¿Qué decides?

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Levi despertó en la penumbra de su habitación, empapado en sudor frío. El eco de la pesadilla aún resonaba en su mente, como si las imágenes distópicas de un mundo desolado y sus seres queridos muertos se aferraran a su conciencia. Un escalofrío recorrió su espalda mientras trataba de discernir entre la realidad y la pesadilla que había vivido mientras dormía. Se preguntaba si acaso las alucinaciones eran un subproducto del accidente, una especie de residuo de su mente afectada.

Entre las sombras de la noche, Levi se revolvió inquieto, intentando entender el significado de aquel sueño. No podía evitar la sensación de que algo importante estaba en juego, algo que trascendía los límites de la realidad y se sumergía en las profundidades de su subconsciente. El mundo distópico que había experimentado en su sueño se entrelazaba con la figura de (TN) Daeé, una presencia constante en sus pensamientos.

La confusión se apoderaba de él mientras recordaba el caos de sus relaciones en ese sueño onírico. Él, en una relación con (TN), se enfrentaba a la pérdida de sus seres queridos. ¿Era una advertencia de su propio subconsciente?

La mente de Levi se sumergió en recuerdos de la discusión con (TN) y su hermana Mikasa. 

Las palabras resonaban en su cabeza, especialmente las de Mikasa, instándolo a dejar libre a (TN) para que alguien más pudiera hacerla feliz. Pero Levi no quería soltarla. (TN) era más que una simple compañera; era su vida, la mujer que lo desafiaba como ninguna otra lo había hecho.

Recordó el día en que (TN) Daeé, con determinación y valentía, le plantó cara en medio de la crisis comunicacional de su empresa. Aquella joven publicista había señalado con firmeza las decisiones erróneas que habían llevado a la empresa al borde del colapso. Aunque Levi era conocido por su carácter fuerte, la actitud desafiante de (TN) le llamó la atención de inmediato.

5 años atrás...

–(TN) Daeé– murmuró Levi para sí mismo, recordando la primera vez que la vio. 

Ella no solo poseía una belleza que lo cautivó desde el principio, sino también una inteligencia y coraje que despertaron su interés de una manera que ninguna otra mujer había logrado. Era como si ella hubiera entrado en su vida para desafiarlo, para cuestionar su autoridad y mostrarle que no todo podía controlarse a su antojo.

Levi se dio cuenta de que (TN) no se dejaba dominar ni imponer, y esa era una cualidad que lo intrigaba más de lo que estaba dispuesto a admitir. Era un desafío que ansiaba conquistar, una meta que se había propuesto. Recordó las propuestas que le había hecho, las noches en las que intentó que ella cediera a sus encantos, pero (TN) se mantuvo firme, rechazando cada avance con una determinación que desconcertaba al hombre acostumbrado a conseguir lo que quería.

–(TN) Daeé, salvaste mi empresa– murmuró Levi de nuevo, reconociendo internamente la verdad en esas palabras. 

Era consciente de que ella había sido la chispa que avivó el fuego de la resurrección de su empresa, y eso le hizo apreciarla aún más.

Levi sabía que su enfoque debía cambiar, que la estrategia para ganarse a (TN) Daeé no podía ser la misma que usaba con otras mujeres. Ella no se dejaba llevar por el encanto superficial; necesitaba algo más. Algo que Levi estaba dispuesto a descubrir y proporcionar.

En la oscuridad de la madrugada, Levi se sentó en la cama, con la mente llena de pensamientos sobre (TN) Daeé. Una resolución ardía en sus ojos grises mientras se enfrentaba a la realidad incierta de su sueño y a la necesidad imperiosa de mantener a (TN) a su lado. El desafío estaba lanzado, y Levi Ackerman no era hombre de dar un paso atrás.