Soñé contigo

Comenzaba el atardecer, el clima era perfecto para mí, había una frescura agradable, en el cielo se veían unas cuantas nubes que junto a la cálida luz del sol se pintaban de un hermoso naranja que me llenaba de felicidad.

Caminaba por la calle junto a mis padres, salimos a comprar un regalo para la fiesta a la que nos invitaron, mis padres hablaban de sus cosas mientras yo estaba perdido en las nubes, en eso, una mariposa pasó frente a mí, al seguirla con la mirada noté que más adelante se encontraba una chica. Llevaba un pantalón negro, una chamarra azul con el cierre abierto que dejaba ver su blusa blanca, su pelo negro estaba suelto. Solo me tomó un segundo reconocerla, era mi querida amiga, una enorme sonrisa se formó en mi rostro. Ambos teníamos ese pequeño "juego" de que yo quería saber en donde vivía y ella por molestarme no quería decirme.

- ¡Me adelantare un momento, ahora los veo! - Les dije a mis padres mientras un sentimiento de victoria creció en mí y me apresuraba para sorprenderla.

A medida que me acercaba la emoción aumentaba, pero debía controlarme si quería sorprenderla, por lo que comencé a tranquilizarme y a dar pasos más discretos hasta que llegué a ella.

-Así vives aquí ¿eh? - Le dije con un tono burlón mientras ponía mi mano en su cabeza, ya se me hacía costumbre hacer eso cuando no la saludaba de frente.

Ella dio un pequeño brinco del susto, rápidamente se giró hacia mí y sus ojos se abrieron permitiéndome ver mejor su color parecido al de la miel.

- ¡Ay! ¿Qué haces aquí? -Preguntó completamente sorprendida mientras cubría su boca con su mano.

-Solo pasaba por casualidad por aquí y parece que al fin gané -Le respondí con una sonrisa burlona.

-Mmmh, bien, tu ganas - Respondió echando la mirada hacia un lado mientras comenzaba a sonreír. Al girar su cabeza pude notar que llevaba un collar.

- ¿Vas llegando? -Le pregunte mientras miraba su casa.

-Si, no tenía nada que hacer y salí a caminar un rato, pero ya está anocheciendo –Dijo ella mientras miraba hacia el atardecer.

Al mismo tiempo en que ella miraba el atardecer yo también voltee a ver y en ese momento se me ocurrió.

- ¡Ya sé!, ahora mismo me dirijo a una fiesta y usualmente me aburro pues casi no hablo con mi familia. ¿Qué te parece si me acompañas? - Le comenté.

-No lo sé - Respondió ella.

-Vamos, hace rato que no salimos – Le dije.

-Mmmh, está bien, pero solo un rato - Contestó ella.

- ¡Si! –Le dije con un tono de alegría mientras le daba un abrazo. Ella sonrió cuando recibió el abrazo y también me abrazó.

En ese momento llegaron mis padres a donde nos encontrábamos. Mi amiga y ellos se saludaron. Les pregunté si ella podía acompañarnos, ambos se miraron y aceptaron al momento. Caminamos unos metros hasta el auto, subimos y partimos rumbo a la fiesta.

En el camino, mi amiga y yo hablábamos de cómo nos iba en las vacaciones, sobre como pasamos los días, las cosas nuevas que hemos hecho.

- ¿Qué tal ese libro en el que estabas interesada? -Le pregunté mientras la miraba.

- ¡Estuvo muy bueno! Tenía algunas expectativas y logro cumplirlas a pesar de que no era un género que acostumbro a leer –Respondió ella con una sonrisa.

Mientras ella hablaba, la luz del atardecer se apreciaba detrás de ella a través de la ventana, el cielo se había tornado de un rosa pastel, esta luz iluminaba a mi amiga y por encima podía ver como el azul empezaba a hacer presencia anunciando la noche. Un poco de su cabello bajó por su rostro cubriéndole un ojo y parte de su mejilla, en ese mismo instante, inclinó un poco su cabeza y con su mano acomodó su cabello mientras sonreía. En ese momento me había percatado de algo, ella era hermosa. No estoy seguro de que pasó en ese momento, pero sentí como si mi mente se hubiera ido a otro lado.