Capítulo 12

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Akihabara, el templo Sensô-Ji, Shibuya, Tokyo Skytree, el parque Yoyogi y el santuario Meiji y así de un sin fin de lugares visitaron Yasuho y Josuke, pero no solo visitaron los lugares más famosos, también vieron algún centro comercial y alguna que otra pequeña tienda.

Si era sincero, Josuke no sabía elegir cuál fue el sitio que más le gustó ver, todo le pareció sorprendente.

Los días en los que estuvo Josuke en la casa de Yasuho, hubo dos días en los que tuvo que estar solo debido a que Yasuho tuvo que cubrir el puesto de un compañero.

El verano estaba a punto de terminar, lo cual significaba que se iba a celebrar un matsuri a modo de despedida a dicha estación.

-Termino en unos minutos.- Anuncia Yasuho en voz alta terminando de peinarse. Era ya de noche y ambos iban a ir al matsuri y fue el momento en el que Yasuho pudo por fin estrenar el kimono rosado que se había comprado este año.

Al tener el pelo corto, había sido más rápido el trabajo de terminar su look y por ende salió pronto de su habitación.

-Y bien, Josuke ¿qué opinas?, ¿me veo linda?- Preguntaba la chica estirando un poco sus brazos y girando sobre sí misma para que su acompañante no perdiese detalle alguno de su look.

Josuke se sonrojó al ver a Yasuho, estaba realmente hermosa.

-Sinceramente, estás preciosa.- Responde sincero con una sonrisa.

Yasuho por su parte, también le dedicó al Higashikata una sonrisa, una sonrisa amplia y de agradecimiento por sus palabras. -Muchísimas gracias, Josuke.- Agradece feliz juntando sus manos por unos momentos cortos. -¿Nos vamos ya? -

Josuke asiente con la cabeza ofreciendo su brazo derecho a la chica para servirla como apoyo y evitar que se cayese o tropezase con su calzado. Oferta que la de cabello rosa no dudó en aceptar para después salir y caminar hacia el lugar donde se celebraba el matsuri que, por suerte, se encontraba a unos 6 minutos andando.

La calle estaba concurrida y era algo normal, todo el mundo de Tokyo estaba en el matsuri al igual que Josuke y Yasuho. La calle era larga y ancha para que los transeúntes pudiesen pasear cómodamente, en ellas había muchos puestos de comida, accesorios, bebidas e incluso juegos para los niños.

-¿Es la primera vez que vienes a un matsuri, Josuke?- Pregunta con curiosidad.

-No, solo que no suelo ir a muchos por el trabajo. Ya sabes.- Ríe un poco avergonzado.

-No te preocupes, a mí me ha pasado lo mismo durante un tiempo.- Asegura Yasuho tranquilizando al chico. -Pero me alegra poder haber venido este año y sobre todo estar contigo.- Las mejillas de ambos se tiñeron de rojo, menos mal que era leve y apenas se notaba a simple vista.

-Lo mismo digo Yasuho.-

Ambos seguían enamorados el uno del otro y es por eso que a veces, y según el tema de conversación, parecían tontos e inocentes. Yasuho había alzado un poco su vista y vio que estaba el puesto de ramune que a ella tanto le encantaba. Definitivamente, aquel puesto fue su salvación.

-¡Mira Josuke! - Exclama la chica tirando suavemente de la ropa ajena y señalando el puesto de bebidas.

-¿Hm? - Soltó Josuke mirando justo a la dirección que su amiga señalaba. -¿Quieres comprar ramune? -Pregunta el Higashikata mirando a Yasuho la cual miró al chico con una amplia sonrisa asintiendo con la cabeza un par de veces. La chica estaba feliz por haber visto aquel famoso puesto que conocía desde que vino a Tokyo a vivir por trabajo que parecía una niña pequeña. Algo que hizo que Josuke soltase una risita divertida.

-Entonces vayamos antes de que se gasten todas las existencias.- Bromea Josuke provocando una risa a Yasuho.

-Ya verás Josuke, el puesto tiene muchos sabores de ramune, te va a encantar. - Asegura feliz la de cabello rosado quien se había agarrado del brazo del chico y comenzar a caminar.

Yasuho tenía razón, el puesto tenía muchísimos ramune de varios colores y sabores. Yasuho había comprado el de sabor melón y Josuke optó por el de sandía.

-Espero que sepas cómo se abre la botella de ramune.-Hablaba divertida Yasuho.

-Por supuesto que sé cómo se abre no soy tan idio...- Parte del contenido de la bebida había salido en cuanto Josuke ejerció más presión de lo esperado y eso hizo que el chico se callase de manera inmediata y alejase, como acto reflejo, la botella de su cuerpo estirando su diestra y así evitar que su ropa se manchase.

-Si, si, ya vi como sabes abrir el ramune.- Responde Yasuho a carcajadas, fue muy divertido presenciar tal escena.

-Solo ejercí un poco más de presión, claro que sé cómo abrir un ramune. -Hizo pequeño y breve puchero el Higashikata quien fingió estar dolido pero en el fondo reconoce que fue gracioso.

-Muy bien tendré que creerte.-

Yasuho se dispuso a abrir el suyo, al principio no pudo porque seguía riéndose pero cuando se concentró, ejerció presión y como si del karma se tratase... a Yasuho también se le había salido parte de la bebida.

-A eso le llamo karma por haberte burlado de mí.- Habla esta vez Josuke siendo él el que se burlaba de manera divertida de la chica.

Yasuho infló sus mejillas y andó un poco más rápido para alcanzar a Josuke quién poco a poco se iba alejando. -No me he burlado de ti...- Se quedó en silencio unos segundos. -Bueno solo un poco pero debes de reconocer que fue gracioso.- Añade a modo de excusarse.

-Lo reconozco fue gracioso.- Reconoce el chico de cabello oscuro con una sonrisa.

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