Inazuma Eleven Yaoi

¿Y si no vas a cumplirlas, para qué haces promesas?~

|Shindou x Kirino|

-Vamos, Shindou, ¿qué es aquello que querías decirme?-me preguntaba ansioso de mi respuesta. Ya me hizo esa pregunta muchas veces y ninguna me atreví a responderle, y tampoco quería hacerlo esa.

Noté como Tsurugi se acercaba hacia nosotros para decirme unas palabras que me hicieron cambiar repentinamente de idea.

-O se lo dices tú-hizo una pausa y agregó-o se lo digo yo.

Su mirada era fría y expresaba seguridad, así que me limité a hacerle caso, no sin antes añadir un ''de acuerdo, déjanos solos''. Una vez se fue, cogí el valor suficiente como para hablar.

-Me gustas.-fue lo único que me limité a decir.

No se lo tomó a mal, tampoco le sorprendió, pero dejó claro que no iba a corresponderme. Tras eso llegaron preguntas, indirectas, intentos de causarme ilusiones, motes y mucho más. De esa conversación hacía ya dos meses. Pero me enteré de algo.

-¿Qué?...-decía asombrado mirando a uno de los mejores amigos de Kirino, para después dirigir mi mirada a él-¿se lo has...?

-Yo no he sido-dijo nerviosamente-fue Akane, ¡se lo dijo ella!

No tenía pensado contestar, no me apetecía hablar en esos momentos. Me fui del lugar del recreo en el que me encontraba para dirigirme a mi clase, sabía que las tres horas que faltaban para acabar iban a ser muy largas. Un poco después de mí, entró Kirino en clase, mirándome preocupado y arrepentido.

-Ya te lo he dicho, yo no he sido.

Podría haberme callado y ser elegante. Podría haberle ignorado y no dirigirle ninguna palabra. Pero estaba cansado y tuve que decir todo lo que dije.

-¿Sí?, ¿de verdad? Fácil, júralo.-Una pequeña y falsa sonrisa se dibujó en mi cara. Tenía razones para decir eso, le conocía demasiado bien y no fue ninguna sorpresa ver como cruzaba los dedos -Chaval, desde que te lo dije te has vuelto despreciable. Primero acusas a mi mejor amiga de haber sido tan gilipollas como tú de decirlo a uno de tus mejores colegas, luego lo niegas y encima me cruzas los dedos en la cara. Y eso no es todo, ¿te recuerdo que te hice jurar que no lo contarías? Las promesas se cumplen, dijiste una vez. A parte de cabrón eres rata rastrera. Y sabes, podría dejar de echarte todo en cara, pero ya que estamos, seré tan hijo puta como tú y seguiré: ¿te acuerdas de cuando te peleaste con Kariya y le dijiste que mentía más que hablaba? Pues bueno, mejor cállate que no eres quien como para decirlo. Me hace gracia que te pienses que no sé nada cuando lo sé todo. Sé que Tenma no se enteró solo, y desde luego no fue Tsurugi quien se lo contó. Me lo dijo, me dijo que fuiste tú, pero preferí no decir nada, ¿sabes por qué? Porque al menos a mí me importaba nuestra amistad. Y exactamente, me importaba, antes. En pasado. ¿Qué bien manejo los tiempos, no? Y esto no es todo, que queda para rato, así que ve haciendo palomitas. Sigamos con que vas por ahí contándole al oído de la gente cosas sobre mí delante mía, lo mismo te piensas que soy ciego, pero no eres capaz de decirlo en alto para que lo escuche yo, ¿no? Eres un puto cobarde, chico. Y cuando yo te hago enfadar por una gilipollez bien que te pido perdón cien mil veces en unos testamentos más grandes que la propia biblia, al contrario que tú, que cuando me enfado, no eres capaz de decirme nada en persona y lo haces cuando ves que estoy realmente enojado, por un mensaje de texto que tiene peor ortografía que un cani de mi barrio, y por cierto, tus disculpas son una puta mierda. Y encima me tratas diferente a todos, el chico que da besos y abrazos a medio mundo no es capaz de acercarse a mí para alguna tontería de esas, al contrario que en antaño. Pero aun así te pasas el día tonteando conmigo como si te gustase de verdad. Y para acabar, solo diré que esto que te digo no es ni la mitad de una octava parte de todo lo que me has hecho desde que me confesé. Ah, se me olvidaba, si piensas decir algo olvídalo, porque no me interesa.