The E-mail

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Capítulo 1

-¡Scarlett! Voy a mirar mi correo – escuché cómo Danielle me decía desde mi habitación.

-¡Vale!– Le dije desde la cocina, donde estaba preparando palomitas en el microondas.

Danielle era mi mejor amiga. Vivíamos prácticamente la una en casa de la otra. Ese día se había quedado conmigo porque mis padres y mi hermano no estaban en casa. Era principios de Junio. Ya quedaba poco para el final de curso, y ese verano ambas sabíamos que sería uno de los mejores de nuestra vida.

El colegio había organizado un viaje en el que nos iríamos por parejas a vivir durante un curso entero con una familia de acogida a Londres, Inglaterra.

Ese había sido nuestro sueño desde pequeñas. Sabíamos que en cuanto acabáramos la universidad nos iríamos a vivir a Londres. Y aquel año sería como la carta de presentación de nuestro futuro hogar.

Estábamos muy ilusionadas, sobre todo por conocer a la familia con la que tendríamos que convivir los siguientes doce meses. Nuestra profesora nos había dicho que durante las primeras semanas de Junio nos llegaría un email con toda la información sobre la familia que nos acogería, y cada día Danielle y yo mirábamos el correo por si había llegado el esperado email.

Cuando las palomitas estuvieron listas las saqué del microondas y me dirigí hacia mi cuarto. Al pasar por al lado de la cadena de música cogí el mando y le di al PLAY.

Transylvania comenzó a sonar por toda la habitación y yo comencé a cantarla, esperando a que Danielle se uniera a mí no mucho más tarde de la primera frase. McFly era nuestro grupo favorito y siempre nos gustaba cantar por encima de sus voces, creyendo que cantábamos junto a ellos.

Cuando llegué a su lado me senté en la cama y puse el tarro de las palomitas encima del escritorio. Danielle miraba el ordenador sin decir nada. Entonces caí en algo y la miré extrañada. La canción ya iba por la segunda frase y todavía no había movido loslabios desde que la puse. Y eso era muy, pero que muy raro. Sus ojos color miel estaban abiertos y su cara reflejaba incredulidad y sorpresa.

-Danielle, ¿qué pasa? – le pregunté, algo asustada.

-Nos han enviado el email con la información de nuestra familia inglesa – dijo, todavía sin apartar la vista de la pantalla.

-¡Oh! – suspiré aliviada – ¡Entonces son buenas noticias! No sé por qué tienes esa cara de asustada.

-Mira cómo se llama la familia – dijo de formasolemne.

Alcé una ceja, reí y me acerqué a la pantalla del ordenador para leer la información que tanto tiempo habíamos esperado.

Cuando leí el nombre de la familia levanté la vista de la pantalla y miré a Danielle con cara de circunstancia. Ahora su cara reflejaba una emoción que antes solo había podido ver en ella cuando fuimos a nuestro primer concierto de McFly.

-Familia Styles – dije cautelosamente.

Ella asintió y su sonrisa se ensanchó.

-Danielle, no creerás de verdad que…

Ella saltó de la silla y bajó la pantalla del ordenador para que pudiera ver mejor la siguiente información que venía en el email.

-¡Sí! ¡Tiene que ser él! ¡Todo coincide! – dijo señalando la parte de “miembros de la familia”.

-Pero puede que sea una casualidad…-dije sin mucho convencimiento.

-¿¡Una casualidad!? – ella me miró directamente a los ojos y procedió con la enumeración – Punto Uno: No hay padre. Punto Dos: sólo está la madre, que “casualmente” se llama igual que SU madre. Punto Tres: hay una hermana mayor que “casualmente” se llama igual que SU hermana. Y Punto Cuatro: ¡está ÉL!

Acercó aún más la pantalla hasta dejarla a un centímetro de mi nariz y señaló con su pequeño dedo un nombre que había al final del listado.

-Harry Edward Styles – leyó en voz alta – ¡Es él!

Rodé los ojos y la miré seriamente. Harry Styles era un miembro de una nueva banda británica que se hizo famosa en el conocido programa Factor X. Eran cinco chicos y dio la casualidad de que tenían más o menos nuestra edad. Desde que Danielle los encontró y nos los enseñó, tanto nosotras dos como nuestras amigas Reece y Brooke nos obsesionamos con ellos. Hasta tal punto que cada una eligió a su “favorito” dentro del grupo.

Claro está, el de Danielle era Harry. El de Reece era Liam Payne. El de Brooke, Niall Horan. Y el mío, Louis Tomlinson, el mejor amigo de Harry.

-Está bien, son demasiadas coincidencias como para no ser verdad – me resigné. Ella dejó el ordenador en su sitio y me volvió a mirar ilusionada - ¿pero y si al final sí que ha sido casualidad y nos hacemos ilusiones para nada?

-¿¡Y qué más da!? – respondió ella. Y riendo, añadió – no perdemos nada por soñar hasta que llegue el día de la verdad.

-Danielle – le dije seriamente – yo no voy a hacerme ilusiones para que después me dé con un canto en los dientes. Sabes que me deprimo de una forma que no es normal…

Ella me miró fijamente. En aquellos momentos de mi vida, era la persona que mejor me conocía. Finalmente, asintió.

-Está bien, no volveremos a hablar de esto hasta que lleguemos a Londres ¿vale?

Sonreí y asentí. Ella se encogió de hombros y sonrió maliciosamente.

-Aunque si resulta que es verdad, no me importaría hacerle visitas nocturnas a Harry a su cuarto – dijo sedosamente. Y, alzando una ceja, añadió -  y si quieres le digo que se traiga a Louis para que se quede contigo mientras tanto…

-¡Danielle! – grité y la miré con los ojos muy abiertos.

Ella empezó a reír abiertamente y su risa no tardó en contagiarme. Al cabo de un rato, no sé cómo pero estábamos corriendo por toda la habitación tirándonos cojines y los miles de peluches que adornaban mi habitación.

Y así comenzó el principio de una historia que ninguna de las dos jamás imaginó que viviría. Bueno, quizás sí, pero en nuestros más remotos sueños, donde nuestro subconsciente se mueve como y por donde quiere y termina su viaje sin dejar rastro en nuestra parte consciente. Bueno, al menos, no hasta ahora.

Summer Love *en pausa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora