Capítulo 2: Nuevos amigos

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Narra Alia

Me desperté, como todas las mañanas, a las seis y media; ya era una rutina y no podía evitar despertarme tan temprano, por mucho que lo desease. Como me daba vergüenza salir de mi cuarto porque no conocía a nadie, decidí quedarme allí hasta que Natasha o Yelena despertasen y vinieran a la habitación. Sin embargo, eso no pasó hasta pasadas las once y media, que fue cuando Natasha vino a mi cuarto. Hasta ese momento, lo único que hice desde que desperté fue mirar el techo ya que todas mis cosas siguen en la Red Room.

-Buenos días - saludó - ¿Hace cuánto estás despierta?

-Horario de la Red Room - respondí - 6:30 a.m. - aclaré.

-Joder - rió ella - ¿Y que has hecho todo este tiempo? - preguntó.

-Nada, todas mis cosas están en la Red Room - me encogí de hombros.

-¿Te apetece ir al centro comercial y compras lo que quieras? - propuso Nat.

-Mmm... Vale - contesté -Pero, ¿me podrías dejar algo de ropa y un poco de dinero?

-Te dejo toda la ropa que quieras, pero lo que quieras comprar te lo pago yo - respondió.

-No Nat, así no quiero. - rebatí - Me buscaré un trabajo o lo que sea, pero no puedo permitir que lo pagues tú todo. - argumenté.

-Alia, quiero pagarlo y te compraré lo que quieras, - contestó - y no acepto más discusiones.

-Como quieras - bufé - ¿Podemos ir a desayunar? Me muero de hambre.

-Claro, vamos abajo con los demás. - dijo y asentí.

Bajamos al comedor y, al llegar allí, vi que todos estaban sentados y desayunando. Nat cogió mi brazo y tiró de mí hasta dos sitios libres junto a Yelena y una chica castaña.

-Chicos, esta es Alia - me presentó -Era mi mejor amiga cuando estaba en la Red Room.

-¡Hola Alia! - saludaron ellos.

Natasha se sentó al lado de su hermana y yo no tuve más remedio que sentarme al lado de la chica castaña.

-Hola, soy Wanda - se presentó la chica.

-Encantada, Wanda, espero que nos llevemos bien - ambas nos sonreímos.

Estuvimos desayunando durante aproximadamente tres cuartos de hora y luego cada uno subió a su habitación. Nat me preguntó si podían venir Yelena y Wanda y yo acepté porque no me vendría mal hacer algún amigo en el complejo.

Salimos de la base y Natasha condujo durante unos cuarenta minutos hasta el centro comercial. Nos recorrimos muchas tiendas con la intención de comprar algo de ropa para mí. Luego, a Yelena le apetecía ir a comer a algo llamado McDonald's, que parece ser que era un famoso restaurante de comida rápida donde hacen hamburguesas. Nunca antes había comido una hamburguesa, Dreykov no nos lo permitía ya que decía que debíamos mantenernos con un cuerpo perfecto para seducir a los hombres y cumplir con nuestra misión.

-¿Cómo pasabas tu tiempo libre en la Red Room? - preguntó Wanda.

-Pues desde que Nat y Yelena se fueron, no nos dejaron mucho tiempo libre con tal de que las localizásemos... -murmuré - Pero si tenía algo de tiempo iba a la sala de baile y bailaba ballet o iba a la sala de música y tocaba el piano o la guitarra - expliqué - También me gusta mucho jugar al fútbol y al baloncesto, y aunque allí no nos dejaban jugar, cuando me infiltraba siempre me interesaba por jugar o ver algún partido - añadí.

-Pues vamos a comprar una guitarra entonces - dijo Nat.

-¿Qué? - pregunté sorprendida - No, no, no, no y no. Una guitarra cuesta mínimo 200 $. - argumenté - No pienso dejar que pagues eso tú también.

Desconocidas otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora