Cap. 01

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Bangkok, Tailandia. Enero 20, 2010. 11:45pm.

Y aquí estoy, en una mugrienta celda de la comisaría. ¿Todo por qué? por hacerle caso a Sea y Jimmy de prender pirotecnia en el jardín de mi vecina, y como consecuencia, dejando todo su jardín quemado junto con su rosal, y sin mencionar la cola de su gato. Pobre Hamburguesa.

Volviendo con los causantes de todo esto, son unos malditos, no sé cómo puedo llamarlos amigos, lo primero que hicieron al escuchar la sirena de la patrulla policial fue correr dejándome ahí como un perro. Pero esto no se queda así, ojalá vengan a rogarme un jodido porro, gustoso les voy a dar un rotundo no.

La molestia se me bajo dos grados al ver a mi compañero de celda. No voy a mentir, era bastante lindo a pesar desde el ángulo en el que lo estaba observando, tenía el cabello negro, era delgado con la piel bastante blanca, -como el pelaje del gato de la vecina con el, ahora, jardín deshecho.- sus ojos no podía verlos. Estaba dormido, tenía las largas pestañas casi chocando con sus mejillas sonrosadas. Temblaba a pesar de que no hacía tanto frío. Parecía tener unos 17 o 18 años.

Me acerqué para verlo mejor, su playera blanca estaba algo sucia de lodo al igual que sus converse. Y olía a... ¿alcohol y orina?

Tome el borde de la manga de mi suéter hasta que mi hombro quede al aire y guarde mi mano en el. Esperé unos segundos mientras me decidía si le hablaba o no.

-Hey, amigo, despierta -le di leves golpes con mi puño envuelto en el suéter. - Vamos, dime que no estás muerto.

Lo siguiente no me lo esperaba. Ojos cafés claro me observaban desde el suelo, realmente lindos. Se veía asustado y ahora temblaba más.

-¿Quién eres? -preguntó. Vaya, sabía hablar.

-Ta... estoy aquí porque incendié el jardín de mi vecina, ah, también la cola de Hamburguesa junto con los imbéciles de mis amigos.

Le contesté mientras sonreía, tenía que ser agradable con él porque: 1) era lindo y 2) no sabía si era narcotraficante y si lo molestaba tal vez me mataría o vendería mis órganos a Pakistán. Uno nunca sabe, y como dice mi abuela "más vale prevenir que lamentar".

-Jeff.. Soy Jeff, y yo estoy aquí por algo realmente estúpido - hablaba con la voz muy grave y arrastraba terriblemente las palabras. Oh no, estaba borracho, por un momento ignoré el desagradable olor que emanaba. Iugh, Ta ¿Cómo pudiste ignorar eso?

-Bueno... Jefferson, cuéntame tus razones, soy todo oídos - me senté algo -muy- lejos de él y se repugnante olor.

-Es Jeff. Okay, como verás hoy es primero de febrero y cumplo años, 18 para ser exactos -rio, aunque ni él le encontraba la gracia- mi amigo Cooper junto con su novio y hermano organizaron una fiesta para mí en mi casa, aprovecharon que mis padres viajaron. El caso es que había mucho, pero mucho alcohol y al ser mi fiesta creo que me aloqué y bebí de más. Lo último que recuerdo por ahora es estar orinando a tres esquinas de mi casa en el neumático de una patrulla policial.

-Wow amigo... Una noche loca -no podía decirle nada más, estaba en un dilema, no sabía si reírme o... reírme. Tenía razón eso sí fue realmente estúpido- Y supongo que, hmm -miré mi reloj de pulsera, qué por suerte, no me quitaron los oficiales. Todavía era 20 de enero- Felicidades. Te abrazaría o algo, pero apestas peor que el baño de Sea y no nos conocemos nada.

-Oh, gracias, creo... Tal vez podríamos conocernos más, total, ya sabemos nuestros nombres.

-Si bueno...

-Nannakun, hora de irse.

Fui interrumpido por el oficial. ¡Hora de irme! mi madre va a querer quemarme vivo, para así después hacer hamburguesas y dárselas de comer a Hamburguesa. Jodido gato de rabo quemado.

-Adiós Jeff. Nos vemos luego, claro, sino es que Sammy me cocina vivo. Por favor te cuidas y deja de orinar los automóviles de oficiales.

-Claro Ta, nos veremos por ahí - sonrió.

Me paré rápido y antes de salir de la celda me despedí de él con la mano.

Y así fue como conocí a mi mejor amigo.

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𝘽𝙖𝙗𝙞𝙚𝙨 𝙁𝙤𝙧 𝙏𝙖 ❖ JeffTaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora