Extra 1

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—¿Me hiciste un santuario?

—No es un santuario —respondió Hyunjin. Era mucho peor que eso.

No se suponía que sucediese hoy. Claro que él se lo revelaría, eventualmente. Después de todo, no debería ocultar algo así, especialmente porque involucraba a Felix. Pero el momento adecuado simplemente nunca se presentó, aun cuando han estado juntos durante los últimos dos años.

La razón de su actual situación era su propia culpa, Hyunjin lo sabía, pero si tan sólo hubiera recordado cerrar la habitación con llave, o si hubiera hecho sus planes para el cumpleaños de Felix en la residencia Lan en lugar del penthouse, entonces esto no hubiera sucedido.

Hyunjin ya lo había resuelto; después de celebrar el cumpleaños de Felix con su familia y amigos, volverían a la suite del hotel de Hyunjin para celebrar por su cuenta.

Iba a ser una noche tranquila. Hyunjin preparó una cena a la luz de las velas con anticipación para cuando regresaran a casa, y cuando Felix estuviera satisfecho con todos los platos picantes que Hyunjin le diera, Hyunjin finalmente haría la pregunta.

La pequeña cajita de terciopelo se sentía pesada en su bolsillo, su peso reflejaba la ansiedad que Hyunjin había estado sintiendo desde el día en que decidió que quería casarse con Felix, que fue básicamente el mismo día en que lo conoció.

Hyunjin quería cuidar a Felix esta noche. Felix había estado ocupado asistiendo a las fiestas que sus fans organizaban para él; era lo mínimo que podía hacer por ellos, había dicho él. Debía estar exhausto, aunque nunca lo mostraba en su rostro. No obstante, a veces se apoyaba en Hyunjin y le daba un ligero apretón en el brazo antes de acercarse a otro grupo de personas a las que tenía que entretener.

Sin embargo, aquí estaban; tan desesperados por no poder tocarse en todo el día que cuando salieron del ascensor, sus trajes de tres piezas se redujeron a uno. Durante su intensa sesión de besos, Hyunjin empujó a Felix a la habitación equivocada, la misma habitación que Hyunjin estaba usando para...

Felix estaba mirando un póster gigantesco de él mismo, enmarcado delicadamente en la pared. Toda la zona que le rodeaba estaba adornada con otros posters de varios tamaños, mas el enorme poster del centro fue el que llamó su atención.

—No pensé que vinieran de este tamaño —pensó en voz alta.

—Fue hecho a medida —explicó Hyunjin, cavando su propia tumba.

—Oh.

—Lix...

—¡Incluso tienes mis barras de luz! —Felix saltó hacia el estante donde se exhibían con orgullo todas las barras de luz, diez versiones de ellas, de todos sus conciertos. —Pensé que no ibas a mis conciertos.

—Las pedí por encargo.

Felix asintió, agarrando la barra de luz de color caoba con un tigre grabado en la parte superior y girándola en su mano. Hyunjin sintió que estaba viendo una bomba de tiempo.

—Ohh, esta barra de luz es rara. ¿Sabías que se llama Sello de Tigre Estigio? Suena a presagio, ¿no? hasta puedes romper la parte superior por la mitad.

—Lix... —intentó de nuevo decir, pero Felix lo interrumpió.

—¿Desde hace cuánto empezaste a coleccionar?

—Hace casi ocho años.

Felix murmuró algo entre dientes que sonó como un triunfante, —¡Te gané! —Pero Hyunjin debió haber escuchado mal ya que no comprendió lo que eso significaba.

Hyunjin continuó parado y aturdido cerca de la puerta mientras Felix examinaba toda la habitación, tocando y pinchando todos los objetos a su alcance, mientras soltaba ruiditos de asombro de vez en cuando.

Si no puedo tenerte |Hyunlix|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora