Capítulo 8

307 25 63
                                    


Mientras Hitomi y Natsume preparaban la cena con ayuda de Shion, Mochizuki, quien había llegado cansado del trabajo, dormía plácidamente en el sofá de la sala con su cachorro acurrucado sobre su pecho... Era Navidad y desde que el omega era muy pequeño, la familia había adoptado la costumbre de celebrar aquella fecha aún cuando no eran cristianos; el ambiente siempre era cálido y familiar, pero aquel año era especial, pues sería su primera Navidad desde que Yamato había nacido. El tatuado salió de la cocina rumbo a la sala y sonrió al ver la adorable escena de su pareja y su bebé durmiendo juntos; con cuidado tomó al pequeño en brazos y después tomó el hombro de su alpha intentando despertarlo

- Kanji, mi amor, despierta – habló con voz suave – La cena está lista, ya vamos a servir – el mayor se enderezó y bostezó estirando los brazos

- Que buena siesta – se tapó la boca para bostezar una vez más

- Te ves muy cansado, amor. Estás bien? – Shion se notaba preocupado, a lo que su pareja lo abrazó con cuidado de no aplastar a su bebé

- Estoy bien

- Seguro?

- Shion, en serio, no pasa nada – sonrió – Esto lo hago por nosotros y Yamato, es un cansancio que vale la pena – el omega no pudo evitar conmoverse un poco, no pudiendo contener las ganas de besar a su futuro esposo

- Chicos, ya está servido – avisó Hitomi – Uy, perdonen si interrumpo algo

- Descuide, suegrita. Con Yamato aquí en medio no podemos hacer nada – soltó el de cabello azabache haciendo reír a la teñida de rubio

Con cuidado, Shion acostó a su bebé en su carriola y junto a su prometido se dirigieron al comedor. Todos disfrutaron la exquisita comida entre risas y anécdotas y bebieron un poco para brindar, todos excepto el omega, quien seguía amamantando, por lo que no se quejó; siguieron charlando un poco más hasta las doce, hora en que todos se encaminaron nuevamente a la sala para abrir los regalos, aunque grande fue la sorpresa de todos al ver a Yamato de pie apoyado en un sillón

- Espera! No que lo habías dejado en la carriola?! – preguntó el de ojos rojos, a lo que el tatuado asintió enérgicamente

- Claro que sí! Tú me viste! – ante los gritos, el pequeño cachorro de 10 meses empezó a caminar lentamente hacía sus padres, quienes se tiraron de rodillas al piso para recibirlo con los brazos abiertos – Dios! Este es el mejor regalo de Navidad de todos! – empezó a llorar el omega dándole muchos besos en la cabecita a su hijo

- N-no fue demasiado pronto?! Es normal que a esta edad puedan levantarse, pero CAMINAR?! – Mochizuki estaba temblando de la emoción, no podía creérselo

- Supongo que tienen un bebé muy especial – dijo la mujer alpha observando como su esposa se echaba a llorar – Amor, tranquila

- No me pidas eso, Hitomi – lloriqueó Natsume – Estoy demasiado feliz! – y ella también corrió para abrazar a su nieto; la de ojos azules rió un poco y se acercó a su familia, abrazando a su hijo y a su yerno

- Felicidades

- Gracias – dijo la pareja al unísono no pudiendo borrar la sonrisa de sus rostros

________________


Y fin.

Sé que fue cortito, pero no quería seguir estirando esta historia y sí o sí quería darle un final bonito. Espero les haya gustado~

Respondiendo dudas: Rindou es el padrino y en un futuro, no muy pronto ni muy tarde, los papás de Mochi si se dignaron a apoyarlo y conocer a su nieto, a quien adoraron porque es un amor 😊

Ahora sí, me despido y gracias por haber leído y comentado esta corta, pero melosa historia

Arcoíris (Moshion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora