🔝 Neji 🔝

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- ¿Puedes comprarme ese perrito? -mencionó con añoranza-.

- ____... no creo que puedas cuidarlo.

- Pero, yo quiero acariciarlo, por favor mamá... -intentó tomarla del abrigo-.

- Ya lo hemos hablado, cariño.

- De acuerdo... -dijo la niña con una mueca de tristeza en su rostro e intentó tomar de la mano a su madre-.

Del otro lado de la calle lucían los puestos de comida anunciando sus ofertas al 2x1 en Dangos. Un puesto de ramen atiborrado de gente y un niño de cabello largo junto a su padre.

No podían cruzar miradas, pues uno tenía prohibido relacionarse con alguien ajeno a su clan y el otro simplemente no podía apreciar lo que sucedía a su alrededor.

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- ¡Carry! Ven aquí -le grité a mi compañero para que se acercara-.

Con los brazos extendidos de pronto sentí un suave pelaje, acaricié su torso con mis manos y me acerqué para buscar su coronilla y plantarle un dulce beso.

Carry había sido mi acompañante durante los últimos 6 años. Ella era todo para mi. Mi guía, mi sentido, mis ojos.

La tomé de la correa y me ayudó a llegar hacia la cocina. Aunque ya había aprendido un poco el camino contado los pasos. Eran 26. Por fin tenía la certeza de a donde llegaría.

- Cariño, ¿te quedas a comer? -habló la dulce voz de mi madre-.

- No, mamá. Quiero ir a entrenar, mi equipo me estará esperando.

Estoy segura de que en ese momento una sonrisa invadió el rostro de mi madre. Se sentía feliz de que saliera, de que disfrutara mi vida. No quería que me quedara deprimida en mi habitación.

Salí de casa junto a mi amigo canino. Era grande y peludo, olía bien. Lo bañaba con mamá seguido y usábamos un shampoo con un aroma a rosas que nos encantaba. Yo había escuchado que las rosas podían ser de muchos colores, aunque por un momento pensé que quizá sólo fueran rosas. Después de todo ese era su nombre. Pero tampoco conocía el color rosa, así que se convirtió en mi planta favorita, no tenía color, pero sí un olor. Uno que me gustaba mucho y que podía imaginármelo. Debían de lucir preciosas.

Me quité las sandalias y sentí el pasto mojado en mis pies mientras Carry ladraba.

- ¡______! -escuché como gritó Naruto mi nombre-.

- ¡Naruto! -levante mi mano y comencé a saludar con energía, como si temiera que ellos tampoco me vieran-.

Enseguida sentí a alguien frente a mi.

- ¡Hola, Carry! Que bonito perrito, sí eres muy lin... -mi amigo le gruñó-.

- Carry, no seas maleducado con Naruto -lo reprendí-. Lo lamento. ¿Ya han comenzado?

- Kakashi-sensei aún no ha llegado, así que podemos comenzar por nuestra cuenta. Ven. -sentí su mano sobre la mía mientras caminábamos por el campo-.

Olía a hierba y pasto mojado. Me encanta olerlo y sentirlo.

- ¿Practicaste tu taijutsu?

- Un poco, sigo pensando que no soy tan buena en ello...

- Vamos, no seas modesta. Se te da bien.

Naruto -One shots-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora