Jeremiah Fisher x Tessa (T/N)

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– ¡Belly! Es importante – exclamé, aporreando con fuerza la puerta de mi mejor amiga, Belly Conklin.

– Tess, Dios mío, vas a romperme la puerta – siseó, dejándome paso.

– Me he besado con Jeremiah – confesé.

– Oh. Por. Dios. ¿Cómo ha sido? ¿Cuándo? Cuéntame todo, señora Fisher.

– En la piscina. Hace menos de diez minutos – comencé. – Estaba nadando con Jer y, de un momento a otro, nuestros rostros estaban a escasos metros. Me dijo que me quería como algo más que una simple amiga y me besó.

– ¡Por fin! – Exclamó. – Os gustáis desde los dos años, Tessa – continuó, como si fuese lo más normal del mundo.

– Ya te he dicho que eso... – Mi frase se quedó en el aire, pues alguien tocó la puerta.

– Eh, Tess, sé que ahora le estás contando lo que ha pasado a Belly, pero me gustaría hablar contigo del tema – dijo la preciosa voz grave de Jere.

– Oh, sí, sí. ¡Ya voy!

Tras mirarme al pelo y retocar mi cabello rubio, abrí la puerta y observé esos fascinantes ojos azules que tanto me apasionan.

– Hola – saludé, nerviosa.

– Hola – respondió Jeremiah, dedicándome una de sus preciosas sonrisas. – ¿Vienes a mi cuarto?

– Oh, sí, claro.

Dos minutos después, me encontraba sentada en el cuarto de Jeremiah, fijando la mirada en cualquier objeto que percibiese. Mientras tanto, Jere colocaba correctamente un par de camisetas desperdigadas por el suelo.

– Bueno, Tess. Dime, ¿qué opinas de lo sucedido? – Interrogó, mientras una sonrisa amenazaba por salir.

– Me ha gustado — comencé, dejando la vergüenza a un lado. – De hecho, me gustas tú, desde los dos años – añadí, recordando las palabras de Bells.

– Vaya, entonces estamos de acuerdo en algo – comenzó, avanzando hacia mi. – Me gustas, Tess, me gustas mucho.

– Bueno, entonces, ¿qué tal si repetimos el beso? – Pregunté, orgullosa de mi valentía.

– Tendrás que esperar para ello – respondió coqueto.

– ¿Estás seguro de ello, Fisher? Porque si es así, puedo irme y esperar en mi habitación – comenté, dirigiéndome a la puerta, aunque, tal y como pensaba, rápidamente las manos de Jere se posaron en mi cintura, atrayéndome hacia él.

– Oh, Forbes, ya sabes lo gracioso que soy. Era una bromita – añadió, al ver mi ceja alzada. – Estoy deseando volver a probar tus labios – dijo, robándome una gran sonrisa.

– ¿Ah, sí?

– Pues sí.

Segundos después, mis labios se encontraban sobre los suyos, saboreando cada rastro de él.

– Jeremiah Fisher, dame una explicación válida por la que no contestas a mis... Oh, Dios mío. – exclamó Susannah, entrando a la habitación y observando la situación. – ¡Por fin! ¡Jennette, ven aquí! ¡NUESTROS HIJOS POR FIN SE HAN BESADO! – Le gritó a mi madre.

– Oh, hija, ¡cuánto me alegro! – Comentó mi madre entre suspiros, cansada por subir tan rápidamente.

Jeremiah, feliz, miró mis ojos verdes y surruró:
– Vaya, Forbes, parece que hemos sido muy lentos.

One Shots (Multifandom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora