Tsukishima, aunque sea bastante frío, tiene una muy buena y cálida relación con su abuela paterna, Miko. Ella es muy abierta y puedes hablar con ella de lo que sea que nunca te va a juzgar o criticar. Por eso Tsukishima la quiere tanto.
Al día siguiente por la mañana, el rubio despertó a Yamaguchi; normalmente cuando uno se quedaba a casa del otro a dormir siempre era Yamaguchi el que despertaba al más alto, pero hoy fue al revés.
- Oh, ¡buenos días Tsukki! parece ser que hoy me quedé yo dormido.- Dijo soltando una risa suave.
- Buenos días, Tadashi.- Dijo el rubio con la voz de recién despertado que Yamaguchi conocía tan bien.- Esto... Los sábados normalmente visito a mi abuela Miko, la de parte de padre. Así que si quieres puedes venir conmigo pero si no eres libre de irte a tu casa.
- Está bien, iré contigo. Miko-san es muy maja y abierta así que no hay problema.- Dijo el más bajito con su habitual y suave sonrisa.- ¿Qué te parece si le hacemos unas galletas y se las llevamos? Seguro que se pone muy contenta.
- Claro.- Dijo el más alto esbozando una pequeña sonrisa. Yamaguchi se sonrojó un poco al ver eso. Tsukishima nunca sonreía y las veces que lo hacia le parecía lo mas tierno del mundo.
Bajaron al salón viendo a la madre de Tsukishima preocupada haciendo una llamada.
- Buenos días mamá; ¿dónde está papá? - dijo Tsukishima frunciendo los labios en una mueca de preocupación.
- Esto... Kei, cariño ven siéntate.- Dijo su madre con una voz y mueca de preocupación; cosa que asustó mucho a Tsukishima.- Tu abuela Maki, ehh no se como decir esto... Se que estabais muy unidos y que la querías mucho y que sepas que te vamos a ayudar en todo lo que necesites y...
- Mamá, qué ha pasado con la abuela Maki.- Dijo Tsukishima mientras se le agolpaban las lagrimas en los ojos temiéndose lo peor.
- Tu abuela ha fallecido. Esta noche, a causa de un infarto. Tu padre ha ido al hospital dónde estaba. Para despedirse, ¿quieres que te lleve a ti también?- Dijo su madre intentando todo lo posible para no hacer sentir más mal a su hijo.
Tsukishima sentía como sus lágrimas iban a caer y no quería que le vieran llorar, al menos su madre. Se fue corriendo a su cuarto seguido de Yamaguchi. Tsukishima sentía como el mundo se le venía encima, sentía como su corazón se aplastaba hasta que no quedaba nada. Sintió un vacío indescriptible.
Yamaguchi entró a la habitación siguiendo a su amigo y cerró la puerta tras él. Se acercó a la cama donde se encontraba el rubio tumbado. Cuando estaba al pie de la cama al lado de Tsukishima, se acercó a mirar a Tsukishima con el propósito de calmarlo y consolarlo; pero la imagen que vio lo congeló por completo.
Un Tsukishima Kei, frío como la nieve, llorando a mares en completo silencio; su cara ligeramente pálida se torno en un rojo carmesí a causa de las lagrimas que brotaban sin pausa de sus ojos.
Yamaguchi sintió su corazón aplastarse al verle así. Se sentó en la cama al lado del mas alto, le quitó las gafas para que no se le estropearan y las dejó a un lado.
Se acercó un poco más a él y comenzó a acariciarle el pelo para consolarle y que supiese que él estaba ahí para lo que necesitase.
El alto al notar aquel tacto sintió una calidez llena de amor y afecto que le hizo sentirse acompañado; se sintió mas acompañado que nunca sinceramente.
Al cabo de un rato, Yamaguchi se había cansado un poco de acariciarle el cabello; se le había dormido el brazo y le dolía la espalda. Quitó el brazo, se levantó de la cama y cuando se giró, se dió cuenta de que Tsukishima estaba profundamente dormido. Decidió quedarse en su casa para que cuando despertara, que no estuviera solo.
Estuvo viendo su teléfono y adelantando tareas mientras él dormía. Durmió unas 4 horas.
Cuando despertó, Yamaguchi se sentó al lado suya en la cama y le colocó un poco el cabello.
- ¡Buenas Tsukki! ¿descansaste mucho? ¿quieres que te traiga algo? Como agua o alguna fruta.- Dijo Yamaguchi con una radiante sonrisa en la cara. De esas sonrisas que le encantaban a Tsukishima, las que le producían paz y brillaban más que cualquier otra cosa. Podía mirar esa sonrisa todos los días de su vida las veinticuatro horas.
- Hola Tadashi. ¿Por qué sigues aquí? podrías haberte ido a tu casa ¿cuánto tiempo dormí?- Dijo Tsukishima todavía con los ojos hinchados y rojos y la cara coloreada de carmesí. Tsukishima no quería que Yamaguchi perdiese mucho tiempo por estar pendiente a él pero se alegraba de que siguiese allí.
- Dormiste unas 4 horas, ya es la hora del almuerzo. Bajaré a ver si tu madre ha preparado algo de comer y te lo subiré.- Dijo Yamaguchi todavía radiante. Sus pecas resaltaban mucho al color verde de sus ojos; era realmente hermoso.
Yamaguchi se acercó a Tsukishima y se sentó a su lado en la cama.
- La querías mucho, ¿verdad?- Comenzó a hablar Yamaguchi.- Pero estaba mayor, y todo el mundo se va. Pero nadie muere si nadie le olvida, así que procura sonreír y nunca la olvides. Estoy seguro de que Maki-san quisiera que tu siguieras adelante.- Dijo el más bajo; Tsukishima estaba a punto de llorar otra vez, pero el echo de que Yamaguchi le dijese eso, le dió tristeza pero a la vez tenía razón así que no dijo nada.- Pero hay más gente que te quiere mucho; tus padres, tu hermano, yo... Pero que sepas que si quieres desahogarte conmigo nunca dudes en hacerlo.
Tsukishima se sorprendió un poco ante las últimas palabras, y tras eso soltó un suave y bajo "gracias".
Tras eso, Yamaguchi bajó para coger algo de comer.
- Hola Yamaguchi, ¿cómo esta Kei?- Preguntó la madre de Tsukishima.
- Podría estar mejor como usted ya sabe, pero estoy tratando de calmarlo y ayudarlo.- Dijo Yamaguchi formando otra sonrisa.
Cogió la comida y la subió arriba. Comieron viendo una de las películas de Jurassic Park y Yamaguchi se quedó el resto del fin de semana con Tsukishima.
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Te amo tanto como a la Luna♡ [Tsukkiyama]
Roman d'amourTsukki ama la Luna porque brilla en las noches más oscuras y terroríficas. Pero no sabía que encontraría a su brillante Luna en su noche mas oscura, y menos en él. • • • Boys Love‼️ Si no te gusta el contenido no lo leas. • Ninguno de los personaje...