Permanente 14

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—¿Entiendes lo que debes hacer?

ChanYeol había repasado el plan muchas veces con los policías y detectives a cargo del caso.

—Sí, fiscal Jun.

—Es muy peligroso y tu vida también corre peligro.

Estaba consciente de eso, pero debía hacer que ese plan funcionara porque de eso dependía la posibilidad de estar con KyungSoo, sin culpa, sin remordimiento o temores absurdos y a la vez, haría pagar por los responsables de la desdicha de la familia Doh. Estaba listo para arriesgarse.

—Una última cosa. — ChanYeol quería asegurar una vez más que protegerían a la única persona que le importaba. —¿KyungSoo estará a salvo?

—Como te lo dijimos antes, él estará seguro.

—El detective Kim puede ser peligroso...

—No lo será. Como bien sabes, está en proceso de despido, no tiene licencia para tener o usar armas así que no será problema.

ChanYeol permitió que la sensación de alivio calmara sus nervios alterados. Estaba así desde que regresó de la casa de KyungSoo hace dos días, obligándose a separarse de nuevo, ignorando sus llamadas, leyendo sus mensajes sin poder responderlos, porque no podía involucrarlo. No verlo, ni hablarle era uno de los tantos sacrificios que estaba  haciendo con una dificultad evidente. Solo tenía su memoria, eso nadie podía prohibirselo. Tenía acceso ilimitado al  recuerdo de los labios de KyungSoo besándolo, oliendo su aroma fresco y limpio. Sintiendo su aliento tibio con algo de alcohol. Alejarse de él aquella noche fue de lo más difícil. Deseaba detener el tiempo, velar su sueño, amarse sin peligro ni miedo asechandolos. Lamentó haberse envuelto con personas tan peligrosas, claro que no buscó nada de eso, pero si no los hubiera conocido, estaría en estos momentos con la libertad de amar a KyungSoo sin necesidad de hacerlo pasar por tanto.

Deseaba que toda esa pesadilla acabara y con suerte, tal vez, KyungSoo entendiera la situación y aceptara estar juntos. Para ChanYeol nunca dejaron de ser nada, jamás renunciaría a él, tampoco. Así que estaba jugandose el todo por el todo. A pesar del miedo y el nerviosismo, nada lo detendría. Ese día, los verdaderos responsables de la muerte de SeungSoo caerían en manos de Temis.

Aquél plan simple, pero elaborado con minuciosidad, consistía en dos etapas: la primera, ChanYeol llegaría al club como de costumbre, se acercaría a el Señor Lee y WeonGi, les convencería de llevarlos a la oficina del primero, dentro del club. La segunda parte, residía en hablar sobre los negocios ilícitos del señor Lee y lo haría confesar sobre el asesinato de SeungSoo. Con la ayuda de un micrófono y cámara escondida en la ropa de ChanYeol, la confesión tomaría más validez y tendrían el respaldo necesario para mostrarlo en el juicio.

El famoso y bien concurrido club Diamond estaba en su punto máximo. Con tantos clientes disfrutando de la música y tragos y una larga fila de otros queriendo entrar. ChanYeol llegó temprano, rodeaba como de costumbre el lugar. Hablaba con los conocidos y la gente nueva que se le acercaba para preguntar si habría música en vivo, a lo que respondía negativamente. Muchas mujeres atractivas se le pegaban, colgándose de su cuello o brazos. A todas las rechazó con máximo respeto.  Esperó hasta bien entrada la noche, cuando el señor Lee  hizo acto de presencia a eso de la una de la madrugada. Antes de llegar hasta donde ChanYeol, se detenía a coquetear con algunas mujeres. Les hablaba al oído, les tocaba los senos y las nalgas, sin ningún respeto y estas aceptaban los toqueteos irrespetuosos porque sabían que él podía pagarles muy bien por una insignificante noche de pasión. A medida que el hombre se acercaba a él, sus nervios afloraban. Fue ahí, cuando tuvo que tranquilizarse. No podía permitirse fallar, porque él era la clave para hacer de esta misión un éxito.

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⏰ Última actualización: Sep 11, 2023 ⏰

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