So Hot

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Para Choi Beomgyu siempre fueron fáciles de conseguir las cosas, y no fue porque tuviera las habilidades necesarias para obtener lo que quisiera, era porque era simplemente hermoso.

Siempre se lo decían, vestía a la moda, era popular y era un ángel, el típico sueño de cualquier adolescente en el planeta, y hasta parecía cliché de una película americana.

Tenía a todos los chicos guapos detrás de él, tenía para escoger dentro de una gran variedad: guapos, sexys, fuertes, amables, ricos, etc.

Era la completa envidia de todas las mujeres y de uno que otro hombre, sus miradas estaban cargadas de resentimiento hacia él.

Pero la vida de una semi celebridad era agotadora, no podía dar un paso en falso o cometer un error porque sería lo primero que se comentaría dentro de su escuela. Para sincerarse con él mismo, le gustaría no ser así, pero su madre siempre le había enseñado que utilizar su apariencia sería mucho más fácil.

Y no tuvo otro remedio más que seguir las indicaciones de su progenitora, y con el paso del tiempo se hizo una costumbre. Pero eso no significaba que la vida fuera más fácil, los "amigos" que tenía, era por conveniencia porque estos hablaban a sus espaldas, los chicos solo lo veían como una cara bonita, y pues, no era su culpa, él se vendió de esa forma.

Su vida era más aburrida de lo que se aparentaba, hacer dietas estrictas, seguir al corriente con la moda, hacer ejercicio, maquillarse diariamente, y muchas otras cosas.

Ya estaba resignado a que tendría que vivir de aquella forma el resto de su vida, tal vez casarse con un millonario solucionaría el resto de su vida. Sin embargo, la vida nos depara sorpresas, mientras Beomgyu se resignaba a vivir la vida que se había planteado, siempre hay una persona que llega a sacudir nuestro mundo.

Choi Yeonjun era un chico de intercambio, era de origen americano pero también se podía ver que tenía raíces asiáticas. Y vaya hombre que era, era de una altura bastante alta, al menos de 1.85 como mínimo, piernas largas y musculosas, cabello tan negro como el carbón, ojos pequeños y rasgados y profundos como la noche, una mandíbula afilada, nariz recta, labios esponjosos, un cuerpo fornido y musculoso que se podría distinguir debajo de la ropa negra, en su mayoría, y una actitud fría e indiferente. Era la perfecta definición de un chico malo.

Para el más pequeño, era la primera vez que un hombre lo ignoraba, tal vez no le gustaba ser solo una cara bonita pero tampoco le gustaba ser ignorado. También era la primera vez que deseaba conseguir completamente la atención de aquel hombre. Nunca luchaba por atrapar a un chico porque estos mismos caían ante él.

Después de una semana de que el chico hizo la aparición, puso de cabeza la monotonía de la vida de los estudiantes, ahora todo giraba alrededor del chico extranjero. Las chicas se enfocaban ahora en ese hombre en vez de mirar con envidia a Choi, los demás varones se dieron cuenta de esto y ahora odiaban al chico alto. Y bueno, la presencia del chico era imposible de ignorar, era alto, atractivo y un aura oscura, atrapaba la atención de las féminas y de uno que otro hombre, y para rematar, el chico venía en una motocicleta, la facha de chico malo se había completado.

Por otra parte, Yeonjun fue indiferente hacia la atención que recibió en la escuela coreana, no era una novedad que la atención se enfocara en él, en Estados Unidos era lo mismo. Pero, sabía a la perfección que solo se iban a ver su apariencia y su actitud sería de menos relevancia.

La verdad es que le eran indiferente las miradas lujuriosas o de envidia de las personas, como él ya sabía que sucedería donde quiera que fuera. Pero la mirada de alguien le interesó, era un chico lindo con apariencia angelical, cubierto con ropas caras y una sonrisa presumida, sin embargo, decidió ignorarla, se veía que el chico estaba acostumbrado a recibir todo lo que quisiera y no deseaba relacionarse con alguien así, pero para ser sinceros, no le gustaba relacionarse con nadie.

Durante su primera semana, el chico ángel había tratado de "conquistarlo", y a decir verdad, estaba lográndolo pero no dejaría que ese chico se saliera con la suya. Conforme los días pasaban, el chico vestía de diferentes maneras, y cada uno de esos días su mirada iba para los lindos labios del menor o para el gran y redondo trasero del mismo.

Tuvo el impulso de cargarlo sobre su hombro y follarlo por lo provocativo que se ponía a diario.

Entonces, se decidió a jugar el mismo juego que aquel pequeño chico, él iba a empezar a seducirlo a su forma, sutil y lentamente.

Al cabo de unas semanas, el chico vanidoso solo tenía ojos para el más alto. Resultó que aquellas sonrisas coquetas, miradas penetrantes y aquellos guiños seductores que le hacía cada vez que pasaban surtieron un efecto positivo para su pequeño plan.

Y resultó que Choi Beomgyu era todo un acosador. Lo seguía a todas partes en la universidad, de vez en cuando lo seguía cuando iba para su casa (contrataba un taxi para que lo hiciera) y lo iba a ver a su entrenamiento de kickboxing.

Y al castañito le encantaba seguirlo y espiar lo mientras el mayor realizaba aquel deporte porque, el chico se ponía unos shorts que dejaban ver sus largas piernas y una camiseta sin mangas que dejaban a la vista aquellos musculosos brazos cada vez que golpeaba el saco.

El pequeño jamás se había sentido tan atraído hacia un hombre, y más aún en prácticamente acosarlo. Deseaba que aquel pelinegro lo sometiera a su voluntad, para que hiciese lo que quisiera con él. Algo bastante raro pero que no podía evitar, fantasear con Yeonjun follandolo y dejarlo complacido por lo obediente que era.

Por primera vez, se sentía feliz y sentía que tenía un propósito, complacer de cualquier forma a aquel hombre.

Beomgyu sabía perfectamente que el mayor no era ignorante de lo que hacía, es más, él lo provocaba aún más. Así que, Beomgyu se armó de valor para confrontarlo.

Y decidió que lo iba a encarar después de su próxima sesión de kickboxing, porque al más joven le encantaba verlo golpear aquel saco con entusiasmo y agresividad.

A las 7 de la tarde, Yeonjun salía de aquel establecimiento, luciendo sexy y todo sudado por el entrenamiento.

-¡Choi!- gritó el más joven.

El más alto se detuvo un momento, y se giró lentamente hacia él, luciendo una sonrisa arrogante.

-¡Vaya Choi! ¡Que casualidad verte por aquí!- exclamó Yeonjun con altanería.

-Ya no tienes por qué fingir.- dijo Beomgyu enfrente de él, alzando su cabeza para poder verlo "frente a frente'' .- Tu sabes perfectamente que es lo que pasa.

-¿Es eso así? La verdad es que no sé nada.- dijo divertido mientras pretendía no saber nada.

Beomgyu estaba furioso. Él quería obtener lo que había deseado, ser dominado por Choi Yeonjun, y solo por él.

Con una mueca de enfado, Beomgyu se acercó y le dijo:

-Sabes que te espió, ¡no pretendas no saberlo!- dijo mientras se acercaba aún más al fornido pecho, oliendo la esencia de macho que desprendía el otro.

Yeonjun lo pegó completamente a su cuerpo con un fuerte y rápido movimiento, dejando estupefacto al pequeño, que instantáneamente cerró sus lindo ojos.

Así que, Yeonjun se agachó para poder susurrarle al oído con su ronca voz: Claro que sé que me acosas, y también que me quieres en tu cama, ¿eso es lo que quieres?

Beomgyu, por inercia, colocó sus brazos en el cuello del mayor, y mientras lo miraba con sus ojos ardientes de deseo y su deliciosa boquita abierta, solo pido gemir en afirmación.

En un santiamén, Beomgyu se encontraba en cuatro sobre un mullido colchón, mientras el pelinegro lo follaba con su larga y gruesa polla. Beomgyu se sintió pleno por conseguir que el más alto lo sometiera a su antojo, eso era ¡tan caliente!

Los dejaré con los detalles sucios inconclusos. 😉😉


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