CAPITULO QUINTO

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— Disculpe — el azabache estaba frente al portón de la residencia — ¿Dónde puedo encontrar al señor Hiashi Hyuga? — cuestionó al chico que lo miraba de arriba a abajo.

— ¿Para qué lo busca?

— Solo me gustaría hablar con él sobre un asunto — mostró una sonrisa.

No parecía ser alguien que fuera de peligro, traía a un bebé cargado y estaba acompañado al parecer de la nana del pequeño.

— Pasen, los llevaré con el señor Hyuga — comenzó a caminar hasta llegar a la estancia donde este se encontraba — Señor, este joven quiere hablar con usted — mencionó dejando entrar al Uchiha, seguido de la mujer.

De primera instancia el Hyuga lo miró mal — ¿Qué haces aquí niño?

— Vine a disculparme en persona por lo que pasó la otra vez ¿Podría ser posible hablar con Hinata?

— Siéntate, iré por mi hija, la futura reina — señaló el sofá para que se acomodara.

El doncel se sentó con total calma, jugando un poco con su bebé — No le vayas a hacer caso a esos locos mi amor — susurraba en la mejilla del pequeño.

— No digas eso Sasuke — susurró de igual forma la mujer.

Esperó un rato a que llegaran, la mujer no lo miraba de la mejor manera pero había aceptado ir.

— ¿Qué es lo que quieres? Viniste a presumir que tienes un hijo con Naruto — se cruzó de brazos.

— No, quiero disculparme por lo de la otra vez, mira, traje un presente — tomó el sobre que Biwako traía en la mano — Es para ustedes dos — recitó levantándose del sofá.

— ¿Qué es esto? — Hiashi abrió el sobre, sacando el papel del sobre, leyéndolo detenidamente.

— Una orden de restricción — dijo con una sonrisa — No me hubiera gustado llegar a este extremo pero no quiero que estén haciendo alborotos y creo que lo mejor era venir en persona a decirles — se inclinó un poco — Con su permiso nos retiramos.

— ¡No puedes hacer esto! — Hinata caminó a prisa con tal de agarrarlo del cabello.

— Lo olvidaba, no es amenaza ni nada y no lo tomes a mal pero dejar de ser una arrastrada rogona con mi marido — se despidió meneado la mano, saliendo de la mansión.

— Majestad no debía venir con ellos, pudo mandarlo con el abogado de su esposo

— Quería ver qué cara ponían — levantó los hombros.

— Deme el bebé, debe estar cansado — el Uchiha se opuso pero aún así cargó al pequeño, en todo el camino en el auto no se lo devolvió, pues era su deber como la niñera de Menma.

— ¡Sasuke hasta que llegas, te estuve buscando por todas partes! — el rubio caminó a prisa para poder abrazarlo y prácticamente estrujarlo entre sus brazos.

— Estoy bien, no te preocupes, pero me estás aplastando dobe.

— ¿Cómo no me voy a preocupar? No me dijiste que ibas a salir y tampoco estaba Menma, pensé que te habías fastidiado y habías huido.

— Nunca haría eso... A menos que tuviera un buen motivo — respondió pensativo.

— Ven, tenemos que ensayar.

— ¿Qué cosa?

— La conoracion, digo coronación, también te van a poner una corona que pesa más que tu cabeza — antes de llevárselo consigo fue hacia Biwako y cargó a Menma, meneandolo un poco — Nos vemos más tarde mini yo de cabello negro tteba — se lo devolvió a la mujer — Regresamos en unas dos o tres horas.

Lovin u [NaruSasu Short-fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora