.
- Está bien -dijo Harry-. Iré a preparar mis cosas.
Harry salió del despacho con una mezcla de nerviosismo y emoción. Por fin tenía una misión interesante y desafiante. Tal vez esto le diera un poco de sentido a su vida. O tal vez le trajera más problemas de los que esperaba.
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La misión de Drarry
RandomHarry Potter y Draco Malfoy son aurores que se infiltran en una banda de ladrones de artefactos mágicos. Su objetivo es el anillo de Merlín, que puede controlar los elementos. Pero son traicionados por Blaise Zabini, que les roba el anillo y los dej...