Nagumo x Suzuno
-Padre, estoy cansado.
-Ya pronto llegaremos a la próxima casa que nos ha indicado el campesino que hemos encontrado antes.
-Está bien -dijo un pelirrojo con el pelo en forma de un pequeño tulipán, bastante cansado por el trayecto que ya llevaban andando y cargando la bolsa donde traía la comida.
Siguieron caminando largo rato, hasta que encontraron al fin una casa. Era bastante grande, de unos dos quilómetros cuadrados. El niño se sorprendió, pero no era la casa más grande que había visto des de que viajaba con su padre. El atri, la puerta de entrada, era bastante grande y al cruzarlo había un pasillo que lo llevaba a un gran patio central con forma de cruz de donde salían las habitaciones. Al centro del gran patio había un impluvium, lugar donde se acumulaba el agua de lluvia, que caía por el compluvium, entrada en forma de cruz, igual que el patio, que había en el techo del patio.
A la otra parte del patio había otro pequeño pasillo que llevaba a otro patio, aunque este tenía una piscina. Lo raro era que no tenía ningún tipo de habitación alrededor del patio interior, solamente una pared alta. Normalmente solía haber habitación alrededor de los patios pero en esa casa no había en el patio interior. Eso era porque tenía las salas de almacenamiento fuera de la casa, algo muy raro, por no decir inaudito en toda Roma.
El pelirrojo y su padre fueron llevados al tablinum, lugar de acceso para los visitantes, que estaba al lado del atri. Allí esperaron a que llegara el pater de la familia. El cual llegó al poco tiempo. Era un hombre imponente y respetable, por su apariencia. En cuanto les vio y le sonrío al muchacho.
-Ave Zeus -dijo mirando fijamente al padre.
-Ave -respondió este.
-¿Qué te ha traído por aquí, después de tanto tiempo, amigo? -dijo abrazándolo con efusividad.
-Un viaje por Roma.
-¿A qué se debe el viaje?
-Mi mujer antes de morir me pidió que enseñara toda Roma a Haruya. Pero no lo veo posible.
-¿Por qué?
-Preferiría más hablarlo en privado, sin mi hijo.
-Como quieras. Rin, por favor llévate al niño al patio.
-Como ordene señor.
Dicho esto una criada, que había entrado al escuchar su nombre, se llevó al niño pelirrojo fuera del tablinum. Una vez allí lo guió hasta el patio en forma de cruz para que corriera por allí siempre vigilando que no se acercara demasiado al impluvium. En ese momento un pequeño peli-blanco salió de una sala y se encontró con el niño forano en su patio. Lo que le extrañó. Alzó una de sus cejas.
-Señorito, este es el hijo de un viajero. Sea amable con él.
Lo quedó mirando sin decir nada más. Su mirada era fría y seria. No parecía importarle mucho que ese chico pelirrojo estuviera allí. Ambos tenían 13 años de edad. El tulipán le miró y le sonrió. Se le hacía lindo ese peli-blanco. Se acercó a él sin importarle la terquedad que el otro mostraba.
-Hola, me llamo Nagumo Haruya. Llámame Haruya.
-Hmmm... Nagu-chan. Vete de mi casa.
-¿Nagu-chan? ¿Por qué Nagu? ¿Y porque chan? Soy un chico.
-Invades mi espacio vital. Vete.
-Señorito, por favor, no sea así -dijo la pobre Rin asustada por el comportamiento de joven señor.
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Inazuma Eleven Yaoi
Hayran KurguPequeñas historias de amor entre los jugadores de IE y IEGO. Todas las historias publicadas aquí no me pertenecen. Son sacadas de Mundo Yaoi. Espero que les guste y disfruten.