[Capítulo 1]: Estoy aquí.

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DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Danmachi pertenece a sus respectivos dueños. Todo lo demás que ocurre en esta historia es de mi propia creación y los personajes se rigen por las leyes ficticias del escenario.

Descripción: ¿Eterna soledad? – se burló el destino. No para estos cinco, no. Estos corazones estaban destinados a estar juntos, de eso se aseguraría.

Etiquetas: Harem [4 Diosas] - Romance - Drama - Aventura.

Encargado por: Palik



[Prólogo]: Lo que [no] será.

Acto 1 - Parte 0

susurros; dulces promesas de amor incondicional.

ecos; de una vida unida para siempre.

A ti, que aún estás por llegar...

prometo el mundo.

Mi amor predestinado [s].



[Capítulo 1]: Estoy aquí.


Acto 1 - Parte 1

Un regalo de despedida y recuerdos del tiempo que pasaron juntos fue todo lo que su abuelo le dejó.

Ido, en la oscuridad de la noche, sin explicaciones o incluso un adiós.

¿Fue su culpa?

Él nunca lo sabría.

Pero el hecho permaneció: Bell Cranel estuvo solo, desde esa noche en adelante.

O al menos, así debería haber sido.

El regalo de despedida fue único, y desde entonces se aferró a él todas las noches, susurrando sus sentimientos y buscando consuelo en la presencia dentro del objeto. Era su salvavidas, su razón para despertarse por la noche sin lágrimas de duda.

Era su posesión más preciada, un artículo invaluable que resonaba en él.

Pero estaba solo en el mundo.

Los aldeanos fueron amables con su situación solitaria, para ayudar y levantar el ánimo abatido después de la desaparición de su abuelo, pero no pudieron hacer mucho antes de que Bell tuviera que rehacer su vida por su cuenta.

Los gastos se sumaron rápidamente sin los ingresos de su abuelo, y la casa que compartían perdió materiales lentamente mientras Bell los vendía por comida con los comerciantes ambulantes. Trabajaba los campos, pero eso solo no era suficiente.

No estaba en la edad en la que podía aventurarse con los ancianos y cazar o exterminar el nido de monstruos en la superficie como lo hizo una vez su abuelo.

Sus recursos se volvieron escasos a medida que pasaban los meses; un cumpleaños sin nadie más para cantar y celebrar sino el regalo y la presencia dentro de él.

La soledad nunca lo molestó, pero le hizo la vida miserable.

Y solo empeoró, cuando al igual que la noche en que su abuelo se fue...

Su único compañero inanimado desapareció en sus propios brazos.

Estaba completamente roto...

Hasta que llegaron.

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