Un día, un halcón apareció en el balcón de Yor. Pero no era un simple halcón; era como Bond, un animal lleno de secretos que buscaba su lugar en el mundo y quizás encontraría un vínculo especial con la esposa y madre de la familia Forger.
Sinopsis: Un día, un halcón apareció en el balcón de Yor. Pero no era un simple halcón; era como Bond, un animal lleno de secretos que buscaba su lugar en el mundo y quizás encontraría un vínculo especial con la esposa y madre de la familia Forger.
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En un día de primavera, Yor se dirigió hacia el balcón de su habitación, buscando un momento de tranquilidad. Loid y Anya habían salido a pasear con Bond, pero ella prefirió quedarse atrás, especialmente después de una noche difícil como Thorn Princess.
Esperaba que cuando saliera al balcón todo fuera normal, pero se encontró algo: un halcón. Su plumaje era gris y azul en las alas y el pecho, y tenía el vientre blanco con rayas oscuras.
Cuando sus ojos se encontraron, Yor se acercó. Y el halcón, al ver que no era una amenaza, saltó sobre una mesa pequeña con un movimiento.
—¡Oh! —exclamó Yor, mirando al ave—. Eres hermoso.
El halcón respondió con un suave chirrido, sorprendiendo aún más a Yor.
—Supongo que estás entrenado.
El ave volvió a chillar y después, Yor se quedó en silencio. Con cuidado, examinó a su visitante en busca de heridas, pero no encontró ninguna. Esto la tranquilizó, y decidió que no sería descortés. Sacó un poco de carne del refrigerador y la puso en una pequeña bandeja sobre la mesa que el halcón no tardó en devorar.
Yor conocía las características de los halcones debido a su crianza en las montañas. Eran aves qué tenían grandes y oscuros ojos, que les proporcionaban una gran vista. Gracias a esa aguda visión, los halcones podían detectar a sus presas desde grandes alturas y luego lanzarse en picadas para atraparlas.
Mientras recordaba, se dio cuenta de que era la primera vez que veía ese tipo de ave en Berlint y no había escuchado noticias sobre migración o que el zoológico de la ciudad estuviera tratando con esas especies. Se preguntó cómo había llegado hasta allí y comenzó a pensar que el halcón había emprendido un largo viaje.
La deducción de Yor resultó ser correcta. El ave no había elegido el balcón de la familia Forger al azar. Su objetivo era contactar a un viejo conocido, el experimento 008 del Proyecto Apple, ya que él mismo era el experimento 027, y su habilidad especial era la Gran Velocidad.
Cuando Anya se enteró de esa información, casi suplicó a su madre que no se deshiciera del halcón.
—Pero, Anya, yo... —titubeó Yor, observando al ave que, después de haberlo alimentado, no había abandonado su balcón e incluso había ingresado a su habitación.
Esa situación desagradó un poco al padre y esposo de la familia, Loid Forger.
—Anya, los halcones no son mascotas —exclamó Loid, mirando al ave que estaba tranquila en una silla—. Además, no sabemos si tiene dueño.
