WIP - Rozando el sol

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Una nube de polvo se levantaba por donde quiera que Luffy cruzaba, recorriendo el pequeño poblado en busca de algo emocionante.

Chopper y Usopp iban cuidándolo, aunque fueron dejados muy atrás por su capitán.

La isla primaveral parecía estar en medio de alguna festividad, por lo que había listones coloridos y mucha comida por todos lados.

Zoro se había quedado cuidando el barco mientras los demás iban por provisiones, animado por Sanji y Nami, quienes pensaban que tener a Luffy suelto por la isla era suficiente problema como para que después Zoro se perdiera.

Era una isla pequeña, pero de todos modos preferían mantener la tranquilidad mientras fuera posible.

A pesar de ser un sitio bastante sencillo y no muy grande, tenía 3 puertos chicos, al norte, este y oeste. Una pequeña montaña se elevaba por el sur. Tenía caminos empedrados muy bien marcados por toda la zona centrica, una gran plaza donde se encontraba un mercado ambulante, y muchas flores asomaban de las ventanas y jardines.

La música sonaba desde un pequeño escenario improvisado en el centro de la plaza, donde 3 hombres de mediana edad y un pequeño niño con boina, tocaban y bailaban animadamente.

Se podían escuchar las palmas de la gente que se reunía alrededor, marcando el ritmo y elevando el ánimo.

La tripulación parecía haber sido ignorada, ya que el puerto estaba vacío cuando arribaron. Eso explicaba que nadie los reconociera enseguida como piratas.

Parecía conveniente llegar en medio de una celebración.

—¡WOW MIRA TODA ESA COMIDA! —. Usopp y Chopper llegaron corriendo al sitio de donde venía la voz, para evitar que Luffy se quedara sin dinero.

Sanji había ido a conseguir provisiones, Nami a ver ropa y joyas diciendo que buscaría cosas de utilidad, y Robin a buscar algo de interés, ya que nunca se sabe lo que puede haber por ahí en el Grand Line.

El rubio caminaba observando el atardecer, el viento y temperatura eran relajantes, parecía que los tonos rosas y anaranjados pudieran envolverlo, y sin percatarse llegó al puerto este, contrario a donde ellos habían anclado.

El aroma a pescado llenaba sus fosas nasales, sentía la frescura en el aire. Sonrió para sí, admirando la zona desolada cubierta por los últimos rayos provenientes del horizonte. Debió haber vuelto antes de la puesta de sol.

Una leve brisa le mojó el cabello, no era el viento, sino el océano. Caminó hasta la playa.

—Has estado algo inquieto ¿hay algo peligroso por delante? —. Pareciese que hablara solo, pero las charlas con el mar eran algo que se había vuelto natural, y cada vez más frecuentes cuando Sanji no estaba rodeado de actividad en el Merry.

Siempre había podido hablar con el mar, o eso le parecía. El océano hablaba, sentía, observaba. Pero no era algo que muchos supieran, o creyeran al menos, además de que, el mar parecía no querer hablar con todas las personas. La primera vez que le dijo a Zeff, este levantó una ceja algo confundido, aunque en realidad, podría jurar que nunca lo puso en duda.

Los últimos días, el mar había estado especialmente calmado, pero parecía agitarse levemente cuando Sanji estaba a solas, quizá estaba advirtiendo algo en su travesía.

Las olas comenzaron a volverse un poco más grandes, salpicando al cocinero.

—No tienes que preocuparte por nosotros, sabemos que estamos en un viaje peligroso — sonrió Sanji.

La marea comenzaba a subir y envolvió las piernas del cocinero, que aún llevaba sus zapatos. Podía escucharse un gemido oculto entre el viento y las olas.