La otra noche Martha fue a la tienda, solo para comprar pan, pero en el camino sufrió un accidente... Mientras iba tratando de no pisar las grietas del piso, una grieta se abrió brillando de un tono tan morado que encandiló su vista, una mano con garras como una bestia tomó su pie y tiró de ella hasta introducirla dentro de la grieta, a pesar de los gritos de la mujer, nada logró salvarla y cerró los ojos al percibir tanta luz...
Cuando sintió flotar abrió sus ojos y descubrió un maravilloso mundo dentro de la grieta. -- Al fin has llegado -- dijo una gloriosa voz de hombre, tan formal y elegante. -- ¿Quién eres? -- preguntó ella con notorio terror en su voz. -- ¿No me recuerdas? -- mencionó triste y su mirada de un profundo morado sin iris se tornó fría y sin brillo. -- Lo lamento tanto pero de verdad no se ni quien eres, ni qué es este lugar y mucho menos lo que hago flotando - el hombre soltó una risa -- Sigues siendo tan encantadora como antes, de verdad que no has cambiado -- se acercó a ella y la tomó de los hombros para bajarla y la abrazo sobando su cabeza -- te extrañe como no tienes idea...
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Escritos
RandomEn esta historia solo publicaré historias cortas sin relación alguna entre ellas...