Cada que pasaba el tiempo, el ánimo de Bill iba decayendo sin que otros lo notasen. Ni siquiera Tom lo notaba, a pesar de sentirse angustiado de vez en cuando, cosa que lo relacionaba con exámenes finales y demás. No le tomaba tanta relevancia, pues, no sabía que se trataba de su gemelo y su malestar emocional. Siempre creyó que él estaba bien. Bill era bueno fingiendo, eso pudo corroborarlo en muchísimas ocasiones. Aunque algunas veces quiese no ser tan buen actor, habían veces que en verdad agradecía ese don. Bill también se había hecho más cercano a Andreas y a los amigos de Tom, pero seguía sintiendo que algo estaba mal consigo mismo. Habían unos chicos que no lo pasaban por alto y seguían haciéndole la vida imposible, vincent era uno de ellos. Ahora eran tres que le seguían cuando este se iba solo a su casa y le humillaban, golpeaban sin parar, pero nadie se daba cuenta. Simone y Gordon trabajaban siempre, Jörg solamente aparecía de vez en cuando pero Bill no era tan apegado a él, entonces no podía tomarlo como su salvación. Tom era el que aprovechaba más esos tiempos con su padre.
Hoy era un día de esos en los que Jörg iba a ir a buscar a ambos. Tom estaba entusiasmado, con una mochila colgando de su espalda y el casco de moto que no soltaba nunca, pero Bill seguía sin salir de su cuarto, debido a que ni el maquillaje cubría el golpe que le había dado Vincent el día anterior. No quería que Tom o Jörg le viera eso, pero los golpes en la puerta le asustaron por completo, corriendo a apoyarse en esta para que Tom no pudiese abrirla.
– ¡Bill! ¡Papá nos está esperando! De nuevo nos iremos sin tí si no sales de ahí... ¡Abre! – Se escuchaba a través del trozo de madera, el cual se estaba intentando abrir. Tom estaba desesperado empujando. – ¡Deja de ser así! Sal de ahí o le diré a papá que te rompa la puerta.
El cuerpo de Bill se relajó tras ver que el intento de abrirla había cesado, pero un golpe le aturdió, Tom había pegado vuelo para abrirla y lo hizo. Los ojos de Tom de forma inmediata sse percataron del ojo morado de su hermano y de su labio roto, eso le hizo correr a abrazarlo con fuerza y sujetar sus mejillas con cuidado, intentando secar las lágrimas que estaban cayendo de los ojos de Bill en cuestión de segundos.
– Perdón, Bill. Perdóname, en serio... Yo no quería golpearte. – Tom volvió a abrazarle, dejando un beso sobre su cabeza y dándole suaves caricias.
– Tú no fuiste, Tom. Ayer me caí en la escuela cuando salí, solamente me he golpeado con la puerta pero no me ha hecho tanto daño. Tranquilo, de verdad. – Bill mordió su labio inferior después de hablar, secando sus lágrimas por completo con la manga de su camisa. Quería volver a sentir los brazos de Tom. – ¿Podrías decirle a papá que no iré con él? He quedado en ir a dormir en casa de Andreas para noche de película...
– No quiero que llores, Bill. Realmente no me gusta que lo hagas, en serio. – Tom suspiró al oír las palabras de Bill. Sabía que su padre se molestaría y pelearía con su madre por llamada, pero también sabía que Bill no era tan apegado a él y por eso prefirió no seguir con la conversación. – Y con respecto a Andreas, pásala bien y no dejes que se te pegue tanto, ¡Duerman en camas separadas!. Yo buscaré alguna excusa para ti, pero me debes una grande.
– ¡Gracias, Tom! – Bill se arrojó a sus brazos, besando constantemente su pómulo, adaptando este a un color carmesí. – ¡Tú también pásala bien con papá!
Bill sonreía sin parar, volviendo a fingir. Sintiéndose nuevamente destrozado tras ver a Tom irse y escuchar la puerta de entrada cerrarse. La soledad le invadió por completo. Lo de Andreas, en parte, era cierto pero él no se quedaría a dormir, solamente pasaría algunas horas con su persona viendo alguna película o jugando a algo, pero nada más. Simone no le había dado permiso para quedarse, por Jörg. Ahora solamente debía salir de su casa e ir hacia Andreas, quien vivía en unas tres cuadras de su casa.
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the moment i dead
Sonstiges"Querido diario: Estoy agradecido por tenerte entre mis manos, mamá me lo regaló exclusivamente para escribir lo que siento, ya que, según ella, mi vida es tan fantástica que merece ser escrita. Y claro, se me había olvidado mencionarte que me llamo...