Still With You |Jungkook & TN| 2

1.

-La tristeza envolvía el ambiente como un manto pesado. Todos lloraban la pérdida de aquella joven que, con su luz, había iluminado las vidas de quienes la rodeaban. Su partida dejó un vacío imposible de llenar. Sus padres, devastados, no podían contener las lágrimas, pero nadie sufría más que Jungkook. Él había pasado la noche en vela, con el rostro bañado en llanto, abrazando a su bebé, quien dormía plácidamente ajeno al dolor de su padre.

No había probado bocado desde que recibió la trágica noticia. No comía, no bebía, ni siquiera un sorbo de agua. Solo lloraba, consumido por la culpa, repitiéndose una y otra vez que todo era su responsabilidad.

Los días pasaron y llegó el velorio. Familiares, amigos y conocidos se reunieron para despedirla. El llanto era generalizado, pero Jungkook, de pie frente al ataúd de su esposa, parecía el más destrozado. Sus ojos estaban enrojecidos e hinchados de tanto llorar. Se aferraba a la madera fría, suplicando, rogándole que despertara.

—TN, despierta… —susurraba entre sollozos—. Mi amor, por favor… despierta…

Pero entonces, un jadeo rompió la angustiosa escena.

La joven abrió los ojos de golpe y encontró a su esposo a su lado, acariciándole la mejilla con ternura.

—¿Qué… qué pasó? —murmuró con la voz temblorosa.

Jungkook la miró con dulzura, dejando escapar un suspiro de alivio.

—Mi amor… solo fue una pesadilla —le aseguró con voz suave.

Ella respiró hondo, tratando de calmar los latidos acelerados de su corazón, y sin pensarlo dos veces, se lanzó a los brazos de su esposo, dejando escapar un llanto incontenible.

Él, confundido pero atento, la estrechó con fuerza, depositando pequeños besos en su cuello mientras le susurraba que todo estaba bien, que no tenía de qué preocuparse.

—¿Qué pasó, mi vida? —le preguntó, acariciando con ternura su muslo.

Entre lágrimas, ella lo miró a los ojos, temblorosa.

—Soñé que… no resistía el parto… que moría y los dejaba a ti y al bebé…

Jungkook sintió un nudo en el estómago al escucharla. Sin dudarlo, la abrazó con más fuerza, como si su sola presencia pudiera protegerla de cualquier peligro.

—Tranquila, mi amor —susurró, acariciándole el cabello—. Solo fue un mal sueño. Eso no pasó y no va a pasar, ¿sí? Estoy aquí contigo…

Pero la angustia seguía latente en su pecho. Un pensamiento la carcomía, un secreto que había guardado hasta ahora.

Dudó por un instante, pero al final decidió decirle la verdad.

—Jungkook… hay algo que necesito contarte… —susurró, mirándolo fijamente.

Él, notando la seriedad en su voz, asintió, indicándole que continuara.

—El día que fui a ver al doctor por los resultados… él me dijo que había un treinta por ciento de riesgo en el parto…

Las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos. Sin embargo, la respuesta de su esposo la tomó por sorpresa.

—Lo sé, amor…

Ella lo miró confundida.

—¿Cómo…?

Jungkook esbozó una pequeña sonrisa triste antes de responder.

—Ese mismo día, cuando regresamos de cenar, noté que estabas distante… Supe que algo te preocupaba. Cuando subiste a la habitación, llamé al doctor… Le pregunté directamente porque sentía que me estabas ocultando algo… Y él me lo dijo todo.