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-¡Ya llegué! -soltó un ligero suspiro al entrar a su casa, no esperaba recibir quejas de su madre, solo quería comer y dormir-

Al ver que nadie la recibía, fué a la cocina en busca de algún pastelillo y una fresca bebida

-Oh, señorita _____ lamento no recibirla, trato de limpiar este desastre que he causado -se levantó la muchacha he hizo una reverencia- disculpeme

-Azumi -dejó su mochila en una silla y se acercó a la joven- ya es hora de tu descanso hasta mañana en la noche ¿que haces? -bajó la mirada al ver los vidrios rotos- ¿que sucedió?

-Su señora madre pidió que lo limpie antes de irme, e-es que... su madre me pidió un té antes de que me vaya y yo.. -tragó saliva- se me cayó, pero fué sin querer ¡lo juro!

-Calmate -tomó las manos de la de cabellos anaranjados- estas cosas suelen pasar -la soltó para tomar la escoba- tu siéntate, ya haz trabajado mucho

-¡Oh! No señorita ese es mi trabajo ¿que pensara su madre?

-Ella ahora no está, seguro debe estar arriba dándose un relajante baño de espumas ¿me equívoco?

La joven negó con la cabeza, la verdad es que todas las sirvientas que trabajaban ahí ya sentían los nervios y ansiedad al ver a la señora, esta misma era muy estricta y le gustaba mandonear de una manera bruta

Bueno, no era solo ella, el padre y "hombre de la casa" también era alguien muy estricto y le gustaba hablar mal, eso es lo que su hija detestaba de sus padres y el no poder decirles algo para que traten mejor a las personas que limpian, cocinan y cuidan su hogar, la frustraba

-Bien, si no puedes sentarte mientras limpio, porfavor ¿puedes preparar algo de café? -comenzó a limpiar los restos de vidrio que quedaban en el suelo- que sean dos, quiero que comas algo antes de que te vayas

Tomó la pala con los restos de vidrio, pero antes de tirarlos al cesto de basura, tomó un papel y envolvió estos para luego tirarlos

-Aquí tiene señorita -la morocha sonrió al ver ambas tazas, por un momento pensó en que la joven no se iba a servir-

-Gracias -ambas se sentaron juntas a degustar algunas galletas junto a él café- ¿como.. está tu madre?

-La de cabellos anaranjados tomó la taza en sus manos y bajó la mirada- Mal -tomó del café como para "deshacerse" del nudo en su garganta que comenzaba a formarse-

-Oh... Yo.. Lo siento -tomó la mano de la chica- debes de confiar en que ella mejorará, te ayudaré con los medicamentos si es necesario

-Es que.. Ya no será necesario señorita -la chica levantó la mirada con los ojos cristalizados- los médicos le dan unos tres días como mínimo

_____ se sintió muy mal por la joven sirvienta, ella sabía que Azumi solo tenía a su madre, ella era su única familia

Apretó un poco el agarre en su mano, para hacerla entender que no está sola y que la va a ayudar en todo lo que se pueda, porque esa joven sirvienta tenía la misma edad que la morocha, era una chica joven con sueños y una vida por delante. Tenía miedo el pensar que esa muchacha caía en terrible depresión y que ello acabe con su vida, definitivamente no lo iba a permitir

Al momento de responderle una tercera voz hizo que ambas peguen un pequeño saltito

-¡Que significa esto! -habló la mayor que estaba con el ceño fruncido-

-Madre...

-¿A ti no te di una órden? -se acercó a la joven sirvienta-

La joven se levantó rápidamente he hizo una reverencia a modo de disculpa

-Puedes irte.. -la miró de reojo como si fuera una cosa con cero importancia- ¡YA! -elevó la voz-

La chica volvió a disculparse y salió de la cocina rápidamente

-Mamá por Dios, ten un poco de comprensión ¿enserio le pediste una tasa de té justo cuando estaba por irse? -siguió con la mirada a la mujer que se encontraba dando vueltas por la cocina mirando si las sirvientas limpiaron adecuadamente-

-¿Acaso no puedo? Ella trabaja aquí y hace lo que se le ordena -se cruzó de brazos-

-La chica soltó un suspiro, no tenía remedio alguno- Su madre va a fallecer, hay que estar atentos a ella

-Que pena... -fingiendo tristeza llevó una de sus manos a su boca cubriendola- ¿atentos por qué?

