CAPÍTULO DEL 1 AL 10

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Capítulo 1

Ha llovido y estamos a finales de otoño.

El viento arrancó las pocas hojas del laurel seco que había frente al jardín, y la lluvia cayó y mojó la tierra. Cayó en la casa derruida.

Oí a alguien decir: Si alguien se fuera, moriría un árbol delante del jardín.

No creyó en ello hasta que vio con sus propios ojos que al verde y erguido osmanto que había frente a su ventana se le habían marchitado las hojas y de la noche a la mañana había caído al viento otoñal, y su tronco se había aligerado y no podía echar raíces.

El laurel había sido plantado cuando él tenía veinte años y llevaba allí más de cincuenta años. A lo largo de los años, por muy seco que estuviera en verano o por muy espesa que fuera la nieve en invierno, cuando llegaba el otoño, el patio seguía lleno de la fragancia de la canela.

Un laurel tan resistente murió sin previo aviso.

En el patio de la familia Zhang sólo había un solterón que había vivido durante décadas.

Yacía en la fría casa bajo la lluvia de finales de otoño, con el cuerpo tan flácido como un charco de barro, encorvado en la negra y férrea ropa de cama, con la mitad de sus fuerzas agotadas incluso cuando respiraba.

No había luz en la habitación, y lo único que montaba guardia sobre la cama era el frío viento que soplaba antes de que el papel de la ventana tuviera tiempo de pegarse, y a medida que la lluvia caía y el cielo se oscurecía, la casa se volvía cada vez más fría y silenciosa.

Cuando estaba de buen humor, se levantaba de la pared y preparaba algunas comidas, pero cuando no podía levantarse, se quedaba tumbado en la cama, hambriento, y nadie acudía a su patio aislado durante diez días o medio mes.

Sentía frío al caer la noche, pero cuando oía que fuera llovía, su conciencia se aclaraba de repente y era capaz de saber cuánto calor y cuánto frío hacía.

Su corazón se abrió y supo que la luz volvía y que esta noche era la última hora.

Cuando se despertó, escuchó en silencio el sonido de la lluvia en la casa. El destartalado tejado no podía cubrir la lluvia y ésta se filtraba directamente al interior de la casa, goteando cerca de su cama.

No era huérfano, tuvo padre y madre hasta los doce años, y tenía tíos y primos. Entonces vivía a lo grande, hoy pescando en el campo, mañana cazando pájaros en la montaña y aprendiendo el oficio de carnicero del viejo viudo que encabezaba la aldea.

Como era el más rápido y tenía un cuerpo fuerte, los niños del pueblo le consideraban el rey de los niños, el que mandaba.

En aquella época, estaba tan orgulloso de sí mismo que le dijo a su madre que se convertiría en el terrateniente del pueblo, ganaría miles de guanes, construiría una casa, se casaría con tres o cinco madres y tendría muchos hijos, para que la familia Zhang siguiera prosperando.

Su madre siempre se reía de él por no saber que el cielo era el límite, por no ser nada práctico y firme, y por limitarse a hablar de palabras vacías día tras día.

Zhang Fangyuan había hecho un voto para demostrárselo a su madre. Antes de que llegara ese día, su viejo volvió borracho y tuvo una gran pelea con su madre, que se tiró al río. Al día siguiente, su padre murió. Ahora sabía que su madre había robado a un hombre, y estaba enfadado. ......

Zhang Fangyuan ha gestionado el funeral de su hijo mayor y de su madre, y su vida está patas arriba.

Utilizó el dinero que su familia había ahorrado para su nuera para comer, beber y divertirse con algunos de los jóvenes indignos de la ciudad, y fue utilizado como espada, pero aún así se alegró de creerse tan capaz. Al final, cargó con la culpa del joven maestro en el que más confiaba y fue encarcelado, quedando enfermo e inválido e incapaz de encontrar trabajo.

RENACER PARA CASARSE CON UN GRUPO DE CONTROL COMO MARIDO Y MUJERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora