In The Name Of Love [Miguel O'hara x Reader]

Primera misión.

Te tomó un par de minutos aprender cómo funcionaba el aparato con el que podías viajar de dimensión en dimensión, descubriendo, de una manera muy estúpida el por qué debes usarlo todo el tiempo cuando no estabas en tu propia dimensión. Le sacaste una risa a Lyla mientras Miguel se cubría el rostro con la mano luego de mirarte sufrir un pequeño glitcheo cuando decidiste esperar al efecto secundario. Sí, a tus moléculas no les agrado la pruebita. Pero al menos con esto te quedó claro que era importante mantener esa cosa en tu muñeca y cuidar que no sufriera daños.

Ahora... El entrenamiento iba a ser el siguiente paso, pero al parecer el jefe del sitio, como era de esperarse se mostraba algo renuente al principio, pero tu te negabas a verte obligada a unirte a una clase con un montón de gente ahí que claramente llevaba meses y años en el papel de héroe, sin mencionar que odias las multitudes, al menos con Miguel te sentías más segura y no ibas a dar a torcer el brazo.-

"De verdad no tengo tiempo ni paciencia para entrenar personalmente a alguien desde cero, hay un área de entrenamiento para eso y muchos otros que estarían dispuestos a ser mejores mentores". Miguel te dice, negando suavemente con la cabeza, mientras sacas tu nuevo traje de la máquina de su taller.

Tu buscas un lugar para cambiarte, metiendote a un módulo en unos segundos ya tenías puesto tu nuevo traje, moviendo tus extremidades dando unos cuántos saltitos, te ajustas el poncho holográfico mirando a O'hara que te observaba por encima de su hombro desde su pretenciosa plataforma. Te le quedas viendo desde abajo, su figura tan imponente sin siquiera esforzarse. En lo alto, por encima de todos los demás, una sutil pero clara posición de poder que tiene en ese sitio... Lo hacia ver genial, no lo ibas a negar.-

"Pero eres el mejor aquí, ¿no es así?, quiero aprender de ti... Ni siquiera tienes que hacer tiempo en tu apretada agenda, puedo ir contigo a tus misiones, aprendo mejor viviendo la experiencia, ¿sabes?, es mejor que estar intentando mejorar en un sitio cerrado con un montón de... gente, hasta tu te la pasas aquí sin tener que interactuar tanto con los demás, seguro entiendes-". Te callas cuando Miguel baja de la plataforma, mirando como camina lentamente hacia ti, no puedes evitar notar como mueve el cuerpo.

"Señor Jesucristo, Dios mío librame del pecado y la tentación... ". Murmuras en voz alta sin darte cuenta, negando suavemente con la cabeza. La manera en que suelta un bufido con una media sonrisa forzada poniendo ambas manos en su cintura te hace ponerte nerviosa. "... Lo dije en voz alta, ¿verdad?".

Él arquea una ceja, ahora su sutil sonrisa era de arrogancia a la vez que abre ligeramente más sus ojos recalcando lo obvio. "Lo dije en voz alta... Muy bien... ". Te agarras las manos asintiendo antes de encogerte de hombros. "Quiero decir... ¿A ti se te habla o se te reza?". Muy bien eso tomó desprevenido a O'hara y lograste sacarle una genuina exhalación que era en realidad una risa que no terminó de salir.

"Que creativa... ¿Crees que tus piropos te van a ayudar?". Presionas los labios para ocultar la sonrisa embobada, dios mio, si antes te encantaba su voz, en ese momento te agitó el corazón. "Joder este hombre si me alborota las hormonas".

"Tal vez... Pero veo que te lo estás pensando... Estoy acostumbrada a ser lanzada directamente a la acción, como cuando te tiran a la alberca para que aprendas a nadar". Miguel rueda los ojos, la verdad que le está entreteniendo la conversación, ese día no estaba tan estresado como para callarte y ordenarte que lo dejes solo, quiere ver hasta donde llegaba esto con tu persuasión."Sí, pero cuando te tiran a la alberca, antes de aprender a nadar, pataleas y entras en pánico".

"Muy bien... tienes razón... pero, al final no te ahogas, sobrevives, aprendes una habilidad nueva que puedes pulir y te servirá más adelante, así es la vida, ¿no?". Sigues intentando que te entrene él, aunque por ahora ignoras el hecho de que él no era como todos los demás. "Por favor, seré buena alumna". Te vas acercando a él hasta dejarte caer lentamente de rodillas abrazandole una pierna, otra acción que desconcierta a Miguel, realmente absolutamente nadie nunca antes ha estado tan desquiciado o desesperado como para rogarle así... Nunca. "Por favorsito... Quiero aprender del mejor".