Capitulo 4

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Mis ojos iban danzando de un lado a otro, era asombroso cuantos otros magos y brujas hay en todo el mundo. Me llamó la atención que había tiendas de campaña de diferentes formas y tamaños, me paré sobre mis puntas y pude ver que abarcaba toda una grande área y estaba repleta de todo tipo de cosas.

-Avancemos- nos llama el Sr. Arthur y caminamos de entre la multitud.

Todos iban brincando, caminando, corriendo, saltando, gateando, platicando, gritando, jugando por todas partes.

Nos detuvimos junto a un muchacho algo jóven que tenía aspecto de no ser algún mago, Arthur comenzó a hablar con él y como no podía escuchar bien si plemente dejé de prestarle atención y seguí observando a todos.

Al cabo de unos minutos le entregaron un mapa a Arthur y nos encaminamos a la tienda de campaña. Para nuestra para nada linda suerte, estaba muy lejos de la multitud pero lo mejor es que estaba cerca de donde es el camino al estadio.

-Aquí es- dice cuando por fin llegamos y... enserio, no lo podía creer.

¿Cómo creen que cabremos todos ahí en una simple tienda de campaña?

-Adelante- nos indica y de uno en uno fuimos entrando, después de Hermione entré yo y...

-¡Genial!- dije un tanto feliz y aliviada, el lugar era enorme, enserio aue jamás había visto algo así. Tenía desde una pequeña sala de estar hasta lo que parecía ser unas recamaras con literas.

-Ah no, las mujeres van en la otra- nos empujan Fred y George fuera de la suya y nos introducen a la nuestra.

Obviamente era más pequeña, pero era perfecta. Cada quien se acomodó en un litera y dejamos nuestras cosas.

Para ahora, Amos y Cedric ya se habían ido a su propia tienda de campaña, eso en verdad era mucho mejor a que durmiera con nosotros porque no aguantaría los celos de Harry...

-Salgamos- les dije a Ginny y a Hermione y todas nos salimos de nuestra tienda de campaña para estar afuera con los gemelos conversando.

Nos se tamos frente a su tienda de campaña y observabamos como el Sr Arthur trataba de prender un caldero con fósforos, al parecer quería lucirse como un simple muggle. Saqué mi varita y me acerqué a el.

-Sr, ¿no quiere que le ayude?- me inqué junto con él y vi como observaba mi varita.

-No, no, nada de magia, hay un muggle aquí, es el que reparte las tiendas y para disimular debemos demostrar que somos igual a él- me dice y yo asiento y guardo mi varita.

-Bueno, puedo prender el fósforo por usted si quiere- le sugerí, he prendido miles de fósforos en mi vida y como Arthur esta es su primera vez quisiera enseñarle.

-Estoy bien, quiero aprender- saca otro fósforo y al tratar de encenderlo se le rompe y cae al suelo junto con los otros intentos.

Al no tener nada que ver, me alejé de ahí y me volví a sentar. El sol estaba bajando, la brisa soplaba, el ruido raramente estaba un poco más calmado por aquí... esos son factores que ayudan a que alguien como yo se pueda dormir.

Efectivamente estaba por dormir sobre el hombro de Harry cuando siento que alguien se para frente nuestro y deja caer 4 cubetas vacías.

-Vayan a traer agua chicos porfavor- nos ordena Arthur y nos fuimos con las cubetas.

-Demonios- susurré al sentir como la cubeta me golpea en la pierna y lanzo un bostezo

-¿No que muy energética?- pregunta Hermione a mi lado -veo que no te duró mucho-

Maddie Black 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora