Capítulo 17

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A la mañana siguiente, en el desayuno, Yasuho le había contado a Josuke su intención de ir a ver ese mismo día a su madre, pero al estar algo nerviosa, Josuke le propuso acompañarla al menos hasta la puerta y esa propuesta fue aceptada rápidamente por la chica.

Tanto Yasuho como Josuke, en cuestión de unos minutos, habían llegado a la casa de Yasuho o mejor dicho; estaban justo delante de ella, en la otra parte de la acera. La chica estaba nerviosa, algo que Josuke pudo comprobar al sentir como su novia apretaba con fuerza su mano, fue en ese momento en que no dudó en mirarla.

-¿Seguro que estás preparada?-

Yasuho inhala y exhala aire antes de hablar.-No sé por qué pero sigo teniendo algo de nervios a pesar de que estoy preparada.-

Josuke soltó el agarre y se colocó delante de la de cabello rosado, colocando sus manos sobre los hombros femeninos.

-Yasuho, escucha. - Habla Josuke en tono y mirando con semblante serio a Yasuho quien de manera inmediata miró al chico atentamente. - Si no te ves capaz de hablar con tu madre podemos dar la vuelta, pero si quieres hablar lo más pronto posible y aun así tienes miedo, no te preocupes pase lo que pase, yo estaré contigo. Vendré a buscarte a rastras si es necesario si tu madre te echa de casa o la cosa termina mal. Así que tranquila, sé que lo conseguirás.- Añade mostrando una sonrisa al decir lo último. Josuke confiaba mucho en Yasuho y eso es lo que quería hacer saber a su novia.

-Eres genial Josuke.- Sonríe ella ampliamente algo más tranquila que antes, definitivamente Josuke es la persona ideal para ella. -Voy a llamar a la puerta ahora mismo, si algo pasa te llamaré.-

-Eso es lo que quería escuchar.- El tono de Josuke era ahora tranquilo, incluso retiró sus manos dejando libre a Yasuho. -Yo volveré a casa por lo que no tardaré en venir cuando me llames, buena suerte amor.-Desea Josuke dando un beso fugaz a los labios femeninos antes de marcharse de regreso a su hogar mientras Yasuho cruzaba el paso de cebra y caminar hacia la puerta del que ha sido su hogar durante mucho tiempo.

Suzuyo se encontraba en casa, recién había llegado de compras y se puso a limpiar todos los rincones de la casa, inconsciente de que su hija estaba cruzando el paso de cebra, la mujer en ese momento se puso a limpiar y colocó sus consolas y videojuegos hasta que el timbre sonó. La madre de Yasuho no esperaba a nadie, pero aun así no dudó en ir a abrir la puerta por simple curiosidad.

Suzuyo se quedó en shock, sin palabras, y es que no pensó que iba a ver nuevamente a su hija.

-¿Y... Yasuho?- Logró decir la mujer a lo que Yasuho sonríe con una sonrisa muy pequeña.

-¿Puedo pasar?- Suzuyo asintió con la cabeza apartándose hacia un lado para dejar pasar a su hija, después de todo era también su casa.

-Vaya, no ha cambiado nada desde que me marché.- Comenta la de cabello rosa mirando el living de manera rápida.

-Es una casa pequeña, así que no se pueden hacer muchas reformas.- Habla soltando una risa cerrando la puerta. -Pensé que me odiabas.-

Un silencio reinó el ambiente cuando Suzuyo pronunció tales palabras.

Yasuho, quien se había quedado dando la espalda a su madre, giró su cuerpo y se quedó mirando de manera seria a su progenitora.

-Odio tu estilo de vida.- Sentenció de manera directa.-O al menos la odiaba.-

-¿A qué te refieres con eso? - Pregunta Suzuyo confundida.

-Cuando iba a ver a Josuke, me encontré con la señora Honda y me dijo que su marido le había comentado que estabas tratando tu adicción al alcohol, ¿es eso cierto?-

Suzuyo no dijo palabra alguna, tan solo caminó hacia el mueble de la televisión, una vez allí abrió el primer cajón y de ahí sacó una carpeta fina de color rojo y llena de papeles, finalmente volvió al lado de su hija y hacerle entrega del material que había sacado.

-Compruébalo tú misma.-

Yasuho miraba la carpeta con cierta confusión, pero aun así no dudó en recibirla y ver el contenido de esta. Eran papeles de médico e incluso contratos de un trabajo en una tienda a tiempo parcial. -¿Desde cuándo tienes todo esto? -

-Los papeles de la tienda de conveniencia los tengo desde hace meses, conseguí el trabajo en verano.- Admite contenta de sí misma. -Y en cuanto a los del médico... empecé a ir cuando te fuiste a vivir con tu padre.- Aquellas palabras hicieron que Yasuho, quien seguía ojeando los papeles, abriese los ojos, eso fue hace exactamente diez años.

-Seguro que te preguntarás por los videojuegos e incluso el porqué decidí ir a rehabilitación.- Suzuyo hizo breve pausa para inhalar y exhalar aire, mientras que Yasuho asintió con la cabeza. -Los videojuegos ya no juego demasiado, el trabajo consume todas mis energías y en cuanto a lo otro... lo hice porque pensaba que así me ibas a querer finalmente y vendrías conmigo nuevamente, aunque debo de reconocer que al principio fue bastante difícil.- Reconoce la mujer soltando una pequeña risa nerviosa.

Las manos de Yasuho comenzaron a temblar un poco, estaba conteniendo las ganas de llorar, por ese motivo la chica cerró la carpeta y se la devolvió a su madre. Todo esto sin dirigirle la mirada en ningún momento.

-Debo ir al baño.- Comenta a modo de excusa dándose la vuelta y subir las escaleras e ir al lugar mencionado donde cerró la puerta donde apoyó su espalda y bajó hasta el suelo y quedarse sentada.

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