¿Apostamos?

Vete

—Hola Greta.

—Hola Tiff.

—Oye ya no puedes andar con esa cara todos los días como si un tren te hubiera pasado encima.

—Lo sé, lo sé.

—Vamos Greta, no estés triste si él no te quiso, pues él se lo pierde.

—No estoy triste, estoy furiosa, confundida, histérica, de todo menos triste. Tiff no es justo, pensé que talvez habría una oportunidad...

—Y la hubo, para ambos, pero los dos jugaron con fuego que algún día los quemaría

—No sé cómo fui tan tonta, como no lo vi, pensé que si le seguía el juego, Gus terminaría enamorándose aunque sea solo un poco de mí.

— Pero no de esa manera, te lo dije muchas veces, ese juego no podía acabar bien, y menos ahora que te diste cuenta de que si lo amas

—Tiff... lo he amado desde el primer día que lo vi

—No lo sabía, debiste decírselo mucho antes

—Sí, pero tuve miedo a que me rechazara, yo tenía novio, además era la chica nueva invisible que siempre ignoraba.

— Y ahora lo perdiste todo, tu apuesta, tu chico, hasta tu antiguo novio ¿cómo se llamaba? Tyler.

—...

***********

—Hola Tyler.

—Hola Greta, que sorpresa, hace tanto que no me escribes.

—Podemos vernos, estoy algo extraña.

—Bebiste ¿no?

—Como lo sabes

— Dos años juntos no pasan en vano, dime dónde y yo voy de inmediato.

—De mi casa a la derecha, en el bar de Jones.

— Listo, llego en cinco minutos.

******

—Greta, mira en el estado que estas.

—No me siento tan mal, como tú te vez.

—Muy Graciosa, nos vamos.

—No aun no, porque no bailamos.

—No Greta estas muy mal.

—...

—No me digas que vomitaras ahora.

—..

— Rayos.

***********

—Hola Greta, que tal tu cabeza.

—Tyler, que haces en mi cuarto ¿y mi mamá?

—Ella no está, se fue en la mañana.

—¿En la mañana? ¿Qué hora es?

—Pues exactamente las tres de la tarde.

—¿Qué?

—Ah y tú mamá me dijo que si vuelves a llegar así a la casa, te exiliara a la granja de tus abuelos.

—¡No a la granja no!

—En serio Greta, no debiste hacer eso, estuve muy preocupado.

—...

—...

—¿Por qué me besaste?

—No recuerdas nada ¿verdad?

—Eh, no.

—Fue una noche maravillosa.

—¿Qué? ¿Quién eres tú para quitarme mi virginidad? maldito engendro del demonio, hijo de...

—Tranquila, tranquila yo nunca le haría eso a mi novia.

—¿Novia?

—Hola Greta.

—¿Gus que demonios haces en mi casa?

—Tiff me dijo que te vio llegar borracha ayer a casa y quise ver si estabas bien.

—Eso a ti no te importa.

—Si idiota, por qué mejor no te vas.

—Tyler tú no te metas ¿quieres?, Greta es la única que puede echarme.

—¿Greta?

—Vete, Gus.

—Pero Greta.

—Vete, mi novio y yo queremos algo de privacidad.

—Ya la oíste, te vas o te saco.

— No, no será necesario, conozco la salida.