-¡Mamá su madre es su única familia, ella no tiene a nadie más! ¿No piensas que cuando su madre fallezca, Azumi puede caer en terrible depresión?

-Umh... Si, pero si intenta algo en contra su vida ¡alegrate! Será triste, pero ella estará con su madre...

-¡No puedo creerlo mamá! -se animó a levantar la voz dando un golpe a la mesa desayunador-

Se levantó y se retiró sin decir nada más, no se esperaba eso de su madre, pensaba que iba a tener algo de conciencia pero en su cerebro solo tiene gusanos que no se alimentan de este, lo envenenan

Se encerró en su habitación, dejó su celular gargando y se tiró a la cama a tratar de dormir lo que anoche no pudo

Ya de noche se despertó en su misma habitación pero estaba todo oscuro, de hecho las luces de color rojo que decoraban al borde de sus paredes no estaban encendidas, se levantó tomando su celular y encendiendo este para ver la hora pero este no prendía

-¿No lo... Cargue?... -dijo por lo bajo confusa, juraba que si lo había dejado cargando antes de acostarse-

Se dió vuelta para ver el reloj de su mesa de noche pero estaba apagado también

-Que carajo... -se levantó dirigiéndose a la puerta pero se detuvo al momento de tomar la perilla- tal vez se cortó la luz.. -su otra mano la llevó a su frente y giró la perilla pero la puerta no se abría, su corazón comenzó a latir rápidamente junto a un escalofríos que le recorrio todo el cuerpo, pues era claustrofóbica- ¡MAMÁ!

Llamó de un grito a su madre mientras que golpeaba la puerta, esperando a que su madre o cualquier sirvienta vaya a abrirle pero no escuchaba absolutamente nada afuera, solo apoyo su espalda contra la puerta viendo al frente y lo único que veía era oscuridad, una completa oscuridad

Su pecho subía y bajaba, sentía que se corazón se iba a salir de su pecho por lo rápido y fuerte que latía, su respiración era muy agitada, sus manos se volvieron frías y húmedas a causa de la transpiración que no sólo invadían las palmas de sus manos, si no también todo su cuerpo acompañado de un escalofríos que recorría desde el principio de su columna vertebral hasta sus talones, sus piernas eran de papel que temblablan sin parar

-Vas a quedarte sola...

Oyó desde la profundidad de la oscuridad, trataba de pensar que fué su imaginación hasta que...

-Sola...

Finalmente cayó arrodillada aferrándose a la puerta, el miedo la consumía ¿que carajos estaba mal? ¿estaba soñando? Eso no parecía un jodido sueño, era muy real

-Basta -dijo entre llantos y a duras penas-

Pasaron unos quince segundos sin escuchar otra voz, intentó levantarse pero al sentir que algo no humano estaba frente suyo se alarmó mucho más, no era una persona era una jodida pared, parecía encerrada en un lugar del tamaño de un ascensor, tomó su cabeza apretandola y diciendo en su mente...

"Es un sueño" "Es un sueño" "Es un jodido sueño"...

Al repetirlo alrededor de siete veces, se detuvo, y algo llamado alivio la invadió, ya que esa pared enfrente suyo la dejó de sentir, se sentía denuevo en un sitio más grande -su habitación- miró a todos lados tratando de buscar alguna luz o razón por lo cual le ocurre eso, después de dejar de escuchar esa horrible voz, intentó levantarse denuevo debía ser fuerte y escapar de ese sitio extraño que la aterrorizaba, pero algo lo impidió y no, no era aquella sensación de la pared, una mano a sus espaldas sujetó su hombro y dijo con una tonalidad no tan fuerte pero ni baja...

-¡_____!

Despertó totalmente sudada y con las respiración agitada

-Que.. Mierda...

¿Mommy? | •Kozume Kenma•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora