°Pasarela al corazón°

¿Un reto?

Allí estabas, frente a su oficina totalmente nerviosa.

Pensabas en decir que tenías algo importante que hacer, pero decidiste no hacerlo por miedo a que ella se molestara.

Luego de un momento tomaste una profunda respiración, no podías dejarte intimidar tan fácilmente. Tocaste la puerta esperando alguna indicación para entrar.

Pasaron algunos segundos y escuchaste un "Adelante" desde dentro de la habitación, volviste a respirar hondo antes de entrar a la oficina y cerrar la puerta detrás de ti.

Estaba sentada en su escritorio, leyendo unos papeles con unos lentes que estaban en la punta de su nariz, parecía frustrada por la posición encorvada en la que se encontraba pero al verte acomodó su postura y dejó los papeles de lado.

"Te tomaste tu tiempo" Alcina te miró de arriba a abajo, escaneandote por un momento para luego mirarte directamente a los ojos.

No apartaste la mirada, manteniendo su mirada durante un rato hasta que ella la apartó para quitarse los lentes e indicarte que te sentaras en la silla frente a su escritorio.

Caminaste hasta el asiento para luego proceder a sentarte, su oficina era muy diferente a la de Donna, tenía su estilo. Cortinas en las ventanas que estaban recogidas de manera elegante, algunas plantas en unos extremos, en un lado había una biblioteca con varios libros en ella ordenados por color y unos archivadores, en el otro se encontraba un mini bar lleno de botellas de vino. Pudiste oler en el ambiente un ligero toque de vainilla y rosas pero no estabas segura si era el lugar o ella.

Dirigiste tu mirada de nuevo a tu jefa que estaba frente a ti, acomodándose correctamente en la silla y dejando sus brazos encima de la mesa con sus manos juntas.

"Quería hablar con usted, señorita Brown" Comenzó a hablar Alcina mientras te miraba fijamente.

"Soy toda oídos" Dices, evitando mostrar que estabas ansiosa en ese momento y querías salir de allí lo más rápido posible.

"Felicitaciones por su excelente trabajo" Te mostró una pequeña sonrisa y en ese momento te extendió su mano.

Te sorprendiste, no sabías que solo te había llamado para eso pero de todas maneras le devolviste la sonrisa y miraste su mano para agarrarla con delicadeza y estrecharla.

Sentiste como una leve ola de emociones chocaba contra tu cuerpo al sentir su suave piel tocando la tuya y cuando sus manos se separaron sus uñas no tan largas y perfectamente cuidadas rasparon levemente tu palma.

No podías decir ninguna palabra, en este momento estabas tan concentrada en mirarla a los ojos que se te había olvidado que responder y agradeces que ella continuara hablando.

"Sé que se preguntará si eso es todo, pero también solicité su presencia para otra cosa" Dijo mientras abría uno de los cajones de su escritorio para urgar en el.

"¿Podría saber cuál es esa 'otra cosa'?" Al fin pudiste hablar, te sorprendió escuchar tu tono tan serio luego de tener un lío en tu cabeza.

Notaste que sacó una tarjeta de identificación junto a una pequeña llave y la dejo frente a ti.

"Bienvenida señorita Brown, ahora es parte de este equipo" Alcina te miró esperando tu reacción mientras se cruzaba de brazos.

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"¿Y que hiciste?" Te preguntó Isabella mientras te miraba y se metía un pedazo de pizza a la boca.

"Le di las gracias, hablamos un rato de las fotos y me fui" Dices sin más para encogerme de brazos y limpiarte las manos con una servilleta al terminar de comer.

"¡¿Eso es todo?! ¿Ni siquiera le pediste su número ya que tienes la excusa de que es tu jefa?" Negaste y viste como se terminaba la última porción de pizza para luego mirarte fijamente frunciendo el ceño.

"No voy a hacer eso Isa, crees que llegaré de repente a decirle 'Oye, por si acaso tengo algún problema necesito tu número para llamarte'" Rodaste los ojos y te dejaste caer en el sofá exhausta.

"Bueno, luego de que me contaras lo fabulosa y preciosa que era cuando la viste ayer y hoy pues pensé que te atreverías" Dijo, luego de eso la viste negar la cabeza al ver tus mejillas algo rojas.

Era cierto, apenas llegabas de aquel lugar lo primero que comentabas era lo grandiosa que era tu jefa y lo emocionada que estabas por trabajar para ella.

Dejaste salir un pequeño suspiro y miraste a tu hermana.

"Soy profesional Isabella, no voy a andar por ahí pidiendo el número a cualquier mujer que me parezca atractiva"

Pudiste ver como su rostro cambió y sus mejillas se inflaron al intentar aguantar la risa, tu mirada se volvió seria y molesta al ver que luego de unos segundos de aguantar se comenzó a reír a carcajadas.

"JA! Te aseguro que ni tu misma te crees tus mentiras" Secó sus lágrimas mientras continuaba burlándose de ti.

"¿No me crees? Sé cuándo debo ser profesional y no dejaré que solo porque se me haga atractiva afecte a mi trabajo" Tu molestia aumentó por lo que acariciaste tu sien y cerraste tus ojos.

"Entonces vamos a hacer algo, si llegas a sentir no solo atracción física por tu jefa sino también algo de atracción amorosa dentro de los próximos cuatro meses debes cocinar durante un mes y medio"

Te quejaste, odiabas cocinar desde siempre y aunque la comida quedaba bien simplemente no tenías paciencia para ello.

"¿Y si yo gano qué vas a hacer?" Sonreíste muy segura y te cruzaste de brazos.

"Si tú ganas, aunque lo dudo mucho, te compro esa cámara que tanto quieres" Tu hermana extendió su mano y te miró seriamente.

"Hecho" Estrecharon sus manos y no pudiste dejar de sonreír al pensar que al fin tendrías la cámara de tus sueños en tus manos luego de esos cuatro meses.

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Luego de un par de bromas y hablar sobre quién ganaría ambas se despidieron y subieron a tus habitaciones.

Te sentaste en tu escritorio y miraste tu computadora para encenderla y ver que te había llegado un correo nuevo, al abrirlo era de Alcina enviándote los horarios junto con un pequeño mensaje debajo.

Espero ver tu excelente trabajo de nuevo querida.

Sé puntual, odio la impuntualidad.

A.D

Oh, no debiste aceptar ese reto.