Capítulo 3

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Capítulo 3
Ese Viernes Candy se levantó temprano, del pequeño closet sacó un lindo vestido color menta, unas zapatillas beige y su toga, perfectamente planchada, se hizo un lindo peinado recogido, y se maquilló, Gio no estaría pero mandó muy temprano al chófer, él la llevaría a su evento, aun cuando sus compañeras habían planeado una comida en un gran salón ella decidió no asistir, no tenia con quien hacerlo, así que terminando el evento, iría a su lugar favorito a comer, estaba acostumbrada a su soledad, aunque está vez pensó en Terry, últimamente se sorprendía a si misma haciéndolo, tomó un pequeño bolso a juego con su atuendo, y salió del apartamento, tendría que estar puntual, a las 2 PM. Mientras tanto al otro lado de la Ciudad, Albert y Terry estaban en su acto académico, el castaño recibió una mención especial, y sus compañeros en especial las Chicas lo ovacionaron, él agradeció, aunque estaba acostumbrando a recibir sus calificaciones y diplomas solo, siempre buscaba entre los padres a los suyos, suspiraba y se alentaba a sí mismo, aquel día bajo del templete y miró la hora, eran casi las 2, corrío a donde su amigo
– Albert, préstame tu auto..!- le dijo casi suplicante, el rubio sacó la llave rápido
-cuál es la urgencia? Aaahhh! Olvidaste ponerte calzoncillos pillin..!!- el le arrebató las llaves – algo así, te devuelvo tu auto mañana- él lo miró horrorizado alejarse
- ¿Ma...ma..maña...?? Terryyyyy....!- demasiado tarde el chico había salido corriendo quitándose la toga y el birrete, abordó el auto, puso una dirección y el maps lo empezó a guiar, unas cuadras antes de llegar a su destino se detuvo en una florería, eligió un pequeño pero hermoso ramo de rosas blancas, y prosiguió su camino, llegó al colegio de Arte y diseño, subió corriendo de dos en dos la escalinata hasta llegar al amplio jardín, donde se llevaba a cabo la ceremonia, busco con la mirada a Candy, hasta que la miró, siempre estaba sonriente, su mirada siempre tenia ese brillo, sus hermosos ojos verdes brillaban siempre llenos de entusiasmo, cuando llegó su turno de subir por su título el puso la flores tras de sí y se acercó al final de la escalera por donde ella bajaría, lo miró sorprendida – Dios lucía tan bien con ese traje color tan, y estaba ahí, estirando la mano para ayudarle a bajar el último escalón, ella sonrió, no podía ocultar su asombró,
- no era hoy tu graduación?- el asintió - Demasiado temprano! Para darme tiempo y traerte esto..- le mostró el ramo que llevaba consigo
– no iba a permitir que la mejor diseñadora, la más hermosa estuviera sola el día de hoy, ni me iba a permitir, pasar mi día, sin ti..!- ella tomó el ramo que él le ofrecía, él no le soltó la mano, ambos sonreían mirándose a los ojos. Candy se fue de nuevo a su lugar, los minutos que faltaron para que el acto terminará le parecieron eternos, aunque no despegaba la vista del lugar donde Terry, cuando todo terminó, caminó a su encuentro, entre la gente no lo veía, entonces alguien le tomó de la mano, ella no se sorprendió, volteó a mirarlo, se había quitado la toga y la llevaba en el brazo, él se la quitó y la guio hasta el auto
– y este auto?- él agitó las llaves con las iniciales AA en el llavero

-digamos que mi Amigo tendrá que pedir aventón el día de hoy..- rieron a carcajadas, él le abrió la puerta, ella subió, salieron del estacionamiento del lugar, ambos reían, estaban felices uno al lado del otro, ella le preguntó extrañada al ver que salía de la ciudad
– a dónde nos dirigimos?-
- te voy a llevar a festejar, no todos los días se gradúa uno, es un lugar fuera de la ciudad, te va a gustar!- de pronto había muchos árboles bordeando el camino, olía a aire limpio, como solía oler el campo de la casa hogar donde ella creció, llegaron a un pequeño restaurante, había un par de autos en el estacionamiento, él le ofreció la mano para ayudarla a descender del auto, ella la aceptó, cerró la puerta sin soltarla, llevaba las flores en la otra mano, y él la detuvo mirándola
– El día de hoy luces más hermosa que de costumbre!- ella se ruborizo y él sonrió guiándola, el lugar era muy bonito, hasta ese momento ella se dio cuenta estaba a la orilla de un pequeño barranco, entraron y él la llevó hasta una mesa del fondo, esta precisamente estaba en un pequeño mirador, desde ahí se miraba prácticamente un pequeño bosque bajo de ellos, era una vista hermosa, él le hizo una señal al mesero que de inmediato les llevó una botella, y un servicio completo, no era nada lujoso, los platillos eran simples, pero todo sabía diferente, en compañía de Terry
– Creí que irías a la fiesta con tus compañeros!- el negó
-Era un evento familiar, padres e hijos, y como ya sabes, yo... simplemente soy solo Yo!- había ese aire de ironía en sus palabras, a ella no le gustaba que él pensará así
- Terry, alguna vez haz sabido algo de tu Madre..?- titubeo un poco al preguntarle, lo hizo en voz baja, su rostro cambió
– Eleanor, así se llama, a pesar que tengo muy pocos recuerdos, siempre me invade la nostalgia cuando pienso en ella, la volví a ver hace unos años, cuando empezaba en el modelaje, fue mi primera vez en la semana de la moda en Milán, estaba rodeada de gente, todos ellos elegantes, ella se veía hermosa, verás, es actriz, desde que mi Padre se quedó con mi tutela ella se fue a Europa, pareciera que los años no pasan por ella, cuando me miró su rostro cambió, me hizo recordarla como hace muchos años, no supe porqué pero sentí una profunda compasión, por esa mujer que se fue, que me dejó, que no le importó su hijo... cuando el desfile terminó me buscó, pero yo le dejé en claro que no Soy más su hijo!- los ojos de Terry se cristalizaron, aunque parecía tenso su mirada denoto tristeza, ella tomó su mano, él desvío la mirada, permaneció en silencio un instante, ella señaló a lo que parecía un mirador a lo lejos
– Vamos?- él asintió, pagó la cuenta, y caminaron por un sendero, el la tomó de la mano, era un camino de subida y ella llevaba zapatos altos
– Esto no lo preví- le dijo señalando el camino, ella riendo se quitó los zapatos – así será más cómodo, me gusta sentir el pasto en los pies!- sonrió divertida, llegaron hasta el lugar, desde ahí se podía ver un pequeño río pasar, el aire era fresco, así que el se quitó el saco y lo puso sobre los hombros a ella, su cabello comenzó a alborotarse, el peinado que llevaba comenzó a perder forma, y la miró divertido, pasó sus dedos hasta soltarlo completamente tomó su móvil y le tomó un par de fotografías, le susurró

Yo que no vivo sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora