50 Reglas 50 Recompensas |PAUSADA|

Prólogo

1 año antes...
¡Deja eso ahí!
Amo cuidar a mi hermano, pero enserio, Sam es muy desordenado.

Oh olvidé presentarme. Soy Elena Summer, tengo 15 años y amo mas que a nada a mi hermano.
Su nombre es Sam, tiene 12 años y juro que hay veces que me saca de quicio, pero aún así es lo mas preciado que tengo en la vida.
Mi hermanito siempre ha estado lleno de vida, es increíble como tanta felicidad cabe en una persona tan chiquita.
-¡Elena!- me llama mi mamá -
-¿Mande?
- Voy a salir, necesito que cuides a tu hermano, me voy a tardar un poco, creo que voy a llegar hasta la noche.
-Y, ¿por qué no le dices a papá?
- Tiene trabajo y se va a quedar en la oficina hasta muy noche.
- De acuerdo no hay problema yo lo cuido.

Mi mamá se va, en eso Sam baja y vamos al parque.
- ¿Como te fué en la escuela hoy?
- Pues mas o menos
- ¿por?
- Bueno, es que mientras la maestra daba la clase yo estaba haciendo una lista.
- ¿Una lista de qué?
- La titulé "REGLAS PARA EL VERANO"
- Y ¿de qué se trata?
- Bueno, escribí 50 reglas que hay que hacer en 50 días del verano, y quería saber si las querías hacer conmigo.
- Sam, el verano es muy divertido, y no quiero gastarlo en la lista, pero mejor, hablamos luego de eso, ya estamos por llegar al parque, vamos.

[HUBIERA DESEADO JAMÁS HABER DICHO ESO]

Al llegar al parque le compré un helado a Sam y luego se fue a jugar con los demás niños de la colonia.
Sam había dejado su mochila con la lista, así que me dispuse a leerla. Pero justo cuando estaba por leer la primera regla me llega un mensaje:
//Vamos a cenar//
Era de mi amiga, Katherine. Ella y yo éramos amigas desde la primaria, era casi como mi hermana.

- ¡Elena, pásame la pelota! - dice Sam -
Le paso la pelota y Sam la atrapa, luego de lanzarle la pelota le quito la mirada y me disponía a contestar el mensaje de Katherine.
Entonces justo antes de terminar de escribir simplemente escucho un automóvil y un grito.
Levanto la mirada y busco desesperadamente a Sam.
- ¡Sam! ¡Sam!
Pero fue inútil.
Cuando le lancé la pelota a Sam, la lancé hacia la calle, Sam de seguro fue por ella, y no se fijó si venía un coche.
Me acercó al niño tirado en la calle, rogando que no se mi hermano, lo volteo y no puedo evitar romperme en llanto, El Niño que atropellaron estaba muerto, y peor aún, ese niño, era Sam, mi hermanito de 12 años.