Capítulo 4

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- Mochi, tienes algo que hacer este viernes? – preguntó Shion a su novio, quien le miró fijamente y tragó las gomitas dulces que tenía en la boca para poder hablar

- N-no – tosió un poco – No tengo nada que hacer. Por?

- ...mira, llevamos mucho tiempo juntos y me gustaría que nos acompañaras a mí y mis mamás a cierto lugar...

- Suena importante

- Lo es... Si no quieres ir, está bien

- Tranquilo, iré, no tengo problema. Necesito ropa forma o algo así?

- No, para nada, eso sí, lleva zapatillas deportivas, de otro modo te dolerán los pies – el alpha se quedó pensando en eso último... A dónde irían que necesitaba un calzado tan específico?

El día acordado llegó y los cuatro se encontraron en la Estación de Yokohama. Mochizuki pudo notar que Natsume no se encontraba bien, estaba muy callada y no soltaba el brazo de Shion por nada del mundo; Hitomi se apartó de ellos para ir a comprar los boletos, volviendo con ellos rápidamente, al parecer, no quería alejarse de su esposa por mucho tiempo

- Ten el tuyo, grandote – dijo la rubia extendiéndole uno de los susodichos

- Gracias, suegra – tomó el boleto y lo leyó por curiosidad: "Yokohama, Prefectura de Kanagawa – Minato, Prefectura de Tokio". El viaje no sería demasiado largo

- Amor – lo llamó el omega y este se giró para verlo mejor

- Sí?

- Gracias por venir – le sonrió dulcemente y el de ojos rojos sólo pudo asentir; lo inusual del ambiente le dejaba en claro que todo aquello era más serio de lo que él pensaba

El viaje fue silencioso y apenas llegaron a la estación de Minato, los cuatro caminaron un par de calles hasta una floristería tradicional, allí Hitomi compró un ramo de lirios blancos y Shion un pequeño adorno de crisantemos rosados con margaritas

- N-no puedo – dijo Natsume saliendo de la tienda

- Mami, espera – el tatuado le entregó el adorno a su novio y persiguió a su madre

- ...Suegra, puedo preguntarle qué sucede? Shion no me explicó nada y siento que debería saberlo...

- Oh ya veo... Una pregunta primero. Sabes qué es un bebé arcoíris?


Tenía que estudiar. Era lo que su madre le exigía todo el tiempo. Ni siquiera tenía tiempo para sí misma, lo único que hacía era tener la cara enterrada en libros con la idea de que sólo así podría ir a una buena universidad y tener una buena vida en su adultez... Natsume ya estaba harta, quería tirar todo por la borda, pero no tenía el valor; un golpe repentino en su escritorio la sacó de sus pensamientos

- Ah! Disculpa, bonita – le sonrió Hitomi, la alumna más problemática de su clase

- No te preocupes, no pasó nada – dijo sin ganas, recién notando que estaba atardeciendo – Espera! Qué hora es?!

- Hora? – la de cabello negro miró el reloj en su muñeca – Son las 7:20

- CÓMO?! – la más baja empezó a guardar sus cosas con desesperación – Que salimos a las 5! Se supone que debía llegar a casa a las 6! Mamá me va a matar!! – empezó a temblar y a llorar, estaba por darle un ataque de ansiedad cuando la alpha de ojos azules tomó su mano con delicadeza

- Shhh, tranquila, yo te llevo

- ...Perdona que lo diga, pero no confío para nada en ti

- No debes confiar, sólo es un favor que después deberás pagarme – sonrió ésta poniendo aún más nerviosa a la omega

- P-pagarte cómo?!

- Ayúdame con Historia y tenemos un trato – Natsume se ruborizó fuertemente al haber sido ella la malpensada en esa situación

Ambas salieron del salón de clases y una vez en el patio, Hitomi se acercó a una motocicleta sucia y polvorienta a la que se subió como si nada indicándole a su compañera que se sentara con ella; pese al asco, se subió tras la alpha y la abrazó con fuerza cuando esta encendió el motor... La más alta manejaba a gran velocidad por las calles rurales del sector siguiendo las indicaciones de la chica aterrada a sus espaldas

- Te estás perdiendo el paisaje – dijo con tono burlón

- No me importa! Lo veo todo el tiempo!

- Hehe eres muy linda!

- No lo soy! – gritó ocultando su rostro en la espalda ajena, en eso, la moto se detuvo

- En fin, ya llegamos

- No te creo! – Natsume levantó la cabeza y dicho y hecho, ahí estaban, frente a su casa – ...cómo sabías cuál era mi casa? Yo sólo te di indicaciones vagas – preguntó bajándose del vehículo

- Bueno, lo que pasa es que yo vivo ahí – respondió la de ojos azules señalando la esquina – Te veo todas las mañanas cuando vamos al colegio – la omega se sonrojó – En fin, buenas noches, Natsu – se despidió con una amplia sonrisa volviendo a poner en marcha la moto... La de cabello castaño sólo se le quedó mirando sintiendo algo que nunca había sentido

Con el tiempo, ambas empezaron a socializar más, llegando a ser grandes amigas. Iban a clases juntas en motocicleta todas las mañanas y cuando tenían tiempo libre, Hitomi arrastraba a la menor a la ciudad u otros lugares para divertirse, mientras esta le ayudaba con sus estudios para que no repitiera el año... El tiempo, de forma muy natural, convirtió aquella amistad en amor y empezaron una relación pese a las negativas de la madre de Natsume, quien sólo veía a la de cabello teñido de rubio como una amenaza. Tras graduarse, ambas se fueron a vivir a Shinjuku para poder estudiar y trabajar respectivamente... Vivían solas, finalmente podían llevar su vida de pareja en paz y de uno de sus múltiples arrumacos, un bebé vino en camino...


- Hola, hermana. Cómo estás? – preguntó Shion arrodillándose frente a la tumba familiar de los Madarame en el cementerio de Aoyama. Mochi se quedó de pie junto a su novio viendo como sus suegras quitaban la maleza y limpiaban la enorme lápida de piedra – Te trajimos muchas flores y también traje a mi novio para que lo conocieras

- Hola – saludó él con algo de nerviosismo. Por lo que su suegra le había dicho, ambas iban a ser madres durante sus veinte tempranos, pero Natsume terminó perdiendo a esa bebé por el estrés que le generaba su carrera universitaria y los problemas económicos por los que estaban pasando. Eso explicaba por qué eran tan cariñosas con su hijo y por qué lo cuidaban tanto

Sus suegras lloraron, no pudieron evitarlo, y tanto él como Shion tuvieron que darles su apoyo y consolarlas... Ya para mediodía todos tenían hambre, así que decidieron que ya era hora de irse; el matrimonio se fue adelante, tomadas de la mano con fuerza, mientras los adolescentes caminaban lentamente para darles su espacio

- Mochi

- Sí? – el tatuado se paró de puntitas y besó su mejilla

- Muchas gracias por venir

- No fue nada, mi amor – se inclinó un poco y besó su sien

- Qué quieren comer? – preguntó Hitomi; tanto a ella como a su esposa se les notaba un tanto mejor

- Lo que sea está bien, papá

- Yo necesito algo dulce – dijo Natsume

- Cuenta con eso, cariño – y todos salieron del cementerio para buscar un restaurante donde comer

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Perdón si estuvo triste 😔

Arcoíris (Moshion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora