Parte dos y última

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El silencio se hizo eco en la habitación, mientras los latidos de sus corazones resonaban en perfecta sincronía. Ambos se sumergieron en un mar de pensamientos y emociones encontradas. Era un momento crucial, un punto de inflexión en sus vidas donde debían decidir si se aventuraban juntos en un amor incierto pero lleno de posibilidades.

La voz del erizo azul era un susurro seductor, cargado de promesas y deseo. Sus palabras eran una resonancia de la pasión que ardía dentro de ambos, una invitación a explorar los confines de su conexión única. El oji celeste apagado se estremeció ante las palabras de Sonic, sintiendo cómo su cuerpo se inundaba de un deseo abrumador. Su semblante brilló con un fuego sublime interior, mientras dejaba escapar un suspiro cargado de rendición y anhelo.

Luego de haber compartido sus sentimientos y deseos más profundos, se unieron en otro apasionado beso. Sus labios se encontraron con ansias renovadas, explorándose y saboreándose mutuamente como si fuese una lucha de lenguas. La pasión entre ellos se volvió aún más intensa, como si cada beso fuera una promesa de entrega y conexión total.

Sin perder el contacto, se dirigieron hacia la silla donde el más alto trabajaba. El cobalto de piel semi melocotón se acomodó encima de su amado, sintiendo el latir acelerado de su corazón bajo su pecho. Las manos del erizo azul se deslizaban suavemente por el pecho del vulpino, mientras sus labios continuaban danzando en un ritmo frenético y embriagador.

El deseo ardiente que los consumía los llevó a explorar más allá de los límites. Sus cuerpos se rozaban con una pasión desbordante, creando una sinfonía de sensaciones que los envolvía por completo. Las manos del zorro se aferraron a la cintura de su ahora enamorado, acercándolo aún más a él, mientras sus lenguas se entrelazaban en una danza íntima y lujuriosa.

Creo que deberías quitarte esas colas. Me parecen genial, pero serían un inconveniente en esto.  — Susurró el velocista con una voz cargada de diversión, interrumpiendo brevemente el beso y señalando las partes biónicas de su amado.

La sugerencia juguetona del erizo hizo que el vulpino sonriera con complicidad. Con un gesto ágil, deslizó su mano por su espalda hasta alcanzar un botón oculto entre la cadera que enlazaba las colas mecánicas. Al presionarlo, comenzaron a separarse delicadamente, liberando sujeción metálica y revelando la delicada piel que se escondía debajo. Una vez liberado de ese pequeño obstáculo, sus colas naturales se acomodaron en una posición más cómoda a su alrededor, permitiendo que su encuentro íntimo continuara sin obstáculos.

A medida que la pasión crecía, ambos enamorados se entregaron al ritmo sensual de sus cuerpos, despojándose lentamente la prenda del más alto una a una. Cada prenda que caía al suelo era un anticipo del deseo incontenible que los consumía. Las manos del cobalto seguían acariciando la piel de su amante con suavidad, deslizándose con una mezcla de ternura y deseo, mientras los besos ardientes seguían marcando su camino. Con cada botón desabrochado, cada cierre deslizado y cada tela que se deslizaba por sus cuerpos, el ambiente se cargaba de una electricidad sensual y expectante. La ropa caía al suelo en un abandono desordenado, revelando la belleza desnuda y perfecta de sus cuerpos entrelazados. Cada curva, cada músculo, cada centímetro de piel se convirtió en un lienzo sobre el cual el deseo se plasmaba en pinceladas intensas. 

Wow... No puedo creer que te estoy viendo sin pantalones, jaja. —  Ambos se dejaron llevar por una risa contagiosa, interrumpiendo momentáneamente el ambiente cargado de pasión. El comentario bromista de Sonic alivió la tensión del momento y los hizo recordar que, a pesar de la intensidad del momento, también podían disfrutar de la ligereza entre ellos.

El vacío sinfónico (Twoshot) - Sonine NSFWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora