🦂 11 🦂

633 83 4
                                    

En medio de la noche, Heeseung se removió entre los brazos de Jake, despertando. Habían dormido pronto, por lo que era obvio que Hee iba a despertarse a esas horas. Se incorporó, con cuidado de no interrumpir el sueño de su pareja, y se dirigió al balcón. Le gustaba estar en el apartamento del mayor, ya que era familiar y acogedor y lo hacía sentir bastante seguro para no haber pasado más de unas horas en el lugar.

Se abrazó a sí mismo al sentir la brisa helada de la noche atravesarle. Quizá debió quedarse en la cama, pero no podría pensar con Jake al lado, luciendo como un ángel durmiendo. No habría evitado besar al mayor tantas veces como fueran posibles por la ternura que le causaba, lo que probablemente terminaría despertándolo. Él no quería eso, ya que Jake ya se había cansado bastante por hoy. No todos los días te amenazaban con amputarte una parte de tu cuerpo y eso.

Y por eso se sorprendió cuando sintió unos brazos rodearlo y un cuerpo chocando contra su espalda, aunque después se apoyó en él, respirando y reconfortándose con el tan conocido aroma.

-Me desperté y no estabas ahí, por lo que salí a ver dónde estabas. ¿No podías dormir? -el mayor escondió su rostro en la curvatura del hombro del más pequeño, dejando pequeños besos en la zona.

-No es eso, es que hemos dormido pronto y ya se me ha pasado el sueño.

-Ya sabía yo que dormir tan pronto no era bueno. -su voz salió amortiguada, ya que seguía con sus labios sobre la piel contraria. El chico tembló entre sus brazos, seguramente por el frío, por lo que se apresuraron a entrar al apartamento de Jake nuevamente. -¿Quieres volver a la cama? No has cumplido tus ocho horas de sueño, aún.

-Sí, mamá. -el chico se soltó del agarre de Jake, dándose la vuelta entre sus brazos para pasar los suyos propios por el cuello de este. -Llévame.

Jake no pudo evitar reír por la ternura de su novio, sobre todo estando todo sonrojado por el frío y con el cabello desordenado. Se agachó, rozando su nariz con la contraria en un beso esquimal antes de tomar al menor por la parte baja de su espalda, haciendo que Hee rodeara con sus piernas su cintura.

Caminaron así hasta su habitación, con la cabeza del menor apoyada en el hombro contrario y viceversa. Al llegar al cuarto, se dejaron caer tal como estaban, con Jake encima. Heeseung apretó más el cuerpo del mayor contra el suyo, apretujándolos en un abrazo.

-Quién diría que ahora estás más dulce que de costrumbre. -comentó Jake, separándose un poco para verlo a la cara. -¿Me das un besito? -el más alto se acercó a los labios contrarios, aunque el chico enseguida se echó hacia atrás.

-No tientes a tu suerte, Jakie. -murmuró, cerrando los ojos y chocando sus labios con los de su pareja, empezando un dulce beso acompañado por sutiles caricias. -Te quiero, aunque seas un escorpio insoportable.

-¿Aún sabiendo que soy un signo de la transmutación, la renovación y el cambio, y que no soy nada bueno en el amor?

-El otro día leí un artículo llamado "por qué deberías tener a un escorpio de novio" y decía que es un auténtico regalo, porque sois más mágicos, sensibles y especiales. Así que sí, te quiero con todo eso.

-¿Aún si no sé cocinar?

-Lo siento, lo dejamos. -ambos rieron por las palabras del menor, volviendo a abrazarse. -Jake, gracias por llegar a mi vida.

-Oh, no te pongas cursi, que por las noches me pongo soft y lloro.

-Llora, pero solo si es por mí. -el mayor le pellizcó suavemente en el brazo, recibiendo una suave risa por parte de su pequeño. Jake podría acostumbrarse a esa vida, es más, estaría encantado de hacerlo.

-Seungie, quédate. -soltó de sopetón, sin pensarlo demasiado. De verdad quería a Heeseung con él, sin importarle si pudieran romper en cualquier momento. Él confiaba en que eso no pasaría, se complementaban demasiado bien.

-¿Qu-Qué..? -Heeseung se separó un poco, alzando la cabeza para poder mirar a Jake a los ojos. -Jake, llevamos poco saliendo, no creo que...

-Heeseung, llevamos meses, casi un año conociéndonos. -lo cortó, tomando con una de sus manos el rostro del menor. -Está bien si no quieres, pero quiero que sepas que siempre tendrás la posibilidad de venir aquí, o bueno, puedes usarlo como una segunda casa. Me gusta tenerte conmigo.

-Jakie... A mí también me gusta estar contigo, pero primero tengo que arreglar las cosas con la tía Wheein, después ya veremos. -se volvió a acomodar como antes, ya pasándosele la sorpresa de la nula discreción de Jake. No lo había pensado antes, pero no era una mala idea. Solo tenían que esperar un poco más, aunque ambos supieran que eso pasaría tarde o temprano.

Heeseung, por su parte, nunca se había sentido así por alguien. No era solo que Jake literalmente lo hechizaba y lo llevaba a un mundo diferente, donde todo era más colorido, sino que también tenía a alguien en quien apoyarse, a alguien que sabía que nunca lo iba a criticar por ser él mismo. Ya que creía en el horóscopo, podría decir que eran almas gemelas y todo. Nunca se había sentido tan conectado con alguien, y sentía que Jake también sentía lo mismo.

-Heeseung, ¿te acuerdas de que te dije que mi madre me había dado tu número? -el menor asintió. -Creo que debería llamarla, digo, para saber el por qué.

-¿Ahora?

-Son las dos de la madrugada, mañana lo haré. Quiero darle las gracias por el regalo, también.

-Oh, ¿qué te regaló? -cuestionó el menor, curioso, llevando sus manos al cabello de Jake para comenzar a acariciarlo.

-A ti, ya nos conocíamos de antes, pero siento que así todo ha ido como debía, ¿no crees?

-Sí lo creo, Jakie, sí lo creo.



Escorpio [Heejake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora