Capítulo 5:
"Savage"
En tanto Shark daba vueltas en su cama, algo lo tenía muy intranquilo y no podía dormir.
Se levantó, se cambió y salió a dar una vuelta.
Ryoko estaba muy mareada, miró a su alrededor pero no vio a Brenda.
Como pudo salió afuera sacó su móvil y empezó a llamarla, pero esta no le contestó.
Se recostó por una pared, la cabeza le daba vueltas...
Para empeorar las cosas se le acercaron tres chicos a molestarla.
Shark que justo pasaba por ahí aminoró la velocidad para ver mejor.
— ¿Será ella?— se preguntó mientras bajaba de la moto.
— ¡eh ustedes déjenla está conmigo! — les grito Shark viendo que era Ryoko.
Inmediatamente los chicos se voltearon hacia donde estaba Shark.
—está bien, amigo solo la estábamos cuidando jaja—dijo uno de los chicos.
—Si, es muy linda, no deberías dejar sola a tu noviecita, está muy borracha—dijo otro burlándose.
— ¡Ya, es suficiente!— gritó Shark poniéndose frente a Ryoko.
—bueno, bueno, todo bien amigo— dijo él otro notando que el patovica de la puerta los estaba viendo, salieron corriendo.
—si eres tú, ¿qué haces aquí sola? Y encima estás muy borracha, apenas puedes mantenerte en pie. Sostente de mi brazo— dijo Shark un poco nervioso y confundido.
— ¿qué? ¿Tu de nuevo? No me fastidies no me siento bien, ahora no tengo ganas de pelear contigo— dijo Ryoko empujándolo y alejándose de él.
— ¡ven aquí apenas puedes caminar y menos con esas plataformas! — gritó Shark tomándola de los brazos.
— ¡dejamé en paz! ¿Dónde está Brenda?—
— ¿Brenda? No sé—Shark estaba más confundido.
—Mejor vamos a un lugar más seguro y ahí la llamas a Brenda— dijo él llevándola hasta la moto.
— ¡déjame idiota! Solo dices eso para aprovecharte de mí—
— ¡ya deja de decir estupideces!, así como estás no te voy a dejar aquí sola—dijo Shark mientras la subía a la moto.
Ryoko casi se desmaya, ahora estaba más mareada.
—Sostente fuerte de mí, no me vayas a soltar—dijo Shark mientras arrancaba la moto.
Temiendo de poder caerse Ryoko abrazó fuerte a Shark
—Rico perfume—dijo Ryoko recostando su cabeza por la espalda de Shark.
Él se sonrojó pero no dijo nada...
Llegaron a su departamento, no sabía más a donde podría ir.
— ¿qué es este lugar? —Preguntó Ryoko mientras él la ayudaba a bajar.
—es mi departamento ¿no lo reconoces? En serio estás muy borracha, no sabía que eras de esas—
— ¿qué? A no ahora si me voy, si me trajiste a tu departamento ya se cuáles son tus intenciones—
Shark estaba perdiendo la paciencia.
— ya dije que no, haber ¿a dónde querías que te lleve? No sé dónde es tu casa, además no creo que quieras que tus padres te vean así—
Ryoko pensó un momento, Shark tenía razón.
¿Qué le iba a decir a sus padres? Ni ella entendía lo que estaba pasando.
Entraron, ella se sentó en una silla.
Shark le pasó un vaso con agua y azúcar.
—un consejo, si te gusta tomar bien, pero no andes sola, esos tipos casi te violan— le retó Shark.
—Nada que ver, es que no entiendo, solo tome dos vasos de Freezé—
— ¿qué? ¿Estas segura?—
—sí, ¡ay mi cabeza, me duele mucho! —dijo Ryoko tomándose la cabeza con las manos.
—Mejor ven y recuéstate un rato—
—estoy bien así—
—vamos, ya te dije, esos chicos te iban a violar no yo—
Mirándolo con desconfianza Ryoko se levantó y se prendió por su brazo. Llegaron a la habitación de Shark, estaba ordenada y se sentía una rica fragancia.
—cierto, soy muy fea, aunque cuando se trata de sexo a ustedes no les importa—
Shark se sorprendió por el comentario de Ryoko.
—Ya estás diciendo estupideces—dijo él molesto.
— ¿yo estupideces? Tu me dijiste eso la otra vez y sos hombre, ah claro a menos que seas gay—
— ¡ya es suficiente! todos decimos tonterías a veces — gritó Shark acorralándola contra la pared.
Ryoko se asustó un poco pero también se puso colorada.
—Si claro— dijo ella volteando los ojos.
—Definitivamente te hubiera dejado con esos tipos entonces— dijo él molesto apartándose bruscamente.
—yo no te pedí que me ayudes, nunca lo haría, además no entiendo porque, si me odias—
—ya, cállate, yo nunca dije eso, pero por lo que veo eres tú la que me odia—
—no lo niegues dilo, se nota por cómo me tratas—dijo ella viéndolo fijamente.
—Ya te lo dije, no yo no te odio, tu sí—
—yo, yo...
Ryoko se puso muy nerviosa.
—Yo no te odio... se abalanzó sobre él y lo besó.
Shark quedó inmóvil y todo rojo. Al instante Ryoko reaccionó y se dio cuenta que él le había correspondido el beso...
—lo siento, yo...
Shark estaba atontado.
—Te aprovechas porque estoy mareada— se excusó ella desviando la mirada.
— ¿qué? Si fuiste tú la que me besó—
—Pero tu te dejaste—dijo Ryoko riendo.
Shark se volvió a sonrojar cuando la vio reír.
— ¡ay mi cabeza! —
—Ya acuéstate aquí, yo me voy a quedar en el sofá, es cómodo, así que voy a estar bien—
Ryoko se acostó y se tapó con la sábana, en ese momento la pollera no era de ayuda.
Shark se recostó en el sofá.
— A ver ¿Qué tomaste? O ¿qué mezclaste?— preguntó él que todavía no podía entender lo que había pasado.
—Ya te dije, dos vasos de Freezé—
—si es así, no entiendo entonces porque estas tan mareada, ¿nunca tomaste? O eres cero tolerancias al alcohol—
—si, no es la primera vez que tomo, y nunca me emborraché, me gusta tomar pero solo un poco, yo tampoco entiendo—
—y ¿Brenda estaba contigo? Digo, porque la estabas buscando—
Ryoko se había dormido, Shark la miró y después se acomodó en el sofá...