Rondo en todos lados y mis ojos son los espectadores que viven aquel momento.
Pareciera que solo vivo porque mis pulmones siguen funcionando y mi corazón sigue bombeando, pero no sintiendo. Que rara es la vida te lleva por caminos inesperados, llenos de curiosidad de aventura. Pero mi aventura más hermosa fue viajar por las pupilas de tus ojos reflejada aquella belleza que veías en mi.
Siempre me pregunto cómo hubiese sido pasar más tiempo a tu lado y compartir aquella compañía que me hacía sentir a salvo. La tranquilidad que me dabas al chocar tus labios con los míos, labios hermosos que complementaban con los míos.
Dios mío llévame de nuevo a esa noche, ese preciso momento donde todo se detuvo y déjame ser yo aquella persona que quería darte el mundo completo. Dame esa oportunidad una vez más y verás que mi cobardía no se apoderará de mi ser nunca más.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
