Rompiendo las reglas

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Estaba sentada en aquella silla en medio de mi habitación mirando todas mis pertenencias del otro lado, había hecho un desastre hace unos días, no había asistido a el instituto, tampoco había contestado mi teléfono, no había limpiado la casa, tampoco había peinado mi cabello, ni siquiera me había bañado. Llevaba sentada en esa silla desde hace 4 días sin moverme, solo metiendo grandes cucharadas de sopa de brócoli en mi boca para calmar la poca hambre que me daba, sentir mis lágrimas secas, mi maquillaje corrido, escuchar el timbre y los gritos de mis escandalosas e hipócritas amigas a el otro lado de la puerta, durmiendo en aquella incomoda silla solo por la pereza de moverme. Hasta que ya entendi que había sido suficiente tiempo, me puse de pie y me metí a la ducha, me maquille lo suficiente para cubrir todas las imperfecciones generadas por el largo descanso de cuidado personal. Me puse el uniforme y tome mi celular, lo encendí y de pronto comenzó a llenarse de llamadas perdidas, revise cada una de estas mientras caminaba por la calle, al parecer Ashley tenia muchísimo tiempo para marcarme, al igual que Mario. Gracias a dios mi madre no me había llamado, seguí mi camino y me encontré con James, me miro extrañado.

-¿Catherine?-pregunto incrédulo mientras cerraba la puerta de su casa, solo lo mire desinteresada-Creí que habias muerto-lo mire molesta

-¿Como voy a morir idiota?-dije dándole un leve golpe en el hombro, el río

-No lo se, las chicas suelen ponerse muy mal por corazones rotos-miraba hacia en frente mientras caminábamos

-Tu mejor que nadie sabes que estoy eternamente vacunada de los corazones rotos, ¿o no recuerdas tu estúpido desliz mental cuando propusiste aquella estupidez?-dije molesta

-Claro-dijo recordando un tanto arrepentido

Llegamos al instituto y entre como si nada, este no era otro día normal, todos me miraron mientras yo trataba de parecer lo mas natural posible, mire al frente y camine decidida hasta mi salón tratando de no incomodarme con las miradas de los demás, entre y me senté en mi pupitre, sentí la mirada pesada de Alex tras de mi.

-Vamos pregunta, se que quieres hacerlo-dije mirándolo, se sentó en el asiento contiguo al mio y con una sonrisa dijo

-Bueno, ya que insistes. ¿Porque no habias dado señales de vida?

-Porque tenia muchos problemas en mi cabeza, es todo

-4 días de puro pensar es mucho tiempo ¿En que pensaste?-dijo divertido, lo mire molesta

-En el hecho de que estoy acostumbrada a acostarme con tíos idiotas-dije encogiendome de hombros

-No hace falta que me restriegues en la cara el hecho de que te has tirado a el tío mas codiciado por las zorras-me dijo molesto-El se tomo la molestia de comunicarlo a todo el mundo-dijo recostándose en el banco, me quede con la boca abierta y antes que pudiese decir algo me interrumpió-¿Sabes? el mucho antes de acostarse contigo lo tenia planeado. No se porque fuiste tan estúpida para caer con el. Pensé que eras una perra pero no es asi-dijo encogiéndose de hombros, reí

-Soy lo suficientemente perra para no acostarme con un idiota como tu-el rio

-Tienes razón, aun tienes ese estilo de perra que nunca se te va a despegar-dijo para después ponerse de pie y revolver mi cabello-Fue una linda charla, ahora me tengo que ir-dijo para después salir por la puerta.
Pasadas las clases y al escuchar el sonido de el timbre no quise ir con las chicas, no quise darles explicaciones así que me dirigí a por un zumo a la maquina como todos los días antes de conocer a todas esas personas locas que ahora me rodeaban. Pero en el transcurso me encontré con Robert, sonrei al mirarlo y fingí estar despistada para que el hablara primero.

-¿Catherine?-me dijo cuando lo voltee a ver inocentemente-Hace tiempo que no te veo-sonrio-¿Donde están las chicas?-dijo buscándolas con la mirada

Decir "Te Amo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora