Siempre hay un Recuerdo

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El oceano, es un lugar de maravillosas con criaturas fascinantes y hermosas.

Pero lo que era mas interesante es... el oceano, es otro mundo coexistiendo en la tierra. El color celeste o turquesa del agua, que hacia contraste con el cielo azul, la calidez, y la tranquilad que transmitía, el silencio de voces pero el sonido de las olas al chocar con la playa, la textura de la arena; cada una de esas cosas era parte de la delgada línea que separaba esos dos mundos. 

Un joven hombre buceaba por una de las islas del sur de Tailandia conocida como Ko Phi Phi Lee, estaba buceando cerca de los corales blandos coloridos, abanicos anaranjados grandes, corales negros y látigos de mar. Había emigrado desde Norte América hasta Asia para conocer diferentes lugares del mundo, sobre todas las criaturas marinas que habitaban en estos lugares; llevaba dos semanas en ese lugar y lo único que podía decir es que por una vez había vuelto a sentir calidez en su corazón, después de haber estado sumido en la miseria de la tristeza y depresión. Había tomado la decisión de disfrutar de esos viajes antes que cualquier pensamiento suicida la inundara de nuevo y esta vez lo cometiera; antes de llegar a ese punto anhelaba con fuerza conocer muchos lugares, deseaba nadar y sentir el agua en su piel; le recordaba la libertad pero también le recordaba sucesos dolorosos.

¿Cómo se puede disfrutar y sufrir al mismo tiempo? con algo que amas ya la vez odias.

No existía nada en el mundo que se asemejara a la sensación de familiaridad que tenia Antony con el agua, se sintió impresionado, sintió una conexión increíble más allá de su entendimiento, y todo había comenzado hace cinco años desde la muerte de sus padres y hermano Arnoldo.

Él se preguntaba el  por qué sus padres habían muerto en un accidente en las costas de Hawái donde el bote que iban ellos se volcó contra unas rocas, muriendo ahogados, esperaba que tal vez por eso sintiera la conexión con el agua, era como una forma de sentirlos a su lado; le afecto demasiado la noticia pero su tía Margaret lo acogió y le dio apoyo para salir de la tristeza, pero ahora ella también lo había dejado solo en el mundo, ya no tenia sentido seguir en un lugar donde la soledad le carcomía, entre culpa y arrepentimiento.

Había caído en una terrible depresión, se encerró en su habitación y su amigo bruce estuvo con él todo el tiempo, recibió apoyo a pesar de que sabía que estaba muy ocupado con sus proyectos; un año encerrado, un año llorando, un año sumido en el dolor. Pero Bruce nunca se alejo, sino al contrario, le alentó a que saliera a conocer el mundo, que ejerciera su carrera que era Biología Marina, él tenia un puesto asegurado en una de las universidades mas recomendaciones para realizar investigaciones sobre la vida marina, al ser hijo de uno de los mejores biólogos marinos que existieron, Howard y María Stark. 

-Una mente ocupada, ayuda a no ahogarse en la tristeza. estar ocupado ayuda a aliviar un poco la depresión - menciono a Bruce mientras le entregaba una taza de té. 

Gracias a que Bruce le insistió varias veces, acepto un viaje de investigación sobre los arrecifes de Coral, por lo que empezó a viajar  a diversos lugares para realizar la investigación y tener una mente ocupada; ya llevaba cinco meses viajando hasta que se encontró con esa isla; algo le hizo sentirse atraído a ese lugar y no comprendía el porque pero de algo estaba seguro es que prometía mucho a su investigación. 

Así que volvemos al presente, donde Antony nadaba entre los corales, observándolos, tomando pequeñas muestras y sobre todo disfrutando de la calma que le otorgaba el lugar, solo con el sonido del tanque de oxigeno; cuando sintió una pequeña presencia al voltear a ver se encontró un pez Betta de un color peculiar y hermoso- de color celeste brillante- el pez lo observaba sin inmutarse, sin huir, siendo totalmente tranquilo con la presencia de tony. 

-debo tomar una fotografía -se dijo así mismo y acerco su cámara al pez, pero el pez descendió mas de forma traviesa, tony lo siguió de forma inconsciente, hipnotizado por la belleza del pez betta hasta que sintió como su pie había quedado atorado entre unos corales duros -¿que demonios? ¿Qué hacen corales duros cerca de los blandos?- menciono tony, estaba asombrado con esa información pero tenia poco tiempo para liberarse antes de que la corriente llegara con fuerza, se agacho lo mejor que pudo para desatar pero el coral al ser duro contiene un filo especial que rasgo el tubo que conectaba el oxigeno al traje. 

Antony intento de alguna forma liberarse pero con cada esfuerzo, necesitaba mas oxigeno; poco a poco perdía la fuerza y ​​lo ultimo que vio en ese instante fue el color del pez betta, antes de que todo se volviera negro. 


Sentía una fuerte presión en el pecho, sentía que su garganta, pulmones y nariz quemaban, hasta que se levantaba de golpe y vomitaba todo el agua, su mirada estaba algo aturdida; solo recordaba haberse quedado atorado en un coral; ¿Cómo había llegado a tierra firme?

-Que alegría, estas vivo -se escucho la voz grave y varonil. - Es un alivio haberte encontrado, tranquilo. estas bien, todo estara bien -Antony levanto la mirada y observo los ojos mas hermosos que pudiera haber visto en toda su vida, celestes como el mar. 

El joven lo levanto y camino con él en brazos a una cabaña que se encontraba cerca de la playa, Antony no había hablado al haber tragado agua, su garganta le ardía. Él joven lo recostó en una silla de madera en el pórtico de la cabaña y saco un pequeño botiquín, comenzó a limpiar las heridas en el rostro, brazos y abdomen de Antony. 

-¿quien eres? -menciono tony mientras se quejaba un poco por el dolor de las heridas y lo lastimado de su garganta. Levanto la mirada y lo vio directamente a los ojos- ¿Cómo me rescataste?

-Me llamo Steve, mucho gusto. -respondió mientras le dedicaba una dulce sonrisa, terminando de curar sus heridas. -fuiste arrastrado por una corriente y pues te golpeaste algo feo contra los corales. Tranquilo, te quedaras conmigo hasta que te sientes mejor. - se levanto y acaricio su cabello- iré por una toalla para que puedas secarte, ah y ropa. esperáme aquí. -entro nuevamente a la cabaña. 

Antony no comprendía quién era realmente ese joven. pero se lamentó profundamente- debiste dejar que me ahogara -dijo en voz alta, mientras veía la playa blanca, el mar resplandeciente y ese color celeste que siempre había sido su favorito. 

Steve volvió con una toalla y envolvió a tony en ella, mientras lo cargaba como princesa adentrándolo a la cabaña y llevándolo a una habitación. 

-Aquí podrás descansar mientras te recuperas. Te recomiendo que no intentes irte ya que estamos en una isla desierta, a finales de mes vendrá un bote y podrás irte. - le entrego la ropa limpia - intenta cambiarte y si necesitas ayuda, avísame estaré en la habitación de la par. -le entrego la ropa y se fue de la habitación, dejando a tony solo. 

-que tipo tan raro -se quedo analizando la información -!hasta dentro de un mes!? -bufo cansado, eso le complicaba sus planes de conocer más lugares antes de partir; por lo visto era un improvisto que le salvaría y a la vez le condenaría. Se comenzó a cambiar y observo la puerta por un momento ¿Qué clase de persona vivía sola en una isla desolada?

BETTA MEDIA LUNAWhere stories live. Discover now