– ¡Tom! ¿Puedes creer lo que me pasó? Mamá... Mamá dijo que aceptaba que yo estuviese contigo hasta que seamos viejitos y que incluso, podemos vivir juntoos. – Bill había entrado a la habitación del mencionado mientras daba saltos sin parar, eufórico por lo que Simone le había dicho. Él quería más que nada en el mundo permanecer cerca de su hermano y ahora su mamá le permitía sin ningún problema.
– ¿Puedes dejarme tranquilo? Ni siquiera te he dicho que yo quiero eso, deja de ser tan egoísta. – Tom le respondió, mientras jugaba con la consola y no despegaba sus ojos de encima. No le había tomado el peso de sus palabras, se le había olvidado que su hermano era una persona sensible pero en ese momento poco le importó, estaba en una partida con su mayor enemigo de la escuela y necesitaba ganarle a costa de todo.
Y por otra parte, Bill, con lágrimas en los ojos, salió corriendo a su habitación preguntándose el por qué su hermano le había dejado de querer tan de pronto. Hundió su rostro ya húmedo en la almohada, tras lanzarse a su cama, abrazando esta lo más fuerte que pudo. Tom ya le había reemplazado y fue con una insignificante consola, ¡Todo era culpa de Gordon! Él se la había regalado y ahora no la soltaba, ya no pasaba tiempo con él y eso le entristecía. ¡Ni siquiera en la escuela podía verle porque los habían separado de sala!
Luego recordó el diario que tenía bajo su almohada, en el cual empezó a escribir lo que había sucedido hoy con Tom y la consola, debía desahogarse sin llorar. Tenía que ser fuerte.
Querido Diario:
Tom ya no me quiere, me odia como nunca y ya no quiere ser mi hermano. ¡No me digas dramático! Sé que lo soy, pero ahora tengo razón. Se suponía que íbamos a vivir juntos y estar hasta viejitos juntos pero prefirió a una consola antes que a mí. ¿Puedes creerlo? ¡Me ha estado ignorado por completo!
Quiero llorar, llorar muchísimo pero no quiero quedar seco, ¡Recién tengo 14 años, casi 15! Debo cuidar mis lágrimas... Cueste lo que cueste.
¡Besos, diario!
20 de agosto 2004
•••
“Lamento haberte ignorado ese día, Bill. Realmente era demasiado inmaduro y no pensé dos veces antes de decirte las cosas, ni siquiera la partida estuvo lo suficientemente buena, o lo hubiese recordado de ser así. Tú sabes más que nadie que siempre he querido vivir contigo, y espero que en algún momento, cumplamos ese sueño.”
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the moment i dead
Random"Querido diario: Estoy agradecido por tenerte entre mis manos, mamá me lo regaló exclusivamente para escribir lo que siento, ya que, según ella, mi vida es tan fantástica que merece ser escrita. Y claro, se me había olvidado mencionarte que me llamo...