Llovía. Y no es una lluvia suave y agradable de esas que dan ganas de acurrucarse en el sillón con chocolate caliente junto un buen libro
Es una lluvia dura, fría, que cuando empapa tu piel te hiela hasta los huesos, dura, tupida e incesante, de grandes gotas que golpean tu cara con agresividad, al menos así lo sentía Abby sobre su cabeza
Hoy debió cumplir una detención después de la escuela, por llegar muy tarde esta mañana, en consecuencia, perdió el autobús a casa y ahora caminaba bajo este aguacero mortal
Abby soltó un profundo suspiro al reconocer la casa del árbol en la distancia. Incluso si la escuela no estaba tan lejos sentía como si hubiera caminado por horas. Sin embargo, detrás de la casa del árbol todo es gris, como viejos bloques de cemento mojados, y si no fuera por el hecho de que ya casi llega a casa, sería suficiente para hacerla sentir desesperanzada.
Avanzando al mismo ritmo que las gotas de lluvia golpean sobre la visera de su gorra. Abby decide salvarse de las garras de esa extraña tortura, que la naturaleza induce sobre su mente y difícilmente su cuerpo logra ignorar, pensando en sus amigos en la casa del árbol
Habían sido amigos durante tanto tiempo, o al menos a Abby le parecía así, que difícilmente podía recordar un tiempo sin ellos. Como si se conocieran de toda la vida. Todo le parecía más brillante y vívido cuando los otros cuatro estaban con ella
Sabía que incluso esta lluvia no sería tan mala si pudiera escuchar las risitas contagiosas de Kuki. Es cierto, había momentos en que la pequeña japonesa le ponía nerviosa con su incesante alegría, pero al mismo tiempo, cuando no estaba ahí la extrañaba con toda su energía y entusiasmo. Con todo y el tema de los Monos Arcoíris o las fiestas de té que suelen tener casi todos los días. La sola presencia de Kuki podría iluminar cualquier habitación
Naturalmente de su mejor amiga su mente se desplazó al amor platónico de esta, Wally. El corto rubio es todo un luchador y ella admira eso, a decir verdad lo consideraba un espíritu afín, su entusiasmo y determinación le resultaban contagiosos. Compartir combates de entrenamiento, cuando los robots estaban caídos, era divertido a tal punto que Cinco los esperaba con ansias
Recordando a los robots de la mejor tecnología 2x4 no podía olvidar a Hoagie, el mayor experto que conocía, y vaya que conocía demasiados. Sin embargo, el bromista chico sería difícil de olvidar. Entre ellos puede que tengan pocas cosas en común, intereses o gustos, pero eso no lo hacía menos cercano. A veces le parecía intrépido con sus objetos voladores que siempre le brindaban experiencias cercanas a la muerte. Más grande, más rápido, más fuerte, más alto y mucho mejor parecía ser el lema con el que vivía Hoagie al construir todos los artefactos que creaba para cada uno de ellos. Su conocimiento de cualquier cosa mecánica le parecía inmenso a Cinco, además que Hoagie nunca dejaba de sorprenderla con su visión de cómo funcionaban varios objetos de los que ella nunca había oído hablar
Y aquello de lo que poco sabía o en parte le resultaba un misterio era Nigel. Claro que tenía más tiempo de conocerlo que a los demás, y en parte eso le ayudaba a predecir (con una precisión aterradora) exactamente lo que estaba pensando. Pero más allá de ayudarlo a entrar en el KND, porque vaya que encontró un diamante en bruto en cuanto a habilidades y disposición, las misiones y entrenamientos eran su única interacción. Sabía que su sueño e interés en el bienestar de los niños era el mismo pero ¿Qué había más allá?
Siendo Abby el tipo de persona a la que le gustaba saber ese tipo de cosas, le observaba intrigada. Vigiló cada movimiento que hacía, prestando atención a cada palabra que decía, y comenzó admirando su notoria confianza y decisión. Le gustaba aquel ceño fruncido que tenía cuando se concentraba. Disfrutaba sus escasas sonrisas o la libertad en su risa. Con solo recordarlos el rubor llenó el rostro de Abby, su mente traía a flote toda clase de recuerdos y pensamientos sobre Nigel
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Alone in the Rain ✶Chicos del Barrio FanFic✶
FanfictionDespués de la escuela Abby camina sola a casa bajo la lluvia, los pensamientos sobre sus amigos la distraen del frío y humedad, hasta que alguien llega a su lado...