Doble D

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Viendo que el chico se había quedado en silencio aprovechó su estupor para dar media vuelta rumbo a la salida de la plaza, la gente alrededor notó la discusión sin embargo nadie se involucró, pensando en que era otra pelea habitual de parejas en un pub.

—oye —le llamó Karasu, siguiéndole.

Kanae necesitaba irse, sacó su teléfono queriendo marcarle a su amiga —No quiero hablar contigo, déjame en paz —

—¿por qué estas tan enojada? quiero explicarte —le cuestionó deteniéndole el camino. —ignoraste mis llamadas —

—¿Qué me vas a decir? No me debes ninguna explicación —gritó Kanae, decía aquello y sin embargo hace poco le había recriminado, en parte, los hechos de ayer. —¡Y tu también ignoraste mis llamadas! —

"¿a que le temía?" le había preguntado él días atrás.

A esto, al como su corazón bombeada de tan solo verlo, del como sus ojos comenzaban a escocer por sus palabras, no quería escucharlo, porque se había mentalizado en no pensar en él y ahora aparecia frente a ella de la nada.

Le temía a la verdad, su verdad, enamorarse perdidamente de nuevo.

Temía equivocarse una vez más, temía no ser suficiente para él.

Temía que la volviesen a traicionar, porque él era demasiado perfecto para ella.

Se safó de sus manos evitandole la mirada —No quiero hablar contigo, déjame en paz —

—...No te vayas con Aiku—

—pfff, niño, te faltan cientos de años para que puedas mandarme, además ¿qué pasará si me voy con él? —

Maldita hiriente, pensó Karasu, frunció el ceño sonriendo con sorna adoptando pose confiada —pruébame —

—¿disculpa? —

—lo que escuchaste, encanto, vete con él y veremos qué pasa —

La duda deslumbró sus ojos, por escasos segundos ambos se miraron en silencio tratando de predecir el siguiente movimiento del contrario.

Arusawa Kanae marcó su rostro en indignación —eres un canalla, ¡siempre lo he sabido! —se acercó a él señalándole acusadoramente

—¡tu una hipócrita! —contrarrestó Karasu con el ceño fruncido acercándose a su rostro para hablarle por lo bajo —el niño con el que hablas te ha hecho gritar su nombre de placer mil veces —

Golpe bajo, el rostro de Kanae ardió en cólera, como una pequeña bomba —¡descarado! ¡Vete con la perra esa! Ni siquiera esperaste a que me diera la vuelta para irte con otra —

—puedo acercarme a todas las que quiera porque no tengo compromiso con nadie —

—si si, ¡hazlo! me da completamente igual, esfúmate —le volvió a gritar, girándose con los brazos cruzados sobre el pecho, sintiendo una que otras gotas de agua caer en su frente.

—aquí le cortamos entonces —advirtió Karasu viendo que llovería, la gente alrededor comenzó a entrar al pub y/o marcharse de la plaza, Kanae hizo lo segundo.

—le cortamos —respondió la chica, elevando los ojos, indiferente.

—¡así de fácil! —

—¡y de sencillo! —

Era terca, maldita sea, pensaba Karasu mientras le veía cruzar la calle y posarse bajo un árbol resguardándose del desbordante chubasco que comenzaba a caer.

Era contraproducente, pensaba Karasu, porque sus acciones de ahora contrastaban con sus pensamientos de ayer, quería darle paso a dejarla, pero viendo cómo se abrazaba así bajo la lluvia no quería dejarla, olvidarla. No debia. No quería. No podía dejarla sola. —ningún taxi te llevara a estas horas, déjame llevarte yo —

Master [+18] | Karasu Tabito - Blue LockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